Premo, 50 años innovando en inductivos
El viernes 2 de marzo de 1962, era un día soleado en Barcelona. La ciudad se había despertado con la noticia del accidente en Long Island que costó a muchas celebridades la vida, en aquella época el productor de la famosa película de guerra Los Cañones de Navarone.
Gobernaba JFK en los EEUU y cada movimiento de Jacqueline era seguido por los tabloides mundiales que ahora anunciaba que visitaría Roma.
En China, Mao seguía construyendo su proyecto político propio y se distanciaba de la URSS. Apenas hacía tres años que unos barbudos en la Sierra Maestra de Cuba habían instaurado un régimen socialista a las puertas de EEUU.
Europa occidental vivía frenética el desarrollismo, importando al centro tantos trabajadores del Sur como era posible, mientras miraba preocupada hacia el Este y la Guerra fría y hacia el sur con los restos de guerras poscoloniales. Ese día, la portada de La Vanguardia daba una esperanza a la paz en la Guerra de Argelia.
Vietnam había cambiado a los franceses por los americanos y seguía luchando por su independencia.
Ese día nace el cantante de rock Bon Jovi, cuando el astronauta Glenn es recibido entre muchedumbres en Nueva York como un héroe de la patria por su última peripecia con la NASA.
En España es un furor el Colchón Flex, las telas de tergal y los televisores Inter, Iberia, Lavis.
Así fue el día en el que en una Cataluña industrial y emprendedora, que recibía flujos migratorios constantes, unos emprendedores, ya experimentados, que habían constituido unos años antes una fábrica de aparatos de Radio y Televisión, Lavis, constituyen una empresa para la fabricación de Premontajes y Componentes Electrónicos, de ahí Premo.
El espíritu de los socios fundadores, Vila, Soteras y Palau, fue continuado apenas década y media, después por Gazo y Rodríguez, que mantienen valores y cultura pero convierten la empresa en un actor internacional con aspiración de excelencia y diferenciación hasta 2006.
Desde entonces, se ha seguido afinando el perfil global e innovador de la compañía, posicionándola en los sectores tecnológicos de mayor relevancia mundial, con la RFID y el Vehículo Eléctrico a la cabeza.
Una empresa son sus personas, todas las 600 que están y todas las miles que estuvieron, sus entornos de clientes y proveedores, su entorno físico, económico y social. El principal objetivo, tantas veces repetido por Rodríguez es perdurar. Así lo han hecho 50 años y continuan trabajando para conseguir otros 50 años.