i2CAT presenta un nuevo tipo de sensor autónomo que funciona con luz solar y artificial
La Fundación i2CAT estará presente un año más en el Smart City Expo World Congress, que tendrá lugar del 17 al 19 de noviembre de 2015 en Fira Gran Vía de Barcelona. En esta ocasión, presenta un nuevo sensor que funciona tanto en exteriores, a través de energía solar, como en interiores, mediante luz artificial. Se trata de una solución totalmente innovadora y que permite un alto grado de autonomía de estos componentes que conforman la base de cualquier smart city, así como una larga duración.
La solución es fruto de una colaboración con Orange para el desarrollo de un sensor que pudiera funcionar de manera autónoma, inalámbrica y sin baterías, tanto en el exterior como en el interior. El resultado ha sido sustituir las baterías por supercondensadores, un nuevo tipo de acumuladores de energía que permite recargar los dispositivos unas 250.000 veces, en comparación con el millar de veces que lo puede hacer una batería cargada con energía solar. Esta tecnología permite además hacer un despliegue en lugares cerrados y con luz artificial, condiciones que permitiría una vida útil del sensor muy superior a los 25 años de media que se calcula puede tener en el exterior, gracias a que la radiación solar no lo deteriora.
De este modo, explica Josep Paradells, director de la Fundación i2CAT, "nos encontramos con unos sensores que se cargan de manera similar a como, desde hace décadas, lo hace cualquier calculadora solar de las que tenemos en la oficina". Una tecnología que, si bien con las calculadoras es sencilla y permite que la batería funcione años sin que se agote, en el caso de los dispositivos móviles es mucho más complejo, ya que "un sensor gasta 150 veces más que una calculadora", asegura Paradells. "Un móvil con una batería de la misma capacidad que las que utilizamos en las calculadoras tendría una vida útil de días, como mucho una semana si no lo usas". Ahora, i2CAT lo ha hecho posible gracias a los supercondensadores.
Para Paradells, lo más complejo ha sido el diseño, pues "se quería hacer algo que funcionase, fuera pequeño y costara poco, empleando componentes comerciales y todo ajustado para gastar lo mínimo". "En el mundo del Internet de las Cosas (IoT), el consumo es clave, ya que hay pocas cosas que estén conectadas a la corriente de forma permanente y, si funcionan con baterías, no podemos estar sustituyéndolas cada dos por tres", explica el director de i2CAT: "Para que el IoT sea una realidad, necesitamos técnicas de acumulación de energía innovadoras, de funcionamiento infinito y de muy bajo consumo".
De entre los usos que podría tener este nuevo tipo de sensor, destaca la monitorización de mobiliario urbano, que podría seguir funcionando si estos se localizan o entran en un recinto sin luz solar, o la prevención de desastres naturales, gracias a la monitorización de diferentes parámetros como el fuego, el nivel de agua en los ríos o la detección de temblores en infraestructuras ocasionados por terremotos, entre otros usos.