“La transición hacia las energías renovables no es viable sin una adecuación integral de la red eléctrica”

Para profundizar en estos temas, conversamos con Francisco Martínez, secretario general de Facel (Asociación Española de Fabricantes de Cables y Conductores Eléctricos). Durante la entrevista, abordamos los desafíos actuales del sector, como la competencia desleal de productos importados y la necesidad de una mayor inversión en infraestructuras de red. Además, Martínez compartió su visión sobre la transición hacia energías renovables y cómo la digitalización está transformando los procesos de producción, entre otros temas clave para la industria.

Podríamos decir que los desafíos a los que se enfrenta la industria de los cables y conductores eléctricos son comparables a los de la industria nacional en general. Sin embargo, es importante reconocer que cada industria tiene sus propios retos y desafíos específicos que deben ser abordados de manera específica.

En primer lugar, destacaría algunas de las amenazas a las que se enfrenta el sector. Me refiero a los riesgos inherentes al aumento de productos importados de países fuera de la UE, donde no existen las necesarias regulaciones medioambientales y laborales, o incluso, donde se tiene acceso a materias primas bonificadas. Apoyar a los fabricantes nacionales (la mayoría de nuestros asociados lo son) implica asegurar que las mismas reglas se apliquen a todos los fabricantes, pertenezcan o no a la UE. Y en este sentido, no solo es necesario exigir el cumplimiento reglamentario, sino también implementar un régimen sancionador que identifique y actúe frente a los incumplimientos

Tanto a nivel nacional como europeo, a las industrias se les demanda un mayor compromiso y disciplina para producir y comercializar productos cada vez más sostenibles y con un impacto reducido en su huella de carbono. Este enfoque hacia la sostenibilidad medioambiental no solo es aplicable para la industria española, sino también para los productos importados, que deben cumplir con los mismos estrictos criterios ambientales. La adaptación a estas normativas es esencial para asegurar que todos los productos en el mercado contribuyan a un futuro más seguro, ecológico y responsable.

Para el desarrollo de la industria de los cables y sus accesorios de conexión, es importante destacar la necesaria inversión en infraestructura pública en redes eléctricas de transporte y distribución. Estas infraestructuras son fundamentales para la transición hacia un nuevo modelo energético basado en fuentes renovables y sostenibles. Además, una infraestructura avanzada facilita la implementación de tecnologías inteligentes, como los sistemas de gestión de la demanda y las redes inteligentes, que optimizan el uso de la energía y mejoran la fiabilidad del suministro. Sin una inversión adecuada en la infraestructura de red, es imposible garantizar la estabilidad y la resiliencia del sistema eléctrico, lo que es esencial para satisfacer la creciente demanda de energía limpia y reducir las emisiones de carbono. En resumen, invertir en la infraestructura de red eléctrica no solo es crucial para la sostenibilidad ambiental, sino también para asegurar un suministro energético seguro y eficiente para el futuro.

Es importante destacar también la situación de las infraestructuras de voz y datos. Desde el sector alertamos de la pasividad de la administración, responsable del adecuado desarrollo del sistema actual y futuro, frente a los acuerdos entre operadores para compartir las redes existentes y las inversiones futuras. Esto, sin duda, coloca a nuestra industria nacional de fabricación de cables de fibra en una situación de drástica reducción de la demanda de cables ópticos.

Estos desafíos, entre muchos otros requieren de una gestión estratégica y una adaptación constante para asegurar la sostenibilidad y el crecimiento de la industria.

La transición hacia las energías renovables no es viable sin una adecuación integral de la red eléctrica que permita canalizar eficientemente la energía desde su generación, incluyendo el autoconsumo, hasta los usuarios finales. Una red eléctrica modernizada es esencial para gestionar la variabilidad inherente a las fuentes renovables como la solar y la eólica, garantizando un suministro estable y fiable.

El aumento en la demanda de cables para sistemas de generación fotovoltaica y eólica, tanto terrestres como submarinos, así como la alimentación de centros de datos, ha impulsado una rápida adaptación en los procesos de producción y el desarrollo de materiales. Estos cables deben ser capaces de soportar las condiciones ambientales extremas a las que están expuestos, como pueden ser la salinidad del mar, las altas temperaturas o los cambios bruscos de las mismas, la exposición a agentes ambientales como los rayos UV, entre otros. Además, la industria ha tenido que innovar en el diseño de cables que no solo sean duraderos y resistentes, sino también eficientes en la transmisión de energía, minimizando las pérdidas y maximizando el rendimiento en la transmisión de energías y datos. Esta evolución es crucial para asegurar la fiabilidad y la sostenibilidad de las instalaciones de energía renovable, contribuyendo así a la transición hacia un modelo energético más limpio y eficiente.

En cuanto a la adecuación de las instalaciones eléctricas de las viviendas para la necesaria transición energética, Facel, en colaboración con otras entidades y organizaciones comprometidas con generar conocimiento sobre la relevancia y el impacto de la instalación eléctrica, ha participado en la creación del Oreve (Observatorio de la Rehabilitación Eléctrica de la Vivienda en España). Toda la información sobre el Observatorio está disponible en https://www.oreve.es. Este observatorio tiene como objetivo facilitar información para que tanto la ciudadanía, como el sector y las administraciones, puedan tomar decisiones informadas acerca de la transición energética en los hogares. La rehabilitación de la instalación eléctrica en las viviendas es fundamental no solo para mejorar la eficiencia energética, sino también para garantizar la seguridad de las personas y los bienes. El informe Oreve, publicado en octubre de este año, destaca la importancia de actualizar las infraestructuras eléctricas domésticas para dotarlas de capacidad para adaptarse a nuevos usos energéticos y al modelo energético renovable (incluyendo autoconsumo, movilidad, redes inteligentes, flexibilidad, etc.). Además, subraya la necesidad de incluir explícitamente la actualización de instalaciones eléctricas en las políticas y ayudas de rehabilitación dirigidas a la descarbonización del sector residencial.

De lo que hasta ahora se ha hecho, es relevante destacar que una parte significativa del valor añadido derivado de la inversión en la generación y el autoconsumo en España, realizada hasta ahora con parte de fondos europeos y deuda pública española y europea, ha sido transferido a países fuera de la UE. Esto es debido a que una gran parte de los materiales y también de los cables, han tenido origen no comunitario. En línea con lo anteriormente comentado, la desventaja con la que la industria europea afronta una competencia en desigualdad de condiciones presiona negativamente al desarrollo de nuestra industria.

Sumado a la Directiva para la Baja Tensión (LVD), han surgido nuevos requisitos debido a que los cables eléctricos y de comunicaciones se consideran productos de la construcción cuando están instalados de forma fija y permanente en edificios, obras de ingeniería civil e infraestructuras. Estos productos no solo deben cumplir con sus requisitos funcionales, sino que también están sujetos al Reglamento de Productos de la Construcción (CPR). Este reglamento, que actualmente aplica a los cables por sus prestaciones en presencia de fuego, incorporará criterios de sostenibilidad medioambiental tales como el cálculo de la huella de carbono y las declaraciones ambientales de producto. Además, se implementarán nuevas prescripciones referentes al ecodiseño y la digitalización, incluyendo el pasaporte digital de producto, que facilita la trazabilidad y transparencia a lo largo de todo el ciclo de vida del producto. Estos avances no solo mejoran la sostenibilidad y eficiencia de los productos, sino que también aseguran que cumplan con las normativas más estrictas a nivel europeo, promoviendo un entorno más seguro y respetuoso con el medioambiente.

Como mencionamos anteriormente, los cables eléctricos y de comunicaciones son productos que deben cumplir con normas y ensayos muy exigentes. Es habitual que los fabricantes certifiquen voluntariamente sus productos bajo marcas reconocidas, como es la marca ‘N’ de Aenor, con lo que demuestran por un tercero, la conformidad respecto a normas europeas y/o nacionales.

Mayores requisitos en los reglamentos o en las especificaciones de los clientes, se acompañan de un incremento en las solicitudes y prestaciones de los cables. Me refiero a la reacción frente al fuego, que incluye la limitación de las emisiones de humos, acidez y propagación de la llama, toxicidad, reciclabilidad o incluso a la reducción del uso de recursos naturales en los procesos de fabricación.

El mayor reto para los departamentos de I+D se podría resumir en el desarrollo de diseños innovadores que incorporen soluciones robustas a las mencionadas solicitudes, destacando nuevos compuestos y materiales utilizados como recubrimientos.

Otros avances significativos y muy específicos han sido consecuencia de las solicitudes de los proyectos donde los cables se encuentran sometidos a condiciones muy adversas. Me refiero a los cables y accesorios utilizados en ambientes menos controlados, como son las huertas fotovoltaicas, los parques eólicos o el cableado submarino.

La capacidad de innovar que demuestran nuestros fabricantes no solo asegura el cumplimiento de los nuevos requisitos, sino que también contribuye a la sostenibilidad y eficiencia de los productos, posicionándolos a la vanguardia en el sector.

Los procesos de fabricación están siendo monitorizados y controlados rigurosamente para garantizar el cumplimiento de la producción sin desviaciones significativas respecto a su planificación. Actualmente, existen numerosos sistemas de control y gestión integrados que permiten a operarios, técnicos y responsables de operaciones supervisar los procesos de la cadena de producción de manera eficiente. Una consecuencia del proceso de datos en continuo es la reducción de la dependencia de un departamento de control de calidad al final del proceso, ya que los análisis de la calidad del producto se realizan de manera anticipada.

La digitalización y las herramientas avanzadas en esta toma de decisiones tienen un impacto positivo en la monitorización del proceso. Esto incluye tanto las variables relacionadas con la productividad como son la velocidad, la utilización, el control de cambios, los paros y los tiempos de puestas en marcha, como las variables de calidad, tales como la trazabilidad de los materiales y semielaborados, los parámetros de proceso y otras variables claves del producto definidas por los ingenieros de producto. La capacidad de analizar estos datos en tiempo real permite identificar y corregir desviaciones de manera inmediata, optimizando así la eficiencia al minimizar los tiempos y el uso de los recursos.

En conclusión, la integración de sistemas de control y gestión avanzados en los procesos de producción no solo mejora la productividad y la calidad, sino que también proporciona una mayor flexibilidad y capacidad de respuesta ante cambios y desafíos, asegurando que la producción cumpla con los estándares más exigentes desde el inicio de la fabricación hasta la entrega al cliente.

Facel ostenta las secretarías de siete subcomités de normalización de UNE, los cuales incorporan en las normas UNE que editan, ensayos, requisitos y otros criterios regulatorios que están directamente relacionados con la sostenibilidad. Estos subcomités trabajan diligentemente para asegurar que las normas incorporen las mejores prácticas, los avances tecnológicos, eliminando el uso de sustancias nocivas o peligrosas, promoviendo la reciclabilidad y, en definitiva, promocionando la estandarización de cables más seguros y sostenibles.

Además, Facel en su rol de Coordinador Técnico Sectorial (CTS) de dos comités de certificación de Aenor, mantiene un fuerte compromiso con la evaluación de la conformidad con las normas aplicables a los cables. Este compromiso se materializa en la otorgación por parte de Aenor de la marca ‘N’, que actúa como una garantía del cumplimiento de todos los aspectos funcionales y de sostenibilidad de los cables eléctricos y sus accesorios. La marca ‘N’ no solo certifica que los productos cumplen con los requisitos técnicos y de seguridad, sino que también asegura que se alinean con los criterios medioambientales más exigentes, contribuyendo así a la reducción de la huella de carbono y al fomento de prácticas de producción responsables.

Muchos de nuestros asociados distribuyen sus productos a diversos mercados internacionales, demostrando la competitividad y calidad de nuestra industria. Según datos de Icex / Estatcom, las exportaciones de cables eléctricos, especialmente los de cobre de uso habitual, superan ampliamente a las importaciones. Este éxito en el mercado global no solo refleja la capacidad de nuestras empresas para cumplir con los estándares internacionales más exigentes, sino también su habilidad para innovar y adaptarse a las demandas cambiantes del mercado. La fuerte presencia en el mercado exterior subraya la importancia de mantener altos niveles de calidad y sostenibilidad en nuestros productos, asegurando que sigan siendo preferidos por clientes de todo el mundo. Este dinamismo exportador es un claro indicador de la solidez y el potencial de crecimiento de nuestra industria en el ámbito internacional.

El crecimiento del sector estará estrechamente ligado a la necesaria inversión en infraestructuras, tal como hemos comentado anteriormente, así como en la rehabilitación eléctrica de edificios y viviendas, muchas de las cuales no cumplen con los actuales criterios de seguridad. Esta inversión es crucial no solo para mejorar la seguridad, sino también para fomentar el uso de la energía eléctrica, facilitando la transición energética en el ámbito residencial y reduciendo así el consumo de energía de origen fósil.

En España es imperativo abordar el déficit de viviendas y, tal como se indica en el informe Oreve, la rehabilitación de las existentes. De estas, solo un poco más del 22% (26,6 millones) fueron construidas bajo la última edición del Reglamento Electrotécnico para Baja Tensión (Rebt) que data de 2002 y que actualmente está en proceso de revisión. Este hecho subraya la urgencia de actualizar las instalaciones eléctricas para cumplir con los estándares de seguridad vigentes y estar preparadas para un presente y futuro consumo mayoritario de energías renovables.

En el informe Oreve se hace referencia a que los datos de la rehabilitación eléctrica de viviendas del primer semestre de 2024 muestran una mejora alcanzando un 0,23% según el Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España (Cscae). Sin embargo, esta cifra aún está lejos de la previsión del 0,31% establecida por el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (Pniec) para este mismo año, que equivaldría a la rehabilitación de unas 83.000 viviendas. Este desfase indica la necesidad de intensificar los esfuerzos y las inversiones para alcanzar los objetivos Pniec.

La descarbonización del sector residencial y la transición energética de la vivienda en España son una oportunidad única para que las personas dispongan de viviendas más eficientes, seguras, conectadas y de bajas emisiones, mejorando los consumos y su coste, además de su bienestar.

La electrificación y la instalación eléctrica actualizada, junto con la eficiencia energética, son los pilares para alcanzarlo.

Facel y, especialmente todos sus asociados, apuestan firmemente por la formación continua tanto en el ámbito de la fabricación como en el desarrollo de expertos en I+D. Nuestros asociados cuentan con centros productivos de referencia en el territorio nacional, donde implementan las mejores prácticas y las tecnologías más avanzadas. Las inversiones que el sector realiza tienen dos componentes muy marcadas. Por un lado, están los recursos productivos como son máquinas, utillajes y controles de proceso para la producción de cables. Por el otro, se invierte significativamente en la formación de ingenieros de proceso y especialistas en producto, investigación y desarrollo, quienes aplican sus conocimientos para diseñar y producir cables que cumplen con las normativas nacionales e internacionales más exigentes. Este enfoque integral no solo asegura la calidad y la innovación en nuestros productos, sino que también fortalece la competitividad de la industria a nivel global, promoviendo un entorno de mejora continua y adaptación a los desafíos del mercado, todo ello, a consecuencia del talento incorporado en nuestra industria.

Desde la Asociación no manejamos directamente los datos de comercialización de los productos de nuestros asociados. Sin embargo, podemos señalar que, en los primeros seis meses de 2024, las exportaciones a los estados miembros de la Unión Europea y a distintas zonas de América han sido particularmente destacables. Estas exportaciones no solo reflejan la calidad y competitividad de nuestros productos en mercados internacionales, sino que también demuestran la capacidad de nuestras empresas para adaptarse a las demandas y regulaciones de diferentes regiones. Cabe destacar que estas cifras se mantienen estables años tras año, con ligeras variaciones que indican una tendencia positiva y sostenida en la internacionalización de nuestros cables. Este éxito en los mercados exteriores subraya la importancia de continuar apoyando la innovación y la excelencia en la producción, así como de fortalecer las relaciones comerciales con nuestros socios internacionales.

Los cables y sus envases generan residuos tanto durante su producción como al final de su vida útil. Desde siempre, la industria ha apostado por la recogida, selección y reciclaje de estos residuos, abarcando tanto los materiales plásticos como los metales. Metales como el cobre (Cu) y el aluminio (Al), por ejemplo, se reciclan al 100%.

En lo referente a los envases, el sector ha tenido siempre un especial cuidado en la reutilización tanto de palets como, de las bobinas de madera. Estas, actualmente afectadas por el RD 1055/22 de envases y residuos de envases, están siendo gestionadas por los fabricantes desde hace bastante tiempo tal como la ley actualmente requiere, y así ha sido reconocido por la Administración a instancias de Facel.

En cuanto a la vida útil, los cables no son productos que tengan una ‘obsolescencia programada’. Su ciclo de vida es extenso, abarcando varias décadas, lo que los convierte en una opción duradera y fiable. Al final de su vida útil, los cables siguen siendo reciclables gracias a los tratamientos específicos establecidos para cada tipo de producto. Este proceso de reciclaje permite recuperar tanto los componentes plásticos como, especialmente, los metales con los que se fabrican habitualmente las pantallas eléctricas, las protecciones mecánicas o los propios conductores eléctricos.

La capacidad de reciclar estos materiales no solo reduce el impacto ambiental, sino que también fomenta una economía circular, donde los recursos se reutilizan de manera eficiente. Este enfoque sostenible es fundamental para minimizar los residuos y maximizar el uso de materiales valiosos, asegurando que la industria de cables continúe avanzando hacia prácticas más ecológicas y responsables.

En la medida de lo posible, los costes productivos deben trasladarse a los precios, siguiendo las tendencias del mercado de materias primas y energía, entre otros factores. En cuanto a los metales, existe información diaria y promediada que sirve de referencia en el sector. En nuestra página web (https://facel.es/servicios/impe/) recopilamos estos datos para proporcionar una referencia actualizada y precisa sobre la evolución de los costes (metales).

Los sucesos a los que se refiere impactan significativamente en los costes energéticos y, de manera aún más crucial, en la disponibilidad de materias primas que no siempre se pueden obtener de distribuidores locales o habituales. En situaciones de crisis graves, como a las que nos enfrentamos actualmente, es común que los abastecimientos confirmados en contratos no se cumplan debido a causas de fuerza mayor. Esto puede generar interrupciones en la cadena de suministro y aumentar la volatilidad de los precios.

Para mitigar estos riesgos, la implementación de tecnologías avanzadas y prácticas sostenibles puede ayudar a reducir la dependencia de recursos externos y mejorar la resiliencia frente a las fluctuaciones del mercado. En resumen, la capacidad de adaptarse a las condiciones cambiantes del mercado y de gestionar eficientemente los costes productivos es fundamental para mantener la competitividad y la estabilidad financiera en el sector.