Misión Cero emisiones: por qué la eficiencia energética es la clave

La continua escasez de energía ha disparado los costes en nuestro país, lo que amenaza la supervivencia de empresas en múltiples sectores. Muchos contaban con que la cumbre COP27, del pasado mes de noviembre, indicara el camino a seguir, pero dejó muchas preguntas sin respuesta.

Conseguir limitar el aumento de la temperatura media mundial en 1,5 grados centígrados es un proceso que implicará varios pasos, como electrificar el transporte y la industria, promover la transición a las energías renovables y fomentar el pensamiento económico circular. No obstante, los líderes empresariales también tienen que garantizar que las medidas que tomen sean factibles desde un punto de vista económico. Y en la raíz de esta desafiante ecuación, hay un aspecto infravalorado que creo que puede satisfacer las necesidades tanto de las empresas como del planeta: la eficiencia energética.

Adoptar las últimas tecnologías de eficiencia energética nos permite aprovechar más nuestros recursos energéticos actuales. De hecho, en el último informe de la Agencia Internacional de la Energía (AIE) se sugiere que la eficiencia energética podría reducir las emisiones de gases de efecto invernadero hasta un 40 por ciento en los próximos 20 años. Por tanto, no es de extrañar que la AIE considere que la eficiencia energética es el «primer combustible» en nuestro camino hacia las cero emisiones netas. Aquí es donde la industria puede tomar la iniciativa invirtiendo y adoptando tecnologías de eficiencia energética.

Los motores eléctricos son la piedra angular de la industria moderna. Realizan procesos en varios sectores, desde acerías hasta la producción de alimentos y bebidas; y tienen un papel esencial en los sistemas de calefacción, ventilación y aire acondicionado (HVAC) que nos permiten mantener temperaturas de confort, así como en las bombas que suministran el agua que llega a nuestros hogares.

Los motores eléctricos representan alrededor del 45 por ciento del consumo total de electricidad en todo el mundo. No obstante, de los 300 millones de motores en servicio actualmente, muchos son modelos obsoletos y menos eficientes que consumen más energía de la necesaria. Como resultado, se desperdician grandes cantidades de energía. Todo esto convierte a los motores eléctricos en elementos perfectos para nuevas tecnologías y procesos energéticamente eficientes que reduzcan las emisiones y garanticen la rentabilidad.

La normativa más reciente exige calificaciones mínimas más altas de eficiencia energética. Desde la normativa de 2021, la mayoría de los motores industriales de la UE deben tener una calificación de eficiencia de, al menos, IE3, que aumentará a IE4, para ciertas potencias, en junio de 2023. Es un paso en la dirección correcta, pero muchos operadores deciden ir más allá y optan por motores con una mayor calificación (IE5). Un motor IE5 reduce las pérdidas eléctricas hasta un 40 por ciento en comparación con los motores IE3, consiguiendo así que la empresa esté mejor preparada para el futuro.

No obstante, los motores energéticamente eficientes son solo el inicio. Los convertidores de frecuencia ajustan la velocidad de un motor a la demanda real en aplicaciones en las que muchos motores funcionan a velocidad nominal innecesariamente. Como dice un compañero, el uso de un motor sin convertidor es como «tener un único interruptor que enciende y apaga todas las luces de la casa al mismo tiempo, en lugar de un interruptor en cada habitación». Normalmente, la instalación de convertidores de frecuencia da lugar a un ahorro de alrededor del 25 por ciento o más en las aplicaciones de motores más frecuentes. Con los actuales precios de la energía, esto significa que los operadores pueden amortizar la inversión en cuestión de meses.

La reciente encuesta mundial sobre eficiencia energética de ABB ha demostrado que las empresas se toman en serio esta iniciativa. En nuestro país, de las más de 200 compañías encuestadas, el 98% ya están invirtiendo o tienen previsto apostar por estrategias para lograr un consumo energético más eficiente. Además, el 87% afirma que aumentará su gasto en este ámbito en los próximos cinco años. En pocas palabras, hay claros signos de avances en la dirección correcta.

A la par de la eficiencia energética, también es necesario crear una economía circular. Por eso ABB se ha asociado con Boliden, una compañía sueca de minería y fundición que produce cobre reciclado para usarlo en nuestros motores eléctricos de alta eficiencia.

El cobre reciclado tiene una huella de carbono un 65 por ciento menor que el cobre procedente del mineral virgen. Un motor normal de 75 kilovatios (kW) y 650 kg de peso puede contener hasta 80 kg de cobre. Sin embargo, el uso de cobre reciclado tendrá un impacto en reducción de las emisiones de CO2 alrededor de 200 kg por motor.

Además, ABB auditará los motores propios de Boliden para identificar los menos eficientes. Se sustituirán por motores de alta eficiencia y los viejos se reciclarán: un ejemplo perfecto de economía circular en acción.

Por todo ello, la adopción de una tecnología con mayor eficiencia energética ayudará a la industria a reducir las emisiones y los costes de explotación. Esto significa que se podrán cumplir tanto los objetivos empresariales como el compromiso de cero emisiones netas. Un enfoque que, combinado con una mayor colaboración industrial y pensamiento circular, será fundamental para lograr una transición plena hacia un mundo más sostenible.

Encontrarás más información sobre los variadores de frecuencia y motores SynRM IE5 de ABB en este enlace.