Chirimoya: de sabor dulce con toques levemente ácidos
Como «La delicia misma» definió Mark Twain a los exóticos frutos que se cultivan en los valles costeros al sur de Sierra Nevada.
Su sabor es personalísimo, distinto a cualquier otra fruta, y sus exigencias climáticas subtropicales tan especiales que hacen que su cultivo esté limitado a la comarca de Motril-Almuñecar y que con solo 2.500 hectáreas de cultivo España sea la primera productora mundial de Chirimoyas.
Por otro la dificultad de su cultivo explica las grandes diferencias de calidad que se encuentran en el mercado.
El sabor dulce con toques levemente ácidos, la baja presencia de huesos, el color verde de su piel y la correcta maduración solo se consiguen con un cultivo cuidadoso, una recolección en su punto y un manejo esmerado.
Resumiendo: La Chirimoya, más que ninguna otra fruta, agradece la dedicación, el saber y la delicadeza. La chirimoyas, bajo la marca La Palma, no es otra cosa que el resultado de esas tres cosas.
El consumo de chirimoyas está recomendada especialmente para los amantes de lo dulce, lo delicado, lo sabroso, lo exótico y lo alegre. Además sientan bien.