“Hasta ahora, no hemos recuperado la confianza de los mercados en nuestros productos hortícolas; en fruta dulce aún tardaremos toda la campaña”
Entrevista a Josep Piñol, responsable del sector Huerta de Joves Agricultors i Ramaders de Catalunya
6 de octubre de 2011
Hace cinco meses que explotó lo que comenzó llamándose ‘crisis del pepino’ y que acabó denominándose la crisis de la E. Coli. Una vez analizados motivos y consecuencias, ¿qué lecciones debemos obtener de ella?
La crisis 'E. Coli' ha puesto de manifiesto que los mecanismos actuales para gestionar estas situaciones no funcionan. Hemos aprendido que el exceso de burocracia no es bueno para nadie, ni siquiera para la propia administración, tal y como se ha demostrado. El gobierno alemán fue quien dió la voz de alarma pasando por encima de las autoridades sanitarias y provocando graves perjuicios. Otra de las cosas que hemos reclamado es que nuestras OPFH deben ser más ágiles en su funcionamiento ante situaciones de crisis. Sería interesante que los planes de retirada estuviesen prediseñados para ser ejecutados de inmediato y que realmente fueran efectivos. Asimismo, la Administración debe flexibilizar sus controles para que se puedan ejecutar y justificar de manera más sencilla, para que así favorezca a los productores afectados.
¿El gobierno español ha estado a la altura en esta crisis?
Sinceramente, desde Joves Agricultors i Ramaders de Catalunya pensamos que no lo suficiente. Desde el punto de vista político se debería haber sido más beligerante desde el primer momento, incluso desde la primera declaración pública que se hizo. Evidentemente, las circunstancias de crisis económica que vive la UE nos hacen muy dependientes de Alemania, pero eso no justifica que no seamos exigentes en el cumplimiento de las normativas (comunicación a las autoridades sanitarias antes de lanzar una alerta) y en la férrea defensa del sector productor que es, en definitiva, la despensa de la que todos nos alimentamos.
¿Se ha demostrado en esta crisis que las instituciones europeas no velan por los intereses de una política agrícola común?
Desde Jarc creemos que esta crisis ha sacado a la luz los diferentes intereses de los Estados miembro, pero eso no supone que no se haya velado por ellos desde las instituciones comunitarias. Quizás demasiado tarde, aunque se ha querido subsanar el error inicial con promesas de campañas de promoción que desde nuestra organización debemos apoyar. Cierto es que existen reticencias y escasa colaboración, pero seguimos pensando que Europa es una asociación de estados que debe velar por la protección de los mercados locales.
La UE ha defendido que las ayudas de compensación llegarían al agricultor de una forma inmediata. Por lo que han podido comprobar a través de sus asociados, ¿esto ha sido así?
Sí, las ayudas aprobadas han llegado con celeridad a los productores afectados. De los 227 millones de euros aprobados por Bruselas, España ha recibido 71 millones, de los que Andalucía ha percibido 68. Los productores catalanes han cobrado un total de 31.859,29 euros, que representan el 0,14% del total de las ayudas, lo que constata la escasa repercusión que han tenido en nuestra comunidad autónoma.
En un principio se habló de pérdidas que rondaban los 40 millones de euros a la semana durante el apogeo de la crisis. ¿Esas cifras eran reales? ¿Qué consecuencia está teniendo hoy en día sobre la producción hortofrutícola española?
Sí las cifras eran reales, incluso a fecha de hoy podemos decir que se quedan cortas. Sin embargo, el procedimiento para declarar los productos afectados, al principio, cuando se procedió a su contabilización supuso en algunas Comunidades Autónomas un verdadero laberinto.
La crisis 'E. Coli' tuvo un efecto que aún dura en el resto de productos hortícolas destinados al comercio exterior, y eso provocó un mal inicio de las exportaciones en el sector frutícola. Este fenómeno se notó especialmente en la fruta de hueso, y se ha apreciado a lo largo de toda la campaña de comercialización de este producto, agravándose con los problemas que tuvimos, recientemente, debido a los ataques franceses a nuestros camiones de fruta.
Algunos medios han recogido la necesidad que los productores españoles cuenten con un lobby en Bruselas que les defienda y cree sinergias positivas hacia el sector hortofrutícola español. ¿Qué opina JARC, al respecto?
Creemos que tener lobbies de presión en los puntos donde se toman determinadas decisiones para el sector siempre es muy interesante. En este sentido, entendemos que el COPA-COGECA ya ejerce esta función, puesto que representa a las organizaciones agrarias y a las cooperativas, y sin duda vela por la defensa de los intereses de los agricultores. En el caso que nos ocupa, el problema no vino dado por los lobbies. Tuvo un claro trasfondo político marcado por las decisiones económicas del eje francoalemán que imponía sus razonamientos en forma de resoluciones.
¿Qué acciones se están llevando a cabo para recuperar la confianza del consumidor europeo? ¿Para cuándo se espera recuperar los números previos a la crisis?
En lo que se refiere a los hortícolas, hasta este otoño no se ha recuperado la confianza de los mercados. En cuanto a la fruta dulce, se augura que hasta finales de campaña de fruta de semilla arrastraremos los problemas iniciales. Respecto a las acciones para recuperar la confianza de los mercados, cabe decir que en breve se pondrán en marcha las acciones de promoción aprobadas por Bruselas, dotadas de un presupuesto de cinco millones de euros anuales, y confiamos que tengan incidencia en el consumidor.