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La Semana Santa dispara los márgenes comerciales de las principales hortalizas

03/05/2011

03 de mayo de 2011

La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) y las organizaciones de consumidores UCE y CEACCU denuncian que la Semana Santa ha disparado los márgenes comerciales de las principales hortalizas. Las bajas cotizaciones en el campo no han tenido su reflejo en destino y la gran distribución ha impedido que, en plena campaña, los consumidores se puedan beneficiar de la calidad de las hortalizas de temporada a un precio más asequible. Tanto es así, que tal y como recoge el IPOD de abril, los productos agrícolas multiplicaron por 5,05 su precio y los ganaderos por 3,37. De esta manera el IPOD total se eleva hasta el 4,67, un 25% más que en abril de 2010.

Por productos, son destacables los márgenes comerciales de las mencionadas hortalizas: berenjena (859%), tomates para ensalada (761%), brócoli (676%), cebolla (653%) y calabacín (572%). El limón, como viene siendo habitual en cada primavera, también multiplica casi por nueve su precio del árbol a la mesa. En productos ganaderos, carne de cerdo (347%) y ternera (353%) lideran los diferenciales más significativos.

“Una vez más, los datos evidencian que la distribución mueve los hilos de la cadena agroalimentaria a su antojo, independientemente de la evolución de los precios en el campo, e impone condiciones desde arriba para salvaguardar sus márgenes, manteniendo o incluso elevando los precios en épocas de mayor consumo (caso de las vacaciones de Semana Santa) y cuando las producciones están en plena campaña”, ha apuntado Miguel López, Secretario General de COAG, durante la presentación de estos datos en la rueda de prensa celebrada esta mañana en Almería.

El máximo responsable de COAG ha apuntado además que desde esta organización se ha remitido a la ministra Aguilar un documento de propuestas para que la futura ley de medidas para la mejora del funcionamiento de la cadena agroalimentaria “sirva para combatir prácticas comerciales desleales y abusivas, mediante el establecimiento de controles más estrictos y sanciones, y fomentar iniciativas de autorregulación mediante la elaboración de contratos-tipo, la adopción de códigos de buenas prácticas comerciales y la compatibilización de las normativas de competencia”.