Entrevista a Àngel Genís, gerente de Contrerina
11 de febrero de 2011
El sector de cítricos es uno de los más interesados en Hortomold. Foto: Contrerina, S.L.
¿De dónde surge la idea del envase Hortomold?
De una organización empresarial de agricultores, la Unió de Llauradors i Ramaders de Valencia, para intentar darle una solución al problema de la paja. Ésta se quemaba bajo informes que lo justificaban por temas sanitarios. Pero se sabía que esa práctica tenía una fecha de caducidad, que fue efectiva en 2008.
¿Cómo llegaron a colaborar agricultores y Contrerina?
Sabían que teníamos un proyecto medio desarrollado sobre envases moldeados, pero con base papel y cartón reciclados. Querían saber si se podía añadir paja. Al principio intentamos obviar el trabajar con la paja de arroz por los problemas que conlleva retirarla del campo y pasarnos a otro tipo de cereal, como trigo, cebada y, sobre todo, maíz. Pero se hicieron unas pruebas y no se cumplían las condiciones de resistencia. Así que la base fundamental de estos envases es la fibra de la paja del arroz.
Pero se le añade pasta de papel y cartón, según tengo entendido...
Se le puede añadir. Dentro de lo que es la patente se puso eso para ampliarlo un poco. Pero Hortomold está hecho 100% con pasta derivada de la paja del arroz. No lleva mezcla de pasta de papel ni reciclado.
El proceso es absolutamente ecológico. ¿Qué quiere decir eso?
Es un proceso similar al de la producción de la pasta papelera, pero solamente es mecánico, no se llega a la parte química porque no se va a realizar una pasta refinada. En el propio envase se aprecia que está hecho con paja, porque aparecen trozos de ésta. La paja está triturada y desfibrada, pero no refinada. Si estuviésemos hablando de fabricar papel, sí que habría que llegar al refino y a los procesos químicos.
¿Qué tipo de maquinaria utilizan? ¿Han aprovechado algún sistema ya existente?
No. Se ha desarrollado una tecnología específica, una máquina de moldeo específica para el formato de los envases. Había máquinas, pero de formato muy pequeño, para bandejitas y piezas de pequeño tamaño pero, para piezas de 60x40x24 centímetros no existían máquinas. Lo que sí se ha aprovechado son las máquinas desfibradoras.
¿Qué ventajas y desventajas tiene el envase Hortomold?
En cuanto a desventajas, al ser un envase moldeado, es más costoso imprimirlo. En el envase de cartón en que la impresión es en plano, ésta puede ser muy barata. En este caso se tendría que utilizar flexografía o tampografía, que es más caro. Pero, como este producto no es para llenarlo de dibujos y se pretendió hacerlo totalmente ecológico, pues cuanto menos lo ensuciemos, pues más natural queda.
En cuanto a ventajas, se trata de un producto barato, del orden del 20% por debajo del valor del cartón. Minimiza el espacio a utilizar al ser encajable. El espacio que ocupan tres mil cajas montadas -un camión grande necesita 33 palés- es de 80 metros cúbicos. Una vez vacías, pasan a ocupar el tamaño de un palé, sin necesidad de medios mecánicos para prensarlos. Se ponen las cajas una dentro de otra, como si fuesen las cajas de los huevos. Como su composición es totalmente vegetal, no es ningún inconveniente el eliminarlas con la basura normal. Para la distribución ésto es un ahorro porque no necesitan invertir en maquinaria de prensado para la destrucción del envase.
¿Para qué tipo de productos está pensado?
Fruta más o menos redonda. Los productores de naranjas son los que más se han interesado. Manzanas, kiwis, peras... y el mundo del tomate.
¿Ya está en el mercado?
No, porque aún no se produce industrialmente. Se hizo un prototipo de máquina y no se ha llegado a poner en forma industrial, por el problema de sacar del campo la paja del arroz. Estamos desarrollando una maquinaria para granular y sacar la paja del campo.
¿Qué beneficios tiene para los agricultores?
Se les extrae la paja del campo, que no pueden retirar por problemas económicos. Al no poderla sacar ni quemar, decidieron enterrarla. Se gastan el dinero embalando la paja y luego no saben qué hacer con ella, porque como alimento para animales ya no sirve —por su alto índice de sílice es indigerible incluso para los rumiantes—. Y el problema grave es que, para poder embalar la paja, primero se tiene que secar. Si la embalas verde, al cabo de tres o cuatro meses se quema por autoignición. El proceso de putrefacción genera calor y al final es fuego. Y no la podemos secar porque después de la cosecha, en el mes de octubre, aquí empiezan las lluvias torrenciales, que inundan el campo.
Y cuando se entierra...
La paja empieza su proceso de descomposición y genera metanos. Cuando inundas el campo para sembrar, esa metanización secuestra las moléculas de oxígeno y ahí empieza a perjudicar al agricultor: esa falta de oxígeno en el agua, incide directamente en la germinación de la semilla. Por otra parte, el agua de por sí ya es bastante pobre en calidad y, si le vas quitando oxígeno, llega la muerte de la fauna piscícola.
¿Y cuál sería la solución?
Hemos desarrollado un prototipo de máquina, pero estamos esperando ayuda oficial. Ahí tiene que intervenir la administración pública porque ya no es un problema de la industria privada. Una vez desarrollado el prototipo, ya entraría la iniciativa privada.
¿Cuándo podría llegar el envase al mercado?
Estamos esperanzados en poder resolver el problema de cómo extraer la paja en esta próxima campaña. Para finales de 2011 nos gustaría poder sacar al mercado el producto.