Uva de mesa del Valle del Vinalopó, sabor y salud en un racimo
24 de enero de 2011
Esa pequeña fruta que en la naturaleza viene en compactos racimos y de la cual su zumo ha inspirado tantas variopintas producciones y extracciones como los sofisticados vinos y champagnes que pueden obtenerse con ella, tras sus procesos de fermentación. Es una vez más la protagonista de otra hermosa historia de producción local y artesanal, hecha con los conocimientos familiares que pasan de generación en generación y que finalmente termina consolidándose como un gran éxito comercial, pero sin perder su esencia ni sus raíces.
En esta ocasión, hacemos referencia a la ‘Uva de Mesa Vinalopó’, que se cosecha en este valle alicantino que ostenta este peculiar nombre aparentemente heredado del árabe ‘binalub’ o 'Peña del Lobo', y que hace gala de su importante título de Denominación de Origen Protegida.
Esta denominación le fue concedida para certificar la procedencia de la uva y asegura que cada racimo supera los controles de calidad que exige el consejo regulador, obteniendo así un producto de calidad. Este consejo se encarga básicamente de identificar la uva embolsada utilizando para ello, vitolas en los racimos y separadores numerados que acompañan a cada caja, cumpliendo así con exigencias de uniformidad, color y tamaño.
Esta uva de mesa sale directo de este fértil valle al sur de la Comunidad Valenciana hacia los principales mercados nacionales e internacionales, debido a su cercanía con el aeropuerto internacional de El Altet, redundando en una rápida distribución sin deterioro ni merma, siendo de esta manera reconocida por la Unión Europea, como lo demuestra su sello de Denominación de Origen.
Técnica del Embolsado
La técnica del embolsado de la uva de mesa en sus inicios se debe al ingenio de Manuel Bonmatí Abad (1883-1969). Quizás, como otros tantos descubrimientos famosos de la humanidad, pues según dice el propio Don Manuel Bonmatí en un artículo suyo publicado en la revista Betania, la plaga de la 'Cochylis' (conocida hoy como polillas del racimo –Lobesia Botrana–), hacía estragos en los viñedos desde 1912. Y añade: “...durante los años 1912 a 1919 empleé muchas y enérgicas fórmulas para combatirla, pero todas con poco éxito...”. Este tipo de producción se originó porque a comienzos del siglo XX una plaga asolaba los cultivos, por lo que a un agricultor alicantino se le ocurrió colocarle bolsas de papel sobre el racimo, lo que no sólo la protegía de la plaga, sino que también lo hacía de la fumigación y de las inclemencias del tiempo.
Ésta técnica solamente puede ser utilizada por siete poblaciones en el mundo y todas ellas ubicadas en este valle alicantino, las cuales son Agost, Aspe, Hondón de los Frailes, Hondón de las Nieves, Monforte del Cid, Novelda y La Romana. El 'Embolsado' así, actúa retrasando la maduración y permitiendo que en invierno el mercado disponga de una fruta propia del verano. En el mes de julio se seleccionan los mejores racimos y se cubren con un papel especial que se cierra por el pedúnculo, mientras que queda abierta la parte inferior. Aproximadamente se ponen unas 250 millones de bolsas para producir cerca de 190.000 toneladas.
Variedades y propiedades
Existen dos variedades cultivables en esta región y por este método: la Ideal y la Aledo. La primera posee un racimo grande, grano grueso, color amarillo y un ligero sabor a moscatel. Se consume generalmente en los meses de septiembre, octubre y noviembre. Mientras que la Aledo es más tardía, de grano mediano, blanca pálida y un sabor neutro dulzón. Se consume mayormente entre diciembre y enero, despidiendo el año. En estos momentos ya se está trabajando de cara al futuro, poniendo en marcha una selección clonal de ambas variedades. “De este proyecto se ha realizado ya la fase de selección de cepas y está terminado también la limpieza sanitaria en los laboratorios del IVIA Valencia. Faltan las pruebas de material en campo que durarán todavía unos tres años”, afirma Luís González. “Otro proyecto que se está realizando es la creación de un envase genérico para toda la uva que se comercialice con Denominación de Origen. Este trabajo lo va a ejecutar los laboratorios de Ainia y esperamos contar con algunas muestras para la próxima campaña.”
La uva está ampliamente recomendada para muchos aspectos de la dieta saludable, tal como asevera María José Rosselló, del Instituto Químico de Sarriá de Barcelona, puesto que tiene un alto aporte de fibra, facilita el tránsito intestinal, tiene baja dosis de azúcares, ayuda a prevenir las enfermedades cardiovasculares y el cáncer debido a su contenido en compuestos polifenólicos y su concentración de ‘Resveratrol’. Igualmente tiene efecto de antienvejecimiento celular y de protección celular a enfermedades como cataratas.
La uva del Valle del Vinalopó, contribuye a la dieta mediterránea para fortalecer las cualidades saludables de la misma. Es de valorar que tiene altos índices de ‘Resveratrol’, potente sustancia anticancerígena que se concentra en la piel y que es capaz de ayudar a prevenir el desarrollo de tumores, según lo demostró un equipo de científicos de la Universidad de Illinois y de la Facultad de Farmacia de la Universidad Complutense de Madrid, en diversos estudios celulares. “A la vista de las perpectivas del impacto del Resveratrol en la salud humana, la carencia de toxicidad de dicho compuesto y la disponibilidad del mismo mediante la alimentación, se justificó, en base a todas estas propiedades farmacológicas importantes de este compuesto en la uva y viendo las características especiales de que consta la uva de mesa embolsada cultivada en esta comarca, el iniciar un proyecto de investigación denominado 'Análisis de Resveratrol en la uva de mesa embolsada de Vinalopó' con el fin de analizar este compuesto en la uva, confirmándose que el Resveratrol, constituyente común de la dieta humana, puede contribuir al descenso de la incidencia de enfermedades cardiovasculares, así como a una disminución del riesgo de carcinogénesis”, añade Luís González.