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Las 4 p: placentero, práctico, de proximidad y precios pequeños

Pere Papasseit17/12/2013
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Entre los productores y distribuidores de frutas, hortalizas, flores y plantas de vivero, las 4 p del títular ¿son aspectos que están bien entendidos por las profesiones hortícolas? En la educación consumista de la gente está asumido que las frutas y verduras son ‘alimentos saludables’ que las flores son atractivas y que las plantas de vivero en casa y en el entorno urbano nos relacionan con la naturaleza y nos hacen sentir felices.

Para el éxito comercial se trata también de estar atentos a un mayor número de aspectos. En las verduras, por ejemplo, parece ser más interesante el valor del limpio, cortado y listo para comer de la IV gama en lugar del volumen de montones de lechugas, coles o zanahorias a granel… Encuesta tras encuesta se confirma que los clientes de las fruterías preferirían frutas con mayor sabor.

Más de las tres cuartas partes de las ventas de frutas y verduras en Francia, Alemania y el Reino Unido las vende la GDO y en España e Italia casi la mitad. En muchos países el circuito corto (con el menor número de intermediarios posible) y la proximidad, son un modelo de comercio difícil de clasificar, modernizar y organizar. Sin embargo, son una ventana comercial que muchos creen con destacable interés económico y social, para las asociaciones de productores y minoristas tradicionales que quieran crear modelos de negocio con futuro en la distribución de los productos del huerto mediterráneo: frutas, hortalizas, viña y vino, aceite de oliva, flores y plantas de vivero.

“Los consumidores deberían saber que tienen derecho a conocer de dónde vienen los alimentos que se comen, las flores de sus hogares y oficinas y en cómo se deciden los ajardinamientos en sus barrios”

¿Hay estrategias para modernizar la horticultura actual? En opinión de muchos, atender tan solo a la demanda de ciertos circuitos comerciales de ‘siempre precios bajos’ conduce a la ruina de los productores.

Creo que los consumidores deberían saber que tienen derecho a conocer de dónde vienen los alimentos que se comen, las flores de sus hogares y oficinas y en cómo se deciden los ajardinamientos en sus barrios. En la sociedad actual los productores de la industria hortícola moderna, además de ser agricultores, también pueden aprender marketing y elegir buenos socios para distribuir lo mejor posible sus frutos y plantas. Sus clientes quieren productos prácticos de transportar, guardar y usar o consumir. En frutas, verduras y flores, la gente las quiere, nunca mejor dicho: buenas, bonitas y a buen precio.

Parece ser que una horticultura moderna requeriría una oferta bien segmentada y amplia, bien diversificada para cada especie vegetal. En los formatos de venta, habría que diferenciarse. La variedad es un valor y a los consumidores no debería escatimárseles su conocimiento. Se pueden crear más valores para los compradores y facilitarles la compra y consumo. Los productores aún pueden pensar mucho en calidades, destacar el mensaje de ‘natural, natural’, en el de los encantos de su territorio y destacar la modernidad en los formatos de la poscosecha.

'Fresco más tiempo', reducir el tiempo desde la recolección hasta la compra del consumidor, significa valores para los clientes y hacerles disfrutar la fruta, verdura o flores más tiempo en su casa para consumirla, es también crear menores ocasiones para el desperdicio. 'Distribución a la demanda', just in time, menos grandes camiones o palés y más furgonetas de grupajes. Hay que modernizar y emplear la mejor tecnología hortícola posible en la horticultura local. Los consumidores se aburren; el desconcierto hortícola de los actuales urbanitas hay que aprovecharlo para diferenciar y cautivar en los establecimientos en donde venden frutas, verduras y flores.