Cadenas de valor internacionales hortícolas: el ámbito mediterráneo
Para un país en desarrollo y con relación a las cadenas de valor internacionales, en el documento de Miguel Merino, se plantean preguntas tales como si deben participar o no de las mismas, si es deseable o posible, y cómo participar y cómo mejorar la posición de los participantes locales en la cadena, hacia eslabones más rentables. En este sentido pueden parecer válidas las opciones de cooperación económica euromediterránea.
El debate euromediterráneo
Para un país en desarrollo, el primer objetivo de su agricultura, en la alimentación, es autoabastecerse. En muchos países lo principal debería ser preguntarse sobre “producir alimentos”, ¿para qué? y ¿para quién? Los países mediterráneos que quieran mejorar y acelerar su desarrollo deben “invertir” y “reflexionar” para autoabastecerse. En la UE se cree que entre ellos pueden hacer su propia PAC.
La misión principal de la agricultura de un país es alimentar a su población y no lo es crear oligopolios de empresas exportadoras. Intuyo, como dicen muchos expertos, que hay oportunidades en equilibrar las políticas del sector agrícola en el Mare Nostrum. Hay un parámetro de cooperación, que no pasa ni por Berlín ni por Bruselas; es el diálogo de los 5 + 5, Portugal, España, Francia, Italia y Grecia con los Turquía, Egipto, Túnez, Argelia y Marruecos.
Una problemática es la ‘organización’ política de los territorios. Los núcleos urbanos de El Cairo, Túnez, Trípoli o Casablanca están en el siglo XXI, pero los centros rurales, en muchísimos casos, viven en el siglo pasado. Incluso en Egipto y Marruecos crece la población en el sector rural. En Túnez sus propios alimentos tienen dificultades para el acceso a la capital por falta de logística.