FAECA defiende que en el sector del ibérico se llame a las cosas por su nombre
6 de junio de 2012
Durante los últimos 10 años, y a raíz de la publicación de la norma del 2001, el Grupo de Trabajo de Porcino Ibérico ha alertado de la necesidad de controlar el etiquetado para diferenciar los productos procedentes de sistemas ganaderos intensivos y extensivos, así como de cerdos ibéricos y cruzados. La posterior norma de 2007, que complicó aún más la situación, y la ausencia de una vigilancia efectiva han provocado, en Andalucía, un retroceso cercano al 40% en la producción del ibérico de dehesa, sólo en el último año.
Así se pone de manifiesto, según datos manejados por el Grupo de Trabajo, relativos a las campañas 2009, 2010 y 2011, los cuales indican, además, que el descenso ha superado el 60% en los dos últimos ejercicios. Estas cifras vienen a demostrar que la norma del ibérico, concebida para amparar la raza ibérica, garantizar la sostenibilidad del ecosistema de la dehesa y asegurar la transparencia al consumidor, ha resultado del todo ineficaz.
Por tanto, desde FAECA se continúa reclamando una nueva norma que proteja exclusivamente al cerdo ibérico de producción extensiva y que obligue a diferenciar, a través del etiquetado, si los productos comercializados (jamón, paleta o caña de lomo) proceden de cerdos ibéricos o cruzados, alimentados a base de bellota o pienso, de modo que el consumidor cuente con todas las garantías a la hora de realizar su compra.
En resumen, lo que FAECA defiende es que en el sector del ibérico a las cosas se las llame por su nombre y que no haya quienes se aprovechen de la imagen de un producto para vender otro, a costa del futuro de cientos de productores y del verdadero cerdo ibérico de la dehesa, cuya cabaña ganadera se encuentra en imparable retroceso.