El proyecto Futural presenta buenos resultados en tecnologías aplicadas a productos alimentarios

En el marco de las instalaciones de Ifema, la Feria de Madrid, se llevó a cabo el pasado 28 de junio la presentación del proyecto Futural. Mireia Molins, investigadora del Irta y coordinadora técnica de Futural, explicó que “su misión es sentar las bases para el uso de las nuevas tecnologías en la producción de alimentos y queríamos adaptarlos a las nuevas necesidades de consumo”. El proyecto contó con un presupuesto de 20,63 millones de euros, de los cuales, el Ministerio de Ciencia e Innovación financió 9 millones de euros (el 44,19%) a través del programa Cenit, del Centro para el Desarrollo Tecnológico e Industrial (CDTI).

Uno de los retos que suponía el programa Cenit Futural, comentó Molins, era que se proponía que “hubiese una inversión y un esfuerzo considerable en el personal propio de las empresas que se dedicasen a la I+D, pero también de los centros tecnológicos y organismos de investigación que participaran en cooperación. Futural ha sido un éxito en este sentido porque hemos cumplido ampliamente las normativas que se establecieron en su día. Estamos por encima del 33% en la colaboración con organismos y el personal tienen un peso considerable”.

En cuanto a los resultados, Molins afirmó que “Futural ha lanzado 23 productos nuevos al mercado, tiene en carrera ya 12 patentes, cinco modelos de utilidad, 33 publicaciones científicas, dos tesis doctorales, trece nuevos procesos, seis nuevos servicios y once empresas del consorcio afirman que han integrado nuevas tecnologías. Se sabe que hemos participado ya en más de 55 actos. En cuanto a empleo y formación, en tiempos de crisis Futural ha participado en la creación de 25 puestos de trabajo, de los cuales el 74% son contratos indefinidos”.

“En cuanto al impacto –explicaba Mireia Molins–, casi la mayoría de las empresas (un 87%) han afirmado que han mejorado su capacidad para innovar, más de la mitad (un 57%) afirma que les ha permitido acceder a nuevas redes tecnológicas”. La coordinadora de Futural también explicó que se “han detectado 26 nuevos proyectos derivados de éste, seis de los cuales ya han sido aprobados”.

La colaboración interempresarial también fue un resultado interesante de este estudio ya que un 87% de las mismas trabajaron juntas en otros ámbitos ajenos a Futural y “un 83% ha colaborado con organismos de investigación, cosa que no había hecho antes, y que les ha permitido la conexión con otras iniciativas”. Además, “el 22% participa en proyectos del programa Marco, el 40% lo hacen en proyectos internacionales, más de un tercio se visualiza como líder de un proyecto europeo y el 91% de las OIs del consorcio ya trabajan y lideran proyectos europeos e internacionales”.

Pero el proyecto Futural ha aportado, como hemos comentado, muchas aplicaciones y nuevos procesos, los cuales fueron explicados por el director científico, Jacint Arnau, quien comenzó su intervención hablando de “las nuevas aplicaciones de los fluidos supercríticos en la industria alimentaria”. Se trata de un uso específico del CO2 que, en su forma líquida, “es un disolvente que tiene una gran capacidad de extracción, pero a diferencia de los disolventes orgánicos, tiene una ventaja, que desaparece en condiciones atmosféricas normales”.

Se trata por tanto de una tecnología muy limpia que se utiliza “para extraer sustancias de gran valor añadido”. Eso significa que han aislado algunas sustancias por lo que tiene, según Arnau, “un futuro muy prometedor porque se trata de productos naturales”. Jacint Arnau también explicó las novedades en el desarrollo de nuevos sistemas de envasado. De los que resaltó dos tipos: “Uno, un caso concreto en el área de la pesca, en el que se han desarrollado nuevos sistemas de envase y embalaje”.

Se trata de envases activos en los que se ha aislado “una sustancia activa con alta capacidad antioxidante y antimicrobiana procedente de la industria cervecera y esta sustancia se ha incluido en los films para ejercer estas funciones”. De esta forma, se pretende revitalizar “un subproducto de una industria alimentaria para que tenga una aplicación de gran valor añadido”. Por ejemplo, si envasamos carne con este tipo de envases, produce un efecto que “alarga la vida útil, realiza una acción antioxidante, estabiliza el color, evita el ranciamiento y frena el crecimiento de varios microorganismos”.

Otros de los temas presentados por Jacint Arnau, fueron la sustitución del tratamiento térmico convencional por transferencia de calor por el de altas frecuencias (generación interna de calor); la aplicación de las altas presiones en diversos productos como el marisco (ostras, cigalas, langostas...) como una realidad ya en el mercado; y finalmente el desarrollo del QDS, un revolucionario proceso de secado-curado de embutidos loncheados que ha revolucionado la industria mundial.

Tras la presentación de Jacint Arnau, cuatro empresas que han formado parte del proyecto realizaron breves exposiciones sobre los objetivos conseguidos en su participación. Andrés Hernando, de NC Hyperbaric, explicó que “hemos duplicado nuestras ventas en 2010 porque nuestra tecnología era diferente”. También destacó el papel de su empresa en el proyecto de desarrollo y fabricación de un prototipo de altas presiones ultrarrápidas, la caracterización del procesado y altas presiones normales (AP) de diferentes matrices alimentarias.

Montserrat Rivero, de Laboratorios Ordesa, destacó que, para su empresa, ha sido la mayor inversión en un proyecto de I+D: 2,4 millones de euros y un resorte de crecimiento de la inversión en I+D (35 %), suponiendo un excelente banco de pruebas para su nueva planta piloto Irta-Ordesa. Por su parte, Jaume Juher, de Innoducky, relató a los asistentes sus trabajos y experiencias en la aplicación de las altas presiones en productos derivados del foie, con la obtención de una serie de productos muy competitivos en el segmento de los productos de alta gama.

Juher reconoció que “innovar para pequeñas empresas es posible, complicado, pero posible”. Continuó destacando la importancia de la innovación afirmando que “invirtiendo en I+D hemos parado el descenso de ventas y hemos conseguido llegar a otros países”. Finalmente, Benet Fité, director de I+D del Grupo Mahou-San Miguel, hizo la presentación de un compuesto a base de polifenoles, obtenido de las corrientes residuales del proceso clásico de elaboración de la cerveza, que se caracteriza por sus propiedades para alargar la vida comercial de los productos envasados.

En el proyecto se ha desarrollado un proceso de extracción de dichos polifenoles, con propiedades antioxidantes, antimicrobianas y termoestables, que son incorporados a los envases activos mediante la utilización de nanoarcillas y que han sido aplicadas con éxito para la conservación de carne de vacuno envasada. De esta forma hemos podido dar valor a un subproducto generado por nuestra actividad cervezera, señaló Benet Fité.