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Los plásticos biodegradables, los reutilizables y los compostables son las soluciones más utilizadas

Envases plásticos sostenibles para uso alimentario

Eva Verdejo Andrés (responsable de la línea de negocios de Reciclado y Medio Ambiente) y Miguel Ángel Sibila Lores (técnico especialista Laboratorio Químico). Instituto Tecnológico del Plástico (Aimplas)31/08/2010

31 de agosto de 2010

El mercado de la alimentación es el principal consumidor de envases y embalajes plásticos. Su gran consumo genera una gran cantidad de residuos de este material, que muchas veces no es gestionado adecuadamente. Actualmente, el mercado demanda envases más sostenibles, lo que ha motivado que el sector de los plásticos emprenda una serie de acciones que se detallan en este artículo.

En los últimos años, el consumo de plásticos ha experimentado un considerable crecimiento, debido a las innumerables propiedades físico-químicas y aplicaciones que estos materiales presentan. De acuerdo con los resultados obtenidos por el grupo de investigación de mercado ‘PlasticEurope y el Acuerdo de Asociación entre Centroamérica y la Unión Europea’, la producción actual de envases y embalajes plásticos en Europa supone un 38% de la producción total de plásticos, lo que equivale a un total de 22,8 millones de toneladas. Dentro de este sector, el mercado dominante es la alimentación, comprendiendo un 60% del consumo (35% para envases para comida y 25% para envases de bebidas), según estudios realizados por la AMI (Applied Market Information Ltd.). Fruto de este elevado consumo se genera una gran cantidad de residuos plásticos, los cuales, en muchas ocasiones, no son gestionados adecuadamente y consecuentemente arrojados indiscriminadamente o depositados en vertederos.

La industria del plástico para la alimentación busca envases más sostenibles
La industria del plástico para la alimentación busca envases más sostenibles.

En la actualidad existe una creciente tendencia en el mercado hacia envases más sostenibles, particularmente en el campo alimentario. En este sentido, cabe destacar las siguientes acciones: uso de materiales reciclados, biodegradables, materiales procedentes de fuentes renovables, productos más ligeros, productos reciclables, etc.

Estos materiales suponen una alternativa sostenible a la contaminación masiva de plásticos, dado que permiten reducir el uso de materias primas, se emplean materias primas menos impactantes, se facilita el fin de vida del producto, se generan menos residuos, se producen menos emisiones de CO2 a la atmósfera, etc. Sin embargo, en muchas ocasiones este esfuerzo no es percibido por el consumidor y, por tanto, el producto no recibe la acogida prevista. Por ello, resulta necesario distinguir estos envases del resto, de forma que el usuario final sea capaz de elegirlo en base a unos criterios ecológicos y poder así facilitar la denominada Compra Verde Privada. El ecoetiquetado es una herramienta que nos permite informar y estimular a los consumidores a escoger productos y servicios con menores repercusiones sobre el medio ambiente. Además, nos permite identificar aquellos productos o servicios cuyos efectos medioambientales durante todo su ciclo de vida sean menores que los de su misma categoría que no pueden obtener el distintivo.

Envases reciclables y/o reciclados

Los envases reciclables son aquellos que están diseñados de tal forma que si se depositan en el lugar adecuado (por ejemplo en el contenedor amarillo de recogida selectiva) es posible su reciclado posterior. Para que un envase plástico sea reciclable se ha de trabajar con monomateriales o multimateriales compatibles, o también con multimateriales que, aunque no sean compatibles, sea posible su separación antes del reciclado. Además se han de tener en cuenta otros aspectos, como la presencia de aditivos y cargas, los posibles recubrimientos de las piezas por pintado o impresión, etcétera, que pueden dificultar el reciclado.

Estas características que debe cumplir el producto para que sea reciclable son difíciles de cumplir en el sector del envase y embalaje, ya que las exigencias, cada vez más altas, de los envases para mejorar sus propiedades mecánicas y aumentar la vida útil de los productos hacen que el uso de estructuras más complejas, por ejemplo, estructuras multicapa, sea una práctica muy común, lo que dificulta, o en ocasiones hace imposible, la separación de materiales, su compatibilidad y su reciclado posterior. Es por ello que se han llevado a cabo multitud de trabajos de investigación y desarrollado técnicas alternativas para mejorar la separación y reciclabilidad de estos materiales.

El uso de envases reciclables implica en general una mejora del medio ambiente, porque se facilita el fin de vida de sus residuos hacia el reciclado. Por tanto, se les da una segunda vida a estos materiales.

Los envases plásticos reciclados, son los fabricados a partir de materia plástica reciclada. Suponen una reducción del consumo de materia prima virgen, lo que implica una disminución del impacto ambiental en la extracción de la misma y en general en el consumo energético.

Estos envases están constituidos, generalmente, por polímeros básicos del tipo polietileno (PE), polipropileno (PP), poliestireno (PS), polietilen teraftalato (PET) o policloruro de vinilo (PVC) aunque en ocasiones se utilizan otros materiales, como el acrilonitrilo butadieno estireno (ABS).

De acuerdo con el Sistema Integrado de Gestión (SIG) de Ecoembes, sustentado por 12.175 empresas, en España se recicló el pasado 2009 el 41,9% en peso de los envases de plástico. Por otro lado, estudios de ciclo de vida realizados sobre diversos tipos de bolsas parecen indicar que los envases y embalajes reciclados suponen la mejor solución medio ambiental, siempre y cuando los consumidores realicen un uso adecuado de los mismos.

Envases reutilizables

Para que un envase plástico sea reciclable se ha de trabajar con monomateriales o multimateriales compatibles, o también con multimateriales que, aunque no sean compatibles, sea posible su separación antes del reciclado

Los envases y embalajes reutilizables son una posibilidad interesante y sostenible. Esta medida consiste en la utilización de los mismos en varias ocasiones, necesitando muchas veces entre los diferentes usos unas actividades de limpieza y acondicionamiento. Cuando el envase tras diferentes usos presenta una deficiencia, rotura o similar, se transforma en un residuo y es gestionado como tal.

El factor clave reside en reutilizar estos envases un número de veces mayor que el ratio masa del envase reutilizable / masa del envase de un solo uso. Para ello, resulta necesario establecer una serie de especificaciones técnicas que deberá cumplir el producto.

Envases biodegradables y/o compostables

El uso de materiales biodegradables y/o compostables en el sector del envase y embalaje se presenta como una solución eficaz a la acumulación de residuos plásticos, especialmente en aquellos envases con estructuras complejas; por ejemplo, multicapas, en los que la separación en origen de materiales resulta especialmente difícil.

Los envases biodegradables y/o compostables, se caracterizan por su capacidad para ser degradados por la acción de microorganismos en un tiempo relativamente corto, dando lugar a la formación de productos inocuos para el medio ambiente, tales como dióxido de carbono, agua, sales minerales y nueva biomasa. Además, estos materiales pueden ser transformados mediante las técnicas actuales de procesado de materiales plásticos, empleando el mismo tipo de equipamiento. Por otro lado, se requiere la combinación de diferentes grados comerciales o el desarrollo de nuevos productos para aportar diferentes propiedades al producto final.

El uso de materiales biodegradables y/o compostables en el sector del envase y embalaje se presenta como una solución eficaz a la acumulación de residuos plásticos, especialmente en aquellos envases con estructuras complejas

A pesar de las numerosas ventajas que presenta el uso de envases y embalajes biodegradables, todavía existen muchas dudas sobre este tipo de materiales, relacionadas principalmente con su elevado precio, la insuficiente producción actual y su comportamiento en las líneas de reciclado tradicional.

Ecoetiquetado

La distinción de envases sostenibles es, en muchas ocasiones, difícil. En el caso de la Compra Verde Pública se pueden exigir ciertos parámetros, como consumo de recursos energéticos, o que se den resultados de un análisis de ciclo de vida o de huella de carbono. Así se compararían resultados, y el de menor impacto ambiental recibiría mayor puntuación en la adjudicación. Sin embargo, en la Compra Verde Privada, cuando un consumidor va a la tienda o al supermercado, debe saber distinguir a simple vista un producto de otro: por eso es muy importante marcar el producto más sostenible de forma que se diferencie del resto de productos.

Este marcado ya existe, aunque a veces resulta poco claro o poco fiable, como es el caso de frases como “amigable con el medio ambiente” “respetuoso con la naturaleza” o “ecológico”, que no indican realmente nada del producto, aunque pueden ser apetecibles al consumidor.

El problema de estos marcados, además, es que no están sometidos a ningún tipo de regulación, lo que implica que cualquier envasador podría marcar el producto sin cumplir lo que allí se indica.

Un marcado falso lleva a medio y largo plazo el efecto contrario al deseado: el consumidor no se cree lo que dicen las marcas y al final no relaciona este tipo de marcas con beneficios ambientales.

Para solventar estos problemas se han definido marcados fiables y realizados bajo una serie de requisitos previos que deben cumplir y que son certificados por terceros. Son los denominados Ecoetiquetados tipo I, II y III.

El Ecoetiquetado tipo I está regulado por la norma ISO 14024 (Etiquetas ecológicas y declaraciones medioambientales. Etiquetado ecológico Tipo I. Principios y procedimientos). Este ecoetiquetado está basado en criterios múltiples, determinados por terceros en programas voluntarios. El producto que recibe una ecoetiqueta está bajo control del organismo que concede la misma. Esta concesión es válida durante un periodo no superior a tres años. El periodo depende de la ecoetiqueta concreta que se trate. Finalizado dicho tiempo, deberá renovarse.

Este tipo de ecoetiquetas son muy comunes en la Unión Europea, y algunas son reconocidas a nivel global, como el Ángel Azul o el Cisne Blanco.

En el caso del Ángel Azul, cabe distinguir por ejemplo la ecoetiqueta para productos de plásticos fabricados en base a material reciclado, en el que hay que cumplir, entre otros requisitos:

- Porcentaje mínimo del 80% de materiales reciclados en el producto final. Si es un reciclado de plásticos mixtos y éstos van a estar en contacto con el suelo o con el agua no deberán tener un impacto adverso al medio ambiente.

- Prohibición de uso de cadmio. No se deben aditivar las materias plásticas con sustancias de los Anexo I, III y IV de la Directiva 67/548/CE. Tampoco pueden quedar esas sustancias como impurezas mayores del 0.01% en peso del aditivo, ni negro de carbono como pigmento.

- Las partes plásticas deben estar identificadas de acuerdo con DIN ISO 11469.

- Los aditivos deben quedar identificados, con sus respectivas hojas de seguridad y una declaración sobre el cumplimiento de REACH.

Se excluye el uso del PVC, de plásticos que contengan PBDE como retardantes a la llama y poliuretano espumado con compuestos orgánicos halogenados.

El Ecoetiquetado tipo II está regulado por la norma ISO 14021 (Etiquetas ecológicas y declaraciones medioambientales. Etiquetado ecológico Tipo I. Principios y procedimientos). Se trata de declaraciones informativas sobre el medio ambiente realizadas por el propio fabricante/titular del producto. Dichas declaraciones se pueden hacer de diferente forma, aunque lo más habitual es en forma de texto, símbolo o cifras. No se suelen certificar, aunque deben llevar un estudio apoyándolas. Dentro de este grupo destaca el ecoetiquetado de reciclabilidad y de contenido en material reciclado.

El Ecoetiquetado tipo III está regulado por la norma ISO 14025 (Etiquetas ecológicas y declaraciones medioambientales. Etiquetado ecológico Tipo I. Principios y procedimientos). Se basa en verificaciones independientes que emplean índices predefinidos y que proveen informaciones sobre los contenidos y características del producto. Esta información se obtiene a través de un ACV del producto. Este tipo de marcado, aunque es el que mayor base ambiental tiene, es de difícil entendimiento por parte del consumidor final, por lo que en la mayoría de los casos no resulta eficaz.

El marcado supone una diferenciación de producto por lo que debe significar un reconocimiento del mismo, debido al buen comportamiento ambiental. Éste debe traducirse en un aumento de competitividad por parte de la empresa que lo produce y un aumento del negocio, provocado por el mayor número de clientes comprometidos con el medio ambiente. Lógicamente no hay que olvidar las características técnicas, de calidad y de precio que el envase debe cumplir.

Marca de compostabilidad

Dentro de las medidas propuestas para disminuir el depósito de materiales plásticos en vertederos, los polímeros biodegradables y/o compostables aparecen como una alternativa a los polímeros convencionales.

El compostaje es una tecnología de valorización de residuos orgánicos por la que, tras un tratamiento adecuado, obtenemos un abono orgánico, denominado compost, con innumerables aplicaciones: agricultura, paisajismo y jardinería, control de la erosión, recubrimientos, recuperación de suelos, etcétera.

Etiqueta que certifica la compostabilidad del embalaje según la norma europea
Etiqueta que certifica la compostabilidad del embalaje según la norma europea.

Los requisitos que ha de cumplir un envase plástico para ser considerado como compostable vienen dados por la norma europea EN 13432 (Envases y embalajes. Requisitos de los envases y embalajes valorizables mediante compostaje y biodegradación. Programa de ensayo y criterios de evaluación para la aceptación final del envase o embalaje) y se describen a continuación:

Composición química del material plástico: consiste en analizar el material para conocer su contenido en metales pesados, carbono orgánico total, nitrógeno total, etcétera.

Biodegradabilidad: la norma marca como criterio que el envase ha de biodegradarse al menos un 90% en un tiempo máximo de 6 meses.

Desintegración: se comprueba si el material es capaz de descomponerse físicamente hasta fragmentos de tamaño menor de 2 mm.

Calidad química del compost: se analizan diferentes parámetros químicos: metales, calcio, fósforo, potasio, etcétera.

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Logotipo de sostenibilidad "Ángel Azul"

Efectos tóxicos sobre organismos superiores: se realizan ensayos de ecotoxicidad sobre plantas superiores, analizando su crecimiento en sustrato al que se ha añadido compost con residuos.

En la actualidad, existen diferentes organismos que promueven la certificación de productos compostables, otorgando un distintivo (marca o logotipo) a aquellos productos que cumplan con los requisitos establecidos por la norma. Éstos permiten no sólo informar acerca de la compostabilidad de un determinado envase sino también ayudar al consumidor a elegir estos envases y a gestionar los residuos adecuadamente. En Europa, uno de los principales organismos certificadores es DIN Certco (Alemania), siendo la asociación de empresarios del sector plástico European Bioplastics propietaria del logotipo correspondiente, “marca de compostabilidad”.

Dentro de esta línea, y atendiendo a las demandas actuales en el campo de materiales biodegradables, Aimplas, el Instituto Tecnológico del Plástico, ha firmado recientemente un acuerdo de colaboración con el organismo de certificación alemán DIN Certco en el ámbito de la “marca de compostabilidad”. Aimplas colaborará con las empresas españolas del sector del plástico que deseen obtener la certificación de productos compostables actuando como representante de DIN Certco en España, facilitando apoyo técnico, así como la información necesaria sobre el sistema de certificación y/o registro de materias primas, aditivos y productos compostables.

Empresas o entidades relacionadas

AIMPLAS - Instituto Tecnológico del Plástico

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