Pastores Grupo Cooperativo incrementó un 0,1% la comercialización de carne de cordero en 2020
Pastores Grupo Cooperativo incrementó en 2020 un 0,1% el volumen de carne de cordero comercializado, alcanzando los 4,791.888 kilogramos. El notable descenso de actividad, obligada por las limitaciones de la crisis sanitaria, de un 25% del canal hostelería a nivel nacional y de un 40% a nivel internacional (centrada principalmente en la marca Agnei Ibérico), pudo contrarrestarse con los incrementos del 3,3% de la gama de cordero envasado y fileteado para supermercados e hipermercado y de un 115% en los menudos de cordero.
Oviaragón, la cooperativa matriz de Grupo Pastores, ofrece varios servicios para ganaderos de ovino, de los que destaca la asesoría de mejora de la rentabilidad de las explotaciones que realiza el equipo veterinario y que atendió en 2020 a 379 explotaciones. El 78% de todos los socios de más de 250 ovejas ha puesto en marcha, además, alguno de los programas recomendados para ser más eficientes: control de mamitis, testaje de machos o detección de ovejas improductivas.
En la sección de suministros ganaderos, es reseñable el crecimiento del 25,82% del volumen comercializado de pienso Ovirum para corderos, con una apuesta comercial activa que alcanza a 655 clientes. El esquileo que tanto se complicó al inicio de la pandemia, pudo desarrollarse finalmente de manera correcta, esquilando prácticamente al mismo número de ovejas que en 2019.
Respecto a las finanzas, el grupo cooperativo ha obtenido un resultado consolidado positivo de 57.940 euros. El objetivo como cooperativa es en cualquier caso incrementar la rentabilidad de sus socios ganaderos, garantizando los mejores precios de compra posibles, los servicios y la viabilidad del grupo. El balance de Oviaragón está además totalmente equilibrado con un fondo de maniobra amplio.
En 2020 se ejecutaron las inversiones aprobadas por 4 millones de euros: la ampliación de la explotación de ovino de leche de Perales del Alfambra para 1.000 ovejas y habilitación de la quesería; la construcción y adecuación de un edificio de dos plantas de 800 metros cuadrados cada una dedicadas a las actividades de menudos, congelado y productos lácteos; y el reacondicionamiento de las dos fábricas RUM de alimentación animal.
Además, en el entorno de incertidumbre de la pandemia, Pastores destacó en su Asamblea que afrontó cuatro grandes retos:
- Cumplir con el compromiso social de suministrar alimentos a la población de una manera segura y responsable.
- Garantizar la recogida de los corderos a los socios ganaderos cuando la demanda estaba bajo mínimos, pagando además unos precios superiores a la media del mercado en ese momento.
- Asegurar la actividad y los servicios a los socios en las diferentes áreas del grupo cooperativo. Fletando por ejemplo un avión de esquiladores uruguayos, junto con otras empresas del sector, para garantizar el esquileo de todas las ovejas, que se había complicado por el cierre del país.
- Reorientar parte de las ventas a otros canales y productos. Con el cierre de restaurantes a nivel nacional y mundial o el acusado descenso de ventas en el medio rural por los confinamientos y la ausencia de celebraciones populares, la actividad comercial tuvo que diversificarse para mantener el volumen.