Valentina Greggio y Simone Origone ganan la Copa del Mundo de esquí de velocidad en Grandvalira
Los esquiadores italianos Valentina Greggio y Simone Origone se han proclamado campeones de la Copa del Mundo de esquí de velocidad en Grandvalira este pasado fin de semana. Greggio ha sumado su cuarta Copa consecutiva, tras las de 2015, 2016 y 2017, aunque ha visto truncada su racha de 25 victorias seguidas que poseía desde marzo de 2015, al verse superada por la francesa Celia Martínez, quien se ha impuesto en la última carrea de la temporada.
Por su parte, Simone Origone ha añadido un título más, el décimo, a su dilatado palmarés, tras una temporada muy regular en la que ha obtenido cinco victorias en diez carreras. En esta última carrera, en la que se ha impuesto el suizo Philippe May, el esquiador italiano solamente ha podido ser quinto.
Origone, nacido el año 1979 en Champoluc (Valle de Aosta) se inició en el esquí de velocidad el año 2004. En 2005 ganó su primera Copa del Mundo, tras la cual llegarían nueve más, la última celebrada en la pista Riberal del sector de Grau Roig de Granvalira. Simone lo ha hecho acompañado de su hermano pequeño, que esta temporada ha quedado cuarto y que es el actual recordman de la especialidad con 254.958 km/h. El austriaco Manuel Kramer, que ha mantenido un duelo con Simone Origone, finalmente ha acabado segundo de la general, mientras la tercera posición ha sido para el francés Bastien Montes.
El viento racheado con fuerza superior a los 15 km/h ha vuelto a ser protagonista en las cotas alta de Grandvalira y ha impedido disputar con normalidad la última carrera de la Copa del Mundo de esquí de velocidad 2018. La carrera ha tenido diversos parones y ha sido complicada, tanto para los esquiadores como para la organización, que ha tenido que hacer un trabajo titánico capitaneado por Nadal Antor, director técnico de la carrera. En este sentido Jan Farrell, quinto en la general final, ha reconocido que “las condiciones han sido complicadas para todos los corredores y hemos tenido que sacar todos los recursos físicos y psicológicos para poder competir. El viento no nos ha dado tregua y a mí, por ejemplo, casi me tira al suelo y debido repetir un descenso. La organización ha trabajado muy duro y con éxito a pesar de los contratiempos meteorológicos”.
