Eduardo Martínez de Pisón: Se tiene que educar en la cultura pirineísta
Más de 50 personas asistieron el pasado sábado 24 de marzo a la jornada inaugural de Pyrenades para escuchar las sabias y poéticas palabras de Eduardo Martínez de Pisón, Premio Nacional de Medio Ambiente y una eminencia en el conocimiento y la cultura pirineísta, que ha guiado el público de Pyrenades por un recorrido entre el arte, la exploración y la fascinación “de nuestro Pirineo”, en palabras de Pisón. En esta primera jornada ha destacado la gran participación, con un PyrenMuseu lleno de gente de todas las edades, y el entusiasmo de los asistentes, que han intervenido en repetidas ocasiones y han podido compartir su punto de vista con el ponente.
“Se tiene que educar en la cultura pirineísta”, según Eduardo Martínez de Pisón, para replantear la vida en los Pirineos y hacer frente a los retos actuales: “Nos tenemos que adscribir a una corriente cultural que está allí, el pirineísmo, y hacerlo con una mirada exigente y de calidad para responsabilizarnos de la preservación de nuestro Pirineo”. Pisón propaga un romanticismo que hoy en día está en peligro de extinción y que procura depositar en las próximas generaciones.
Las aventuras y exploraciones de Ramon de Carbonnières, Henry Russell, Franz Schrader, Aymar de Saint-Saud, Beraldi, Henri Brulle, Lucien Briet, Maurice Gourdon y muchos más han acompañado el relato de Eduardo Martínez de Pisón, que sigue la corriente iniciada a finales del siglo XVIII por estos ilustrados que otorgaran el valor cultural y científico al Pirineo y gestaron el pirineísmo. A través de pinturas, de textos de la época y de las primeras fotografías, Pisón ha reconstruido la “historia de amor” de estos exploradores por los Pirineos.
“Las montañas son el santuario de la naturaleza”, evoca Pisón, que como buen devoto ha elogiado todos los elementos que configuran el paisaje y la esencia de los Pirineos. “Las montañas de los Pirineos tienen individualidad, nombre, carácter propio”, ha proseguido, en ellas encontramos los bosques, que “son la ciudad de los arboles”, y cuando ganamos altitud “aparece el mundo de las cimas con los circos, los valles, las rocas y los glaciares... los glaciares han moldeado estos valles”. En este sentido, Eduardo Martínez de Pisón ha reconocido su preocupación por el retroceso de los glaciares por culpa del cambio climático y también ha mostrado una gran admiración por la vida en las montañas y el mundo rural. Al terminar su intervención ha citado a Rafael Altamira: “Mutilar el paisaje es herir de muerte el poder de evocación”.
Ordesa y el Monte Perdido con mirada pirineísta
A continuación, la música tradicional del Pirineo ha ganado protagonismo con la actuación de Ribatònics, unos auténticos profesionales del acordeón que han empezado su actuación en el Refugi Rosta haciendo saltar y bailar al público de Pyrenades con canciones típicas como “Corrandes”, “El gall negre” o “Les fonts del Segre”. Después han proseguido el concierto por el pueblo de Salardú con una ruta por los bares del pueblo que ha sumado a toda la gente a la fiesta.
Para acabar la velada, se ha inaugurado la VIII Muestra de Cine de Montaña de Pyrenades con la proyección del documental “Ordesa y Monte Perdido. Un siglo como Parque Nacional”, con la presencia de sus productores, Eduardo de la Cruz y Amalia Sesma, y uno de sus protagonistas, Eduardo Martínez de Pisón. El filme conmemora el centenario de la creación del emblemático Parque Nacional, que se celebra este 2018. Un recorrido audiovisual por la historia del parque, marcada por las exploraciones pirineístas que dieron valor científico y cultural a estas montañas. Los impresionantes rincones del parque se pueden apreciar a vista de pájaro gracias a las imágenes capturadas desde el aire, siendo la primera vez que se introducía un dron para filmar estos parajes.
El inicio de la 8ª edición de Pyrenades ha sido una jornada 100% pirineísta que da continuidad a un movimiento que, según los organizadores del festival y el propio Martínez de Pisón, es esencial para la sostenibilidad y la vida en nuestros Pirineos.