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El trail running, corriendo sin límites

Redacción - @outdooractual27/03/2018
Dimitris Theodorakakos en la Olympus marathon. ©Babis Giritziotis
Dimitris Theodorakakos en la Olympus marathon. ©Babis Giritziotis

El running y el outdoor, mantienen, desde hace muchos años, un vínculo especial. La primera pregunta que debemos hacernos es por qué cada día hay más gente que se aficiona a correr. El gran argumento al que muchos recurren es la salud. Se trata de un deporte muy relacionado con el llamado wellness, sin demasiadas exigencias físicas -el límite se lo marca cada uno- y con beneficios tangibles a corto plazo: es uno de los ejercicios cardiovasculares más efectivos y el esfuerzo cardiovascular sostenido es la clave de la salud física.

Además, el trail running tiene un efecto antiestresante; correr es una de las maneras más efectivas de encontrar el perfecto equilibrio entre la mente y el cuerpo. De ahí que muchos digan que engancha. Otro factor importante es que se trata de un deporte individual. Puede llevarse a cabo a cualquier hora del día, algo especialmente importante en un mundo tan dinámico como el actual. A la hora de analizar los motivos del boom del running, no hay que olvidar el papel que ha tenido la mujer. Hace apenas una década era muy difícil ver a una chica correr por la ciudad o por la montaña. Sin embargo, en estos últimos años la cifra de mujeres que se han animado a salir a correr se ha multiplicado, y eso, obviamente, ha dinamizado este deporte.

Llegados a este punto, la siguiente cuestión que podemos plantearnos es por qué cada día hay más gente que corre en plena naturaleza. Y la repuesta es bastante simple: por el entorno. No es lo mismo correr por las calles de una gran ciudad que hacerlo al aire libre, lejos de los grandes núcleos urbanos. Las sensaciones son diferentes y los beneficios, tanto físicos como psíquicos, también. Las ventajas del Trail running a nivel de salud son infinitas, y cada vez hay más consumidores que se apuntan a esta modalidad por sus propiedades terapéuticas.

Asequible, saludable y accesible: Correr es gratis. Y lejos de ser algo anecdótico, esta gratuidad, ha sido otro de los factores que ha multiplicado la cifra de corredores. Y sin un coste excesivo: el gasto medio de material de un principiante puede no superar los 80-100 euros, mientras que para los corredores habituales, -que no suelen mirar la etiqueta del precio- este gasto apenas aumenta unos 50 euros en el calzado.


Con los pies en el suelo
El calzado es, sin duda alguna, el eje sobre el que gira el mundo del trail running. Nadie cuestiona –y menos nosotros- la importancia que tiene utilizar una prenda adecuada o una buena mochila, pero es obvio que una correcta elección del calzado es primordial. De la misma manera que uno no se pone unas botas de trekking para jugar a tenis, no tiene demasiado sentido irse a correr por la montaña con zapatillas que no hayan sido concebidas para ello. También es importante tener en cuenta que no todas las zapatillas de trail running son iguales y sirven para lo mismo. El trail es un universo muy amplio que tiene diferentes vertientes. Y para cada una de ellas hay un calzado específico.

De todas maneras, sí que hay una serie de propiedades básicas que todas las zapatillas de trail running deben cumplir. Es importante que el corte sea transpirable, de secado rápido, y que incorpore protecciones en zonas críticas (puntera y laterales): la lengüeta debe proporcionar comodidad y el sistema de atado debe garantizar una buena sujeción para que el pie se mueva lo mínimo y pueda absorber mejor los impactos de la pisada.

En cuanto a la entresuela, su papel es determinante a la hora de garantizar una buena amortiguación y minimizar los riesgos de los impactos. La mayoría de marcas apuestan por el EVA, un polímero que garantiza una gran amortiguación y cuya densidad puede variar en función del uso para el que se haya diseñado la zapatilla. En cuanto a la suela, al ser la parte que entra en contacto con el suelo, es importante que sea resistente, flexible, que amortigüe bien los golpes y, sobre todo, que garantice una buena tracción y un buen agarre, tanto en terrenos secos como en zonas húmedas.

Su dureza y sus características dependerán también del tipo de terreno en el que se van a usar y en algunos casos pueden incorporar tacos específicos de arranque y frenado. Si la zapatilla cumple todos estos requisitos puedes ir a correr tranquilo. Eso sí, hay que tener en cuenta que con el uso el calzado irá perdiendo sus propiedades y tocará renovarlo. Pero valdrá la pena, seguro.