Pau Bartoló culmina el reto en Laponia
Para hacer realidad un sueño es imprescindible ilusión, perseverancia y esfuerzo. Estos han sido los valores que han catapultado a Pau Bartoló a hacer realidad la proeza de correr 145 kilómetros por la Laponia noruega. El corredor de montaña de Avià ha completado, a lo largo de tres duras etapas, la distancia que separa la región de Finmark de la frontera de Finlandia. Las duras condiciones meteorológicas del Círculo Polar Ártico, con temperaturas alrededor de -20ºC, se postulaban como el gran enemigo para hacer realidad esta objetivo.
El embajador de Segurartic - Catalana Occidente viajó a Laponia a principios de semana. No lo hizo solo. A lo largo de estos días le ha acompañado un equipo de seguimiento formado por cuatro personas del equipo de Segurartic. Han sido su gran apoyo moral, pero desde la distancia, porque el reto consistía en recorrer todo el recorrido en solitario y de manera autosuficiente. Una auténtica locura que nadie había sido capaz de alcanzar.
El punto de partida de la aventura fue Alta. El corredor catalán tuvo que recorrer los 50 kilómetros que separan esta localidad con Maze. A las bajas temperaturas se le sumó rachas de viento muy intensas, sobre todo en la primera parte del recorrido. Este hecho hizo menguar, y mucho, la sensación térmica que tuvo que hacer frente Pau durante la primera de las etapas.
Un recorrido entre paisajes naturales y salvajes en estado puro donde la nieve ha sido la gran protagonista desde el primer al último día. A menudo la nieve quedaba compactada y congelada debido a las bajas temperaturas, convirtiendo el trazado en una auténtica pista de hielo. En estos casos, o cuando había mucha nieve acumulada, el corredor de Avià optaba por las Salomon Snowcross como calzado. En cambio, en los terrenos menos nevados la mejor opción eran las Salomon Sense Ultra Soft Ground.
Pau sumó 50 kilómetros más a sus piernas en la segunda etapa, entre Maze y Jergul. Su buen estado físico se puso de manifiesto en rebajar el cronómetro respecto al día anterior. La baja sensación térmica que experimentaba en primera persona se veía recompensada por renos que se cruzaban en su camino. Animales autóctonos mucho más adaptados que nosotros a unas condiciones tan extremas.
Sin embargo, el calor humano también estuvo presente. La poca población de la zona, de la etnia Sami, acogió con los brazos abiertos a toda la expedición. Su amabilidad y apoyo en todo momento ha sido uno de los puntos más gratificantes del reto. Ellos también forman parte de la hazaña que ha completado Pau Bartoló, este viernes, al finalizar la tercera y última de las etapas. En esta ocasión, los 40 kilómetros que separan Jergul de Karasjok.
En la última de las jornadas el viento ha vuelto a dar una pequeña tregua y ha permitido al corredor culminar, a pesar del cansancio acumulado de las dos primeras etapas, su gran objetivo. Un hito histórico e inaudito hasta el día de hoy. Más allá de la meteorología y el kilometraje, el aspecto mental ha vuelto a ser la clave del éxito. Pau ha tenido que sobreponerse a la monotonía y la soledad del recorrido. No ha habido nada ni nadie que se cruzara en su camino. El reto de la Laponia noruega ya es una realidad y en Pau Bartoló agranda su leyenda.
Óscar Lugar, director de Segurartic y promotor de la expedición, afirma que ha sido un reto deportivo extraodinario y apasionante, ¿habrá otro reto ? el joven empresario gran conocedor de las zonas Árticas tiene en mente una nueva aventura, aún mas desafiente, pero habrá que esperar...así mismo quiere agradecer la colaboración de esta aventura a los colaboradores: Turismo - embajada de Noruega, Nowegian Air Lines, Salomon, SportHG, Gaes y GoPro.