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Alfredo García revisa la trágica expedición al Gasherbrum I

Redacción OutdoorActual29/08/2013
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Ya ha pasado un mes desde que la tragedia asolara las laderas del Gasherbrum I en el Karakórum. Tres alpinistas españoles desaparecieron tras hollar la cima del Hidden Peak. El riojano Alfredo García estuvo a punto de correr la misma suerte, pero tras permanecer cinco noches en el C3 esperando el rescate a 7200 metros. Ahora hecha la vista atrás y evalúa lo sucedido.

"Después de un tiempo, ya tenía ganas de escribir yo mismo de nuevo en el blog. Han sido días de recuperación de las pequeñas secuelas físicas que la expedición me ha dejado, de descanso siempre que he podido y me han permitido los distintos compromisos que tenía, pero sobre todo, han sido días de reflexión y de valoración de la expedición en general.

Tras casi dos meses en Pakistán y después de todo lo allí acontecido, tenía ganas de llegar a casa. No obstante, necesitaba hacer una parada en la Clínica MAZ de Zaragoza para que revisaran mis congelaciones. Por suerte, mis lesiones no eran graves, algo que ya sabía. Con tiempo y cuidados, pronto se curarán. Tras varias pruebas y un ingreso de apenas 16 horas, por fin pude regresar a Logroño y estar con los míos.

Sin apenas tiempo de descansar, comencé a atender a los medios de comunicación. Es algo que, después de lo sucedido, me resultaba difícil de hacer, pero también es cierto que entiendo el interés de la gente en conocer la historia que allí arriba ocurrió en esos trágicos días.

Ya más tranquilo, comencé a hacer una valoración de la expedición. Es algo que creo que es necesario realizar una vez que se termina un proyecto, ya que ayuda a seguir aprendiendo. Al fin y al cabo, en la montaña jamás se termina de aprender…

En el ámbito deportivo, la valoración ha sido totalmente positiva. Hemos escalado una gran montaña, dura y exigente, por una ruta técnica que en parte equipamos nosotros, pero que tenía zonas sin equipar en las que cualquier pequeño error podría haber supuesto una caída de más de mil metros y, por si lo anterior fuera poco, estábamos prácticamente solos.

Todo es mejorable, y para que deportivamente hubiera sido mejor, hubiera hecho falta la cumbre, pero este deporte es así… En cualquier otro, llegar al pódium, quedar entre los diez primeros o ser finalista en una competición se considera un éxito. Mucha gente ajena al alpinismo (y algunos no tan ajenos) piensa que el éxito de una expedición está en la cumbre, y que no llegar a ella es un fracaso. Aquí no hay segundos o terceros puestos. Si llegas arriba tienes el oro y si no lo haces, eres el farolillo rojo… Muchos piensan así, pero el verdadero éxito de una expedición es volver a casa.

Si continuamos con la valoración de la expedición, en el ámbito personal hemos visto y vivido la cara más amarga del alpinismo, pero también la más amable y solidaria. Yo siempre he dicho que en este tipo de montañas se ve lo peor y lo mejor del ser humano. En este caso vi lo mejor de la mano de Mariano Galván, quien me ayudó a bajar del Campo 3 después de pasar cinco noches a más de 7000 metros. Tampoco me puedo olvidar del resto de compañeros de expedición que estuvieron ahí, ayudando en los diferentes campos, coordinando comunicaciones, buscando ayuda, dando apoyo… De cada expedición regresas con nuevos amigos, y de ésta me he traído unos cuantos.

Ya para terminar, si nos ceñimos al ámbito humano, por llamarlo de alguna manera, la expedición ha sido un completo desastre. Con tres fallecidos ha sido una de las mayores tragedias del alpinismo español de todos los tiempos y eso no hay que olvidarlo. Tres personas que, siguiendo su sueño, se quedaron para siempre en la montaña y que han dejado amigos, padres, hermanos, mujeres e hijos, cuyo único consuelo es que nos abandonaron haciendo lo que más les gustaba…

La expedición al Gasherbum I ha concluido, pero el final de un proyecto no es más que el comienzo del siguiente. Ya en el Campo Base hablamos de próximas metas, nuevos retos y sueños por realizar. No sé cuándo podré regresar a una gran montaña, ya que depende de muchos factores. Si por mí fuera, el próximo año me gustaría hacer otra expedición y ya he comenzado a entrenar nuevamente. Sé que a algunos les costará entenderlo después de lo vivido hace apenas un mes… Pero al fin y al cabo, la montaña nos da la vida, aunque en ocasiones nos la pueda quitar. Nos vemos en las montañas. Hasta pronto."

Alfredo García