Helena Alemán se embolsa "Áspid"
Hace dos semanas la catalana Helena Alemán consiguió encadenar Áspid en la escuela de Figols (Lleida) que, con su 8b/+, es una de las vías más duras que tiene en su currículum. Sin embargo nos hemos hecho eco de la noticia, más que por la magnitud de la escalada, por el motivante relato que la escaladora de Sant Boi ha publicado en su blog. Léelo si quieres conocer las claves de una fructífera relación entre las cuerdas.
Ya han pasado semanas desde que logré llegar a la cadena de Aspeed con éxito… y no me lo creo… Mucho tiempo probándola, y es que perdí la cuenta de los días, pegues… de las veces que llegué al paso y no salí, de los métodos que idee para resolver el bloque… pero “ya está”, y lo puedo decir bien alto: “¡al fin!”
“Arquea la regleta de izquierda y talón en la mano, haz fuerza, y estírate para agarrar la chorrera fuerte, bien arriba. ¡Venga!, centra el izquierdo rápido y sube el derecho, equilíbrate sobre ese pie y con decisión estírate con la mano izquierda al canto salvador”. Mientras escalo, desde abajo me aseguras y me hablas, y yo ahí arriba sigo sin creer que haya pasado el bloque… ¡y no sé cómo chapar, no puedo! Estoy nerviosa, tengo la adrenalina por las nueves “cambia manos, tranquila” pero tú que siempre me descubres los secretos de la roca que yo no alcanzo a descifrar, me animas… y logro cambiar manos, chapar y coger aire…
Ahora centro mi atención en los siguientes movimientos – si paso la siguiente sección otro reposo y directa a “la muerte negra”-; en respirar el miedo para someterlo – no quiero caer, ¡me ha salido el bloque!, voy encadenando, ¡no puedo caer!, ¿y si no existe un mañana?, ¿y si viene el frío y se acabó?... con lo que ha costado estar de nuevo fina en la vía…-
“Vamos Helena, disfruta que es lo que estabas deseando”. Y respiro hondo, y trato de economizar la poca fuerza que me queda para atacar la placa final.
Escalo, escalo y escalo sin escuchar el dolor de los antebrazos, las malditas voces de mi cabeza que me recuerdan el miedo al fracaso. "¡sigue luchando!"
... te escucho y lucho, olvido la fatiga, los días de ensayo, las veces que llegué al paso y caí, las veces que la motivación se ahogó con los 30º de condición, los métodos ideados para superar el bloque,… estoy en la “la muerte negra”, arriba, y la supero… y sigo subiendo por Aspeed, “¡vamos que vas de lujo, tranquila!”, y subo hasta la reunión, o subes a través de mis manos, o subo a través de tus ojos, Gracias a tus ánimos, subimos.
Relato de Helena Aleman. Fotografías de Carlos Pérez