La expedición de Carlos Soria no estará sola en el Dhaulagiri

"Hoy hemos aterrizado en Katmandú, después de casi dos días desde que salimos de Madrid. Cada vez que vengo a esta ciudad, y no sé cuántas veces lo habré hecho a lo largo de 40 años, siento que he pasado aquí buena parte de mi vida. Me siento como si estuviera un poco en casa, de tan conocidas que son las calles, los comercios y bastantes de sus hoteles y alojamientos.

Como siempre, hemos tenido un recibimiento muy cariñoso por parte de nuestros colaboradores en Nepal, que ya tienen todo casi listo para que en un par de días comencemos el largo camino hasta el campo base del Dhaulagiri. Todos nos hemos puesto de muy buen humor nada más salir del aeropuerto. Tanto mis compañeros de la Expedición BBVA como los “novatos” la gallega Sandra y el colombiano Mario -los empleados del banco que nos acompañarán durante un par de semanas- ya vemos que la aventura nos espera.

La mejor noticia del día, sin embargo, la he recibido a las pocas horas de haber llegado. Yo tenía el temor de que tuviéramos que intentar subir los 8.167 metros del Dhaulagiri en soledad, solamente con la ayuda de mi compañero Sito Carcavilla y de nuestros amigos los sherpas. Sin embargo, me han confirmado que junto a la nuestra habrá otra expedición bastante numerosa, procedente de Estados Unidos. Eso sería excelente, porque entre todos podríamos colaborar, compartir el trabajo de instalar las cuerdas, y mantener con más facilidad la huella abierta aunque haya mucha nieve.

Tengo ganas de conocer a los miembros de esa expedición, que solo de escuchar que existe tan buenas vibraciones me ha dado. Espero poder coincidir con ellos aquí en Katmandú, para organizarnos antes de empezar a caminar. Si no, no pasaría nada, y nos veremos todos dentro de unos días en el campo base. El Dhaulagiri seguirá siendo un hueso duro de roer, pero con más ayuda, siempre es más fácil mantener las ilusiones intactas."

Carlos Soria, a 3 de septiembre de 2012 dessde Katmandú, Nepal