La aventura puede ser el motor de tu vida
Cuando leímos por primera vez el titulo del último libro de Carlos Suárez, Morir por la cima, nos imaginábamos una historia de aventuras en la montaña, en esa débil línea que separar el éxito del mayor de los fracasos. Si no conociéramos la trayectoria del autor podríamos pensar que el ego, residente en muchos alpinistas, le ha llevado a contar sus arriesgadas experiencias con el único fin de buscar el reconocimiento de su valentía humana. Sin embargo, el carácter de Carlos nos hacía presagiar un relato mucho más sincero, humilde y reflexivo, y no nos hemos equivocado.
Morir por la cima narra el descubrimiento personal del alpinismo, una etapa apasionante que dura ya 25 años para Carlos Suárez, quien se considera tan atrapado por su lado más racional como para realizar grandes aventuras. Sin embargo, arriesga su vida escalando en solitario o a través del salto BASE, buscando en su interior difíciles respuestas.
Carlos se propone, principalmente, el estudio del riesgo inherente al enfrentamiento con cada montaña. Cuenta experiencias compartidas con algunos de los mejores escaladores del mundo, nombres ineludibles en el ámbito de la escalada. Y paralelamente, describe una forma de ver el desarrollo profesional del mundo de la montaña, desde una premisa romántica, a la consecuencia que hoy medra en un clima mercantil.
"La montaña me ha dado muchas cosas buenas y malas. Dicho así suena simple, pero en todas las vivencias que he tenido ha habido claves de todo tipo que me han marcado una dirección en la vida. Claves que intento dejar escritas de una forma directa para que el lector pueda reflexionar sobre sus propios riesgos, que afronta cuando acude a la llamada de la cima. Aquí lo que importa no es lo que se escale sino entrar en conciencia de que cada uno vive una aventura arriesgada allá arriba. Qué más darán las cimas o los grados que tanto nos importan. Todos estamos en lo mismo. La vida de las personas que no acometen riesgos es menos peligrosa que para los que afrontan el reto del alpinismo, de eso no hay duda. Lo interesante es que en esa lucha titánica e “inútil” en la montaña se pueden encontrar grandes secretos que nos acercan a la felicidad. Que nos vuelven ricos de verdad. Morgan “el tramposo” lo sabía, y por eso no dejó de buscar esos secretos. El sabía que en la cima no había nada más que lo que arrastrases contigo."
Para obtener más información y conseguirlo puedes visitar el blog o el perfil en Facebook de Morir por la cima.
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