La deshidratación es la causante de muchos accidentes en montaña
La Universidad de Zaragoza ha detectado, a través de un estudio, que muchos de los accidentes en montaña vienen motivados por la falta de hidratación de los montañeros. Este mal hábito aumenta la vulnerabilidad del alpinista y el riesgo de que se produzcan incidentes, lesiones o accidentes. Según el estudio, que se realizó sobre 389 montañeros, casi la mitad de la muestra de alpinistas no disponía de agua durante la actividad deportiva
El estudio forma parte de la tesis doctoral de la investigadora Inés Sanz, del departamento de Fisiatría y enfermería de la Universidad de Zaragoza, con el objetivo de conocer las costumbres de hidratación de los montañeros que se encuentran en las cotas aragonesas de mayor altitud, así como los efectos que en ellos tiene la deshidratación, ya que en el Pirineo oscense se producen más del 96 por ciento de los rescatas de montaña de la comunidad aragonesa.
La investigación se ha realizado sobre 389 montañeros que completaban la ruta de los cuatro refugios de montaña de Huesca, La Renclusa, Ángel Orús, Biadós y Estós, y ha puesto de manifiesto que se trata de un problema que está presente en las tres etapas de la actividad física, antes, durante y después del ejercicio. Esto, “aumenta la vulnerabilidad del alpinista y el riesgo de que se produzcan incidentes, lesiona o accidentes”, se recoge en el estudio.
Otro dato significativo es que el agua superficial, la procedente de fuentes, manantiales y ríos, es la bebida más consumida por lo montañeros. Esto refleja una ausencia de planificación y prevención hídrica. Es más, casi la mitad de los alpinistas consultados no disponía de agua durante la actividad deportiva.
Según las encuestas, el periodo previo a la realización del ejercicio físico es el momento en el que un menor número de montañeros ingiere fluidos, frente al incremento del consumo que se produce durante y después de la actividad. Este aporte insuficiente se da en todas las estaciones y eleva la probabilidad de que se instaure un cuadro de deshidratación.
La investigación también incluye diferentes propuestas básicas para prevenir y evitar la deshidratación. Entre otras, se recomienda tomar una determinada cantidad de agua en función de las kilocalorías ingeridas en el día anterior a la realización de la actividad física, disponer siempre de líquidos y consumirlos cada 15 ó 20 minutos durante el desarrollo del esfuerzo o facilitar la reposición hídrica al término de la actividad deportiva.
Información extraída de Pirineo Digital