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Finaliza con éxito la expedición Next Stop Greenland

Redacción OutdoorActual03/09/2012
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Alex Txikon y el resto de los miembros de la expedición “Next Stop Greenland” llegarán durante las próximas horas a casa. Tras 18 días de intensa aventura en una de las paredes más espectaculares del mundo de la escalada, estos escaladores y saltadores vuelven satisfechos con su labor, tras abrir la nueva vía “Aupa Txabaleria”.

Además, Txikón y Iñaki Ituarte han tenido la posibilidad de estrenarse saltando junto a Armando del Rey y Toni López. Afirman que ha sido una experiencia increíble e inolvidable, “la mejor despedida posible de esta expedición”. El salto ha sido en Nassasuaq, y han saltado con un equipo de base, y abriéndolo a 900 metros (hasta ahora, Iñaki y Alex hacían skydive, saltando a unos 4000m y abriendo su equipo a 1.200m). “Ha sido un regalazo el que nos han hecho, un salto increíble con el fondo repleto de icebergs”, nos cuenta Alex.

Aupa Txabaleria por Iñaki Ituarte

"Llegamos a Groenlandia el 18 de agosto con los planes trastocados tras la baja de Carlos. Desde nuestra llegada al pueblo de Narsarssuaq nuestra principal preocupación es la de encontrar croquis o al menos fotos del Ulamertorssuaq con el objetivo de encontrar una vía de acceso a su cumbre que posibilite una zona de salto. Nos es imposible recabar información, ya que sólo encontramos vías de escalada de alta dificultad por las que va a resultar imposible que asciendan los cuatro miembros del equipo de “proyecto alas”, dado que su experiencia en escalada es mínima. Sólo nos queda una opción; abrir una nueva vía.

El viaje desde Narsarssuaq hasta el campo base situado en el fiordo de Tasermiut nos lleva dos dias en zodiac en un entorno increíble. Una vez en el base, no perdemos ni un minuto y Alex, Darío y yo nos dirigimos hacia la cara suroeste, siendo esta la zona que prevemos mas accesible o de menos dificultades técnicas viendo la única foto que tenemos de la pared. Accedemos a una canal aparentemente sencilla después de 4 horas de aproximación y 1.000 metros de desnivel a través de unas travesías delicadas a pie, pero después de ascendidos unos 200 metros por una roca totalmente descompuesta imposible de proteger y algún que otro susto destrepamos y damos descanso a nuestro consumido cerebro. Comemos un bocadillito preparado por nuestro compañero de cordada Darío, pegamos un par de tragos de agua y nos planteamos la posibilidad de abandonar la empresa dada la mala calidad de la roca.

Decidimos hacer una intentona por la siguiente canal y por fin empezamos a escalar sobre roca aceptable, tratándose de una escalada sencilla sobre placa tumbada en torno al IV-V grado pero difícil de proteger. Llegamos hasta 1.300 metros y viendo la verdadera dimensión de la montaña decidimos descender al base y guardar fuerzas para el día siguiente, que parece va a ser largo.

Salimos del base con el resto del equipo, que nos acompañarán hasta donde empieza la escalada y de paso montarán una tienda con algo de material y comida a medio camino. Subimos hasta donde habíamos llegado el día anterior y fijamos cuerda hasta el comienzo de una canal encajonada de fácil trepada pero con varios pasajes que hay que asegurar. Llegamos a un collado a 1.600 metros y a nuestra izquierda queda un último muro de unos 80 metros que da acceso a la meseta que nos llevará a la cumbre. Son casi las 19h y el olor a vivako empieza a hacerse más intenso, pero las ganas de encontrar un acceso a la cumbre vence a la incertidumbre de cómo será un vivac “a pelo” por estas latitudes. Un último apretón y por fin estamos en la inmensa meseta, cambiamos pie de gato por botas y empezamos a correr. Alex cojea debido a una piedra que casualmente le ha caído en el dedo que tenía mordido del G1, pero al fin llegamos a cumbre hacia las 20.30h. Con el sol escondiéndose montamos un par de rápeles y bajo la luz del frontal y alguna pequeña aurora boreal destrepamos hasta las cuerdas fijas. A la 1.30 de la mañana, después de 16 horas de actividad, llegamos al campo base, donde todo el equipo nos espera incrédulos por nuestro fugaz descenso.

En definitiva, una actividad larga sin mucha dificultad técnica pero con una gran dosis de aventura por un terreno desconocido y con la esperanza de que en un par de días la meteorología nos respete y el equipo de saltadores sean capaces de escalar la vía y abrir un nuevo salto en esta gran montaña."

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