Jumère y Thevin se llevan Copa Régil sin poder disputar la segunda etapa

¡Ay! ¡Ay los Picos! Hoy lo han puesto imposible. No por la meteorología, o sí. Por culpa del violento vendaval que, desde que ha amanecido bajo un cielo estrellado, movía las nubes a velocidad endiablada y movía más cosas: incluso a los controles de la organización que, intentando llegar a sus puestos en la Horcadina de Covarrobres, terminaban a tumbos sobre la nieve. Solución: suspender, por obligación, la segunda jornada de esta 42 Edición de la Copa Andrés de Régil-Trofeo Kutxabank.

Una lástima porque arriba la montaña estaba radiante. Recién nevada y vestida elegante, la acariciaban las nubes, en ida y vuelta, con paso rápido, empujadas por el viento. ¡Pero qué viento!

Total, que belleza toda, pero práctica imposible del montañismo, del esquí y también de su combinación que es el esquí alpinismo. Del teleférico de Fuente Dé nos han enseñado imágenes de un anemómetro marcando los 72 km/h de viento, y las que, durante la evacuación de los equipos de la organización, mostraban esquiadores agarrados para tomar confianza a las barras de la cabina del teleférico, después de los zarandeos a que poco antes habían sido sometidos colgando del cable.
En "el cable" de Fuente Dé, que por cierto cumple este año su cincuenta aniversario, en su estación inferior, estaban ya dispuestos para arrancar los doscientos esquiadores prestos a disfrutar de lo que a vista del valle parecía un día prometedor. Pues, ni hablar. Antes de que hubiesen terminado de montar sus mochilas, ha llegado una orden tajante desde la estación superior: ¡no hay salida, se suspende la prueba! Las condiciones de seguridad del teleférico y las condiciones de la montaña mandan; la medida ha sido entendida razonable por todos y cada cual se ha divertido como ha podido, sin nieve, sin esquís sin Régil de domingo.

La "Régil" internacional
Por primera vez en sus 42 ediciones la "Copa Andrés de Régil-Trofeo Kutxabank" tiene apellido internacional porque se ha entregado en Potes a los franceses Wilfrid Jumère y Loic Thevin. Se ha valorado su trayectoria impresionante como esquiadores, su estilo próximo a los valores del montañismo y su presencia en una prueba tan alejada de las marcas exclusivamente deportivas a pesar de distinguirse por un palmarés sobresaliente.