Con paso firme

El calzado es, sin duda, una de las categorías estrella del universo outdoor. Todos y cada uno de los productos pensados para deportes de montaña son importantes, pero en la práctica totalidad de las categorías, el calzado emerge como una elección crucial. Una elección en la que se tiene que tener muy claro lo que necesitamos, porque la especialización en modalidades se ha traducido, también, en una especialización en tipos de calzado, y aunque las marcas casi siempre apuestan por la versatilidad, cada deporte requiere unas respuestas específicas de nuestro calzado.

La evolución del calzado outoor en los últimos años ha sido, simplemente, espectacular. En oferta, en prestaciones y en ventas. Todas las categorías han ganado peso, pero ha sido el calzado el que se ha comportado como el gran motor del crecimiento del outdoor. Esta categoría siempre ha sido el eje sobre el que han girado gran parte de las estrategias de marcas y tiendas del universo outdoor, pero en estos últimos años su peso se ha consolidado con un volumen de ventas que ha sido capaz de desafiar la crisis. El consumidor tiene muy claro, a estas alturas, que la seguridad y la protección son valores añadidos a los que no hay que poner precio. Puede que en textil aún haya algún que otro atrevido que salga a la montaña con cualquier cosa, pero en calzado parece que la gran mayoría de practicantes de estas modalidades ha entendido que no hay que escatimar en recursos. Perder agarre, transpirabilidad, protección en zonas críticas, tracción o cualquiera de las prestaciones que debe tener un buen calzado outdoor puede ser un problema. Y grave. Por suerte, insistimos, hay un perfil de consumidor que, pese a la crisis, tiene claro que hay aspectos más importantes que el precio y que, en material técnico, es mejor apostar por la innovación y las prestaciones. Como han hecho las grandes marcas, volcadas en el I+D para aprovechar este boom.

Un dilema importante
La elección de un calzado de montaña no es fácil. Y no lo es, sobre todo, por infinidad de posibilidades que tenemos a nuestro alcance. La lista de marcas que se han especializado en calzado de montaña es muy larga, y también lo es la lista de modalidades outdoor que tiene seguidores fieles. Obviamente el senderismo, el trekking o el trail son las que mayor peso tienen, pero las marcas, conscientes de que hay que dar respuesta a todo tipo de perfiles, también apuestan fuerte por la parte alta de la pirámide (hiking, alpinismo, escalada…) o por modalidades que cada vez tienen mayor protagonismo entre los practicantes no excesivamente expertos, como la aproximación o las vías ferratas. Y para cada deporte hay soluciones concretas.

Si lo que se busca es versatilidad, la opción más recomendable es elegir una buena zapatilla de trekking. Su respuesta es bastante buena en la mayoría de las actividades que realizamos en el monte, especialmente si no nos movemos por terrenos muy técnicos. Su polivalencia le ha permitido resistir a los impulsos de un mercado cada vez más específico. La versatilidad y las prestaciones que aporta se hacen pagar, pero el rendimiento es elevado y la protección muy eficaz. Las opciones también son amplias, y en función de las virtudes que queremos priorizar podemos optar por modelos con o sin membrana (la protección cambia, pero también la transpirabilidad), por caña alta o caña baja o por cortes de piel, mesh u otros materiales que priman aspectos como la ligereza o la protección frente a rocas. Las opciones, insistimos, son muy variadas, y es importante tener claro el uso que se la va a dar al calzado.

En esta elección hay un aspecto que puede/debe ser determinante en nuestra decisión final: las prestaciones de la suela. Es la parte del calzado que está en contacto con el suelo y a parte de las sensaciones que pueda transmitirnos, aspectos como el grosor, el dibujo o el taqueado, serán determinantes para que virtudes como el agarre o la tracción sean eficientes. Y como el upper o corte, las opciones de suela son infinitas y para cada modalidad hay miles de opciones diseñadas específicamente para responder a las necesidades que tendremos. Necesidades que tiene que ver con la adherencia, la protección en zonas más críticas, el agarre, la amortiguación… Un buen asesoramiento de la tienda puede ser clave para que nuestra elección sea la correcta.

Nuevas tendencias
Los modelos de trekking son, como hemos dicho, los más versátiles de entre toda la oferta que hay en calzado outdoor, pero en los últimos años y más allá del trail, la escalada o el alpinismo (modalidades donde el calzado es muy técnico y específico), hay un tipo de calzado que se ha impuesto con fuerza en el mundo del outdoor y que, por sus características, puede robarle el trono de la polivalencia al trekking: el calzado de aproximación. Pensado para tramos técnicos (accesos a los pies de las vías de escalada, por ejemplo) este tipo de calzado responde a la perfección en subidas de exigencia media e itinerarios expuestos como las vías ferratas. Su recubrimiento de goma, una de las características más visibles de este calzado maximiza la protección cuando nos apoyemos en los recovecos de la pared. Su adherencia y su look son otras de las virtudes que han disparado las ventas de este tipo de calzado, que ha sido capaz de inspirar las principales colecciones de calle de las marcas del mundo outoor… y de la moda.

De la tierra al asfalto
El caso del calzado de aproximación y su rol de fuente de inspiración para el calzado urbano no es, ni mucho menos, un hecho aislado. Más allá de lo estrictamente técnico, no hay que olvidar que el calzado outdoor ha conseguido algo que nadie podía imaginar hace apenas una década: abrirse un hueco en la moda deportiva. Aunque en los modelos más técnicos la tecnicidad se ha impuesto al diseño, las marcas también han sabido explotar el look outdoor para crear una nueva categoría en sus colecciones. El estilo outdoor –que además de diseño implica tecnicidad- se ha impuesto con mucha fuerza en las calles y muchas marcas han conseguido convertirse en un referente del calzado urbano.