Los científicos se fijan en la ultra distancia
Los formatos de carreras más largas del trail running forman parte del grupo de deportes llamados de ultraresistencia. Estos deportes han suscitado un gran interés en los científicos que se fijan en el rendimiento del cuerpo humano a la hora de realizar esfuerzo físico prolongado.
Como ejemplo de exigencia física continuada durante un período de tiempo relativamente largo, las carreras por montaña son ideales.
Cada vez más, los corredores populares buscan información para conocer aspectos técnicos del trail que puedan ayudarles en la práctica deportiva. Entre la información más solicitada destaca la del comportamiento de nuestro cuerpo ante este tipo de actividades.
En outdooractual.com, nos hemos querido fijar en este tipo de estudios que cada vez son más comunes y dan argumentos para responder al eterno debate del mundo de las carreras por montaña: ¿Qué efectos tienen los ultramaratones en nuestros cuerpo?
Médicos, bioquímicos y fisioterapeutas se han hecho esta misma pregunta y se lanzan a menudo a observar y analizar los procesos físicos que sufre el cuerpo para determinar el desgaste que produce esta actividad deportiva.
Por poner un ejemplo de los estudios científicos consultados, haremos mención de las conclusiones del estudio “La bioquímica de los runners en un ultramaratón de 1.600km”, a cargo de K E Fallon, G Sivyer, K Sivyer, A Dare (1999), del Institute of Sport en Canberra, Australia.
Veamos lo que nos cuenta su estudio:
“Una amplia gama de perturbaciones bioquímicas tienen lugar durante un ultramaratón, pero la mayoría de variables permanecen dentro de los límites normales a pesar del grave estrés físico que vive el cuerpo. Tienen lugar grandes aumentos del volumen plasmático y la hiponatremia es rara en eventos de esta duración.”
Teniendo en cuenta que se trata de distancias larguísimas el estudio anuncia que los datos también apuntan a evidencias no muy positivas: “El crecimiento de indicadores enzimáticos del daño muscular no está causado únicamente por la duración de la carrera, pero proporciona una evidencia, indirecta eso sí, del posible daño hepático durante el ejercicio prolongado y un aumento en el calcio sérico, lo que abre nuevas posibilidades de investigación que deben tenerse en cuenta.”
Lejos de intentar sacar ninguna conclusión ni mucho menos atacar el trail running como tal, lo cierto es que cada vez aparecen más opiniones de expertos y estudios que arrojan luz a un deporte cuya vertiente más científica ha sido siempre un misterio.
El estudio, a cargo de Matthias Alexander Zingg, Christoph Alexander Rüst, Thomas Rosemann, Romuald Lepers y Beat Knechtle, del Institute of General Practice and for Health Services Research de la Universidad de Zurich, también concluía que ha tenido lugar un aumento importante de los ultra-runners en los últimos 40 años, siendo la proporción entre hombres y mujeres muy parecida a la que vivimos hoy: 79,2% de hombres y 20,8% de mujeres.
Otra investigación que nos ha llamado la atención es la que aparecía en la revista americana Sports Health de investigaciones médicas creada por la Sociedad Ortopédica Americana de Medicina Deportiva. El título del estudio es muy claro: “Lesiones de pierna más comunes en los corredores de larga distancia”.
El estudio deja claro de inicio que, como es lógico, un alto kilometraje semanal del corredor aumenta significativamente las posibilidades de lesión, especialmente por encima de las 40 millas. También dejan claro que las causas de las lesiones de hueso, musculares y vasculares pueden ser diagnosticadas y tratadas correctamente con los pertinentes tests y análisis.
Es cierto que muchos corredores, también los de montaña, son muy conscientes de la necesidad de hacerse los análisis y chequeos periódicos necesarios. Pero es interesante ver cómo estudios que nos llegan de la otra punta del mundo siguen demostrando y aconsejando que la primera preocupación del corredor de larga distancia debería ser la salud.
Algunas de las conclusiones que hace públicas el estudio subrayan que han podido demostrar que "las fracturas de tibia y el síndrome de estrés tibial a menudo puede ser prevenido y tratado mediante la corrección de las prácticas biomecánicas anómalas”. Con ello, una vez más vemos que es importante cuantos kilómetros corremos, pero también cómo los corremos y da un papel importante a la técnica.
Las conclusiones siguen indicando la necesidad de contar con nuestros médicos para prevenir y tratar lesiones: “El dolor en las piernas, las lesiones musculo-tendinosas (lesiones que ocurren tras un período prolongado sobre un segmento corporal específico, como tendones y ligamentos) y las enfermedades vasculares son comunes entre los corredores de larga distancia.” Por ello, concluyen: “Conocer los problemas biomecánicos y/o anatómicos subyacentes es necesario para tratar con éxito estos problemas.”
Y, para finalizar, fijémonos en un recopilatorio realizado gracias a la colaboración entre Servicios de Nutrición de Barcelona, la Universidad de Alicante y la Universidad del País Vasco en 2013. Arrojaron luz sobre algunas curiosidades que nos han parecido destacables, como por ejemplo, el hecho de que, “en las primeras 6 horas de esfuerzo aumenta la frecuencia cardíaca, pero a partir de las 18 horas, la frecuencia vuelve al estado inicial”.
Los estudios que destacan han sido realizados en ciclistas, nadadores y corredores y apuntan algo que también es muy interesante. La frase “escucha tu cuerpo” es uno de los leitmotiv de los retos que suponen las pruebas de larga distancia y esto sería “científicamente” cierto si tenemos en cuenta los estudios que se han realizado en ese sentido.
Las principales conclusiones de los estudios de la “percepción subjetiva del esfuerzo” indican que los factores fisiológicos tienen una mayor influencia en la percepción de la fatiga que los factores psicológicos. Se apunta como posible responsable el dolor musculo-esquelético que se suele producir durante estas pruebas. Con ello, vemos como el cuerpo es el mejor aliado para avisarnos si algo va mal.
Evidentemente es posible sacar conclusiones fundamentadas en estudios científicos, pero también hay que tener en cuenta que la investigación es muy dinámica y abrir una puerta sobre una cuestión, abre muchas otras y esta es una realidad que no tiene fin. Lo que sí es cierto es que en cualquier condición, siempre es buena idea un chequeo médico antes de una actividad intensa de trial.