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Simon Anthamatther y los hermanos Auer abren una exigente ruta en el Kunyang Chhish

Redacción OutdoorActual27/08/2013
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La cordada austriaco-suiza compuesta por los hermanos Matthias y Hansjoerg Auer y Simon Anthamatten, ha escalado los 7.400 metros del Kunyang Chhish East, una preciosa y desconocida montaña que se encuentra en el Karakorum. La línea elegida, de unos 2.700 metros, es equiparable en dificultad a la mítica norte del Jannu, según el polaco Grzegorz Skorek, que la intentó en 2.003.

El Kunyang Chhish principal se escaló ya en el año 1971, por un equipo polaco. Pero el Kunyang Chhish Este, era virgen hasta ahora, aunque sí que había conocido varios intentos. En 2003 tanto los coreanos como los polacos lo intentaron sin éxito. En 2.006 los punteros Steve House y Vince Anderson llegaron hasta escasos 300 metros de la cima, pero no fueron capaces de alcanzarla, al encontrarse una sección que con su escaso material no pudieron superar.

Con estos antecedentes, que seguro que tienen que generar algo de presión en los aspirantes, los hermanos Auer y Simon Anthamatten comenzaban a principios de junio su aventura. Caminando por el glaciar Hispar, la primera visión del macizo del Chhish les impresionó profundamente. "El anfiteatro formado por las cumbres Principal, Este y Sur del macizo es uno de los sitios más salvajes que he visto en mi vida" comentó Hansjoerg.

Mathias, el hermano de Hansjorg, se unió a la cordada 20 dias más tarde por una lesión inesperada. Para cuando él llegó, Simon y Hansjorg ya estaban aclimatados, porque habían subido el Ice Cake Peak, de 6.400 metros, además de otras escaladas de aclimatación.

El 25 de junio, la parte aclimatada de la cordada (Simon y Hansjorg) partió a por su gran objetivo. El tercer dia de escalada hacían un vivac a 7.000 metros en medio de la tormenta. La situación obligaba a una decisión drástica, y tras 14 horas de ascenso volvían al base en busca de descanso, y de otra oportunidad con mejor tiempo. Otro intento pocos dias después quedó en nada, por las avalanchas que hacían la ruta impracticable.

Mientras tanto, Mathias tenía verdaderos problemas para conseguir aclimatar, y tan sólo conseguía subir por si mismo hasta 5.500 metros. Junto con Simon partió en una escalada de dos días para alcanzar los 6.400 del Ice Cake Peak.

La noche del 13 de julio llegó un parte meteorológico desde Austria que, si no era el más favorable, al menos daba algo de esperanza para un intento con garantías. Al día siguiente, los tres alpinistas decidieron lanzar su último ataque. Durante los primeros dos días escalaron por terreno conocido sin complicaciones hasta 6.600 metros. Esa noche, una tormenta de viento y nieve casi acaba con su tienda. Por la mañana, a pesar de que intentaron continuar, cuando habían escalado escasos 200 metros tuvieron que buscar refugio en una grieta. Dos días de paciente espera serían necesarios para que otra ventana les dejará salir de allí y continuar escalando.

La mañana del 18 de julio, comenzaban de nuevo a escalar por terreno mixto complicado con los dedos de los pies insensibles.
La gran travesia hacia la arista, sobre nieve helada les dejó realmente exhaustos a 7.000 metros. Eran las 12:30 cuando alcanzaron por fin la cumbre. Con lágrimas en los ojos, y realmente emocionados, la cima suponía la culminación a un mes de duro trabajo. Que mejor lugar para estar con amigos que una cumbre inescalada, con todo el Karakorum a tus pies.

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