"Sólo pensaba en sacar la cabeza"
La tragedia planeó el sábado sobre el pico Garmo Negro de Panticosa, en Huesca. Tres montañistas valencianos y otros dos madrileños salvaron la vida tras quedar sepultados por un alud cuando se encontraban a casi 3.000 metros de altitud. Dos de ellos sufrieron lesiones leves.
El grupo de deportistas estaba alojado en el refugio Casa de Piedra, junto al balneario de la localidad oscense. Partieron a primera hora de la mañana con intención de coronar el Garmo Negro, pero la fatalidad los sorprendió sobre la una y media de la tarde.
Una inmensa placa de nieve de unos 100 metros de largo por 30 de ancho se desprendió de la montaña en la zona del Collado de Argualas. El alud arrastró a cinco de los siete montañeros. En un primer grupo iban tres jóvenes de Valencia. Uno de ellos quedó completamente sepultado. Otro acabó envuelto de nieve, pero con la cabeza a descubierto, y el tercero, atrapado por las piernas a la altura de la rodilla. Algo más abajo quedaron los alpinistas madrileños, que recibieron la ayuda de una pareja valenciana.
En declaraciones a Heraldo de Aragón, Iker Arriandaga, de Madrid, recuerda así ese dramático instante. Antes de verse sepultado, los tres valencianos que iban por delante de él gritaron: «¡Avalancha, avalancha!». Iker se tiró al suelo. «Fue como bajar por un tobogán de placas de hielo a lo largo de 100 metros. Mientras me arrastraba por la nieve, sólo pensaba en sacar la cabeza. Movía los brazos y gritaba».
Por detrás de él estaban Rosa García y Germán Sastre, también de Valencia. «Les dije que desenterraran a mi amigo mientras llamaba al 112», explica el montañista. En pocos minutos se movilizó un helicóptero y especialistas de montaña con perros adiestrados.
Los valencianos heridos, Pablo N. R., de 36 años, y Miguel P. T., de 33, fueron asistidos en el centro de salud de Escarilla. Sufrieron un esguince de tobillo y una herida en la rodilla y ya han recibido el alta. Los efectivos de rescate de la Guardia Civil aseguraron que las víctimas «tuvieron mucha suerte de que hubiera montañeros cerca para poderlos asistir y de que todavía no haya demasiada nieve en el pico».
Información de Las Provincias