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Otra apertura de nivel en los tepuys de Venezuela

Redacción OutdoorActual13/04/2012
Fotografía de Wandzelphoto.com
Fotografía de Wandzelphoto.com

El navarro José Carlos Delgado «Wei» y el alavés Adolfo Madinabeitia abren una nueva línea de 400 metros y dificultades máximas de 7c en libre y A2+ en artificial. Se trata de una ruta directa y dura, y, según los protagonistas, la mejor de Acopan.

Ya han pasado 23 años desde que Adolfo Madinabeitia visitara por primera vez las exóticas paredes de Venezuela. Junto a Jesús Gálvez escalaba la «Ruta de los Japoneses» en el Salto del Ángel y abrían la vía «A poco no» en el Tepuy Kukenan. Al igual que el madrileño, el alavés se enganchó con esas expediciones a la selva de Venezuela, y, ya al año siguiente, los mismos protagonistas abrían la impresionante «Ruta directa» al Salto del Ángel.

Paredones, tepuys, cerros... lo que fuera para volver. Y Madinabeitia volvió de nuevo; y de nuevo ha vuelto. Fue el pasado 10 de febrero cuando emprendió viaje a los tepuys de la sabana venezolana. Esta vez iba acompañado de José Carlos Delgado «Wei», un escalador navarro que sabe bien qué es eso de apretar. No cayó el principal objetivo, pero sí otro que también les ha llenado mucho. Nos referimos a la apertura de la línea bautizada como «Madina-Wei» en el Acopan. Una ruta de 400 metros y dificultades de 7c y A2+.

Pero como adelantábamos ése no fue el objetivo principal de la expedición. Una vez más, Madinabeitia apostó por ir al Cerro Autana, pero, cómo son las cosas, por tercera vez no ha podido ni acercarse a su base. Como afirma el propio escalador alavés a GARA, lo del Cerro Autana es una historia imposible: «Es el tercer intento que hago por ir a escalar al Autana. En el primer viaje con Gálvez no pudo ser. El segundo fue un tanto rocambolesco, ya que por medio había una movida de un supuesto asesinato y alguna otra historia más. Y en esta tercera, que por cierto al fin he visto la pared, hemos tenido que sufrir ciertas meteduras de pata de ciertos escaladores mediáticos con mucho poder adquisitivo. Se nos adelantó Leo Houlding y su grupo que, guiados por Alfredo Rangel, pagaron 8.000 euros por ir a escalar una ruta de 400 metros en la que de roca real son 4 largos. Así están fastidiando el futuro de la escalada pagando una excesiva cantidad de dinero por ir a escalar al Autana».

Y si unos estuvieron dispuestos a soltar esa barbaridad de euros, los escaladores vascos, muy a su pesar, tuvieron que declinar la «invitación» que les hicieron para que pagaran nada más y nada menos que 16.200 euros.

El propio Madinabeitia se hace la pregunta: «Pero, ¿quién tiene la culpa de todo esto? La verdad es que unos metieron la pata y que esta historia de contratar porteadores y demás está cambiando mucho. A nosotros que éramos dos, nos quisieron meter nada más y nada menos que 19 porteadores. Les dije que nada de nada, que no les pagaría ese montante, y que me parecía inmoral».

Visto lo visto, la cordada Delgado-Madinabeitia tuvo que cambiar de rumbo. Gracias a las visitas del alavés a aquellos lares, fue éste el que le propuso a su compañero dirigirse al Acopan con la intención de quitarse de encima esos quebraderos de cabeza señalados y poder escalar tranquilos.

Como se observa, no era la intención de repetir en Acopan, y es que el propio Madinabeitia hace dos años abrió en aquellas paredes una nueva ruta: «Mundo Perdido».

Rumbo a Acopan

Entre choque y choque de negociaciones y cambios de planes, la cordada vasca se marcha definitivamente al Acopan: «También estuvimos calientes por ir al Roraima, pero pensando fríamente no lo tenía nada claro. Y, por fin, nos vamos al Acopan. El planteamiento era claro. Lo primero, llegar al campo base y repetir una línea para ahuyentar los malos espíritus, desentumecer el cuerpo de tanta energía negativa y motivarnos para la siguiente apertura. Viendo fotos de la anterior visita, buscamos una línea que podamos abrir en la pared donde Stefan Glowacz metió su vía «Purgatorio». Se ve un buen muro que a partir de la mitad desploma un montón y que puede salir un recorrido de entre 600 y 700 metros. La vuelta a casa estaba prevista para el 13 de marzo; tiempo suficiente para poder escalar y cerrar el círculo».

Finalmente, los escaladores vascos pudieron cerrar su ansiado círculo abriendo una línea de 400 metros a la que le han llamado «Madina-Wei». 11 tiradas nuevas en total, y unas dificultades de 7c y A2+ (obligado 7a y A2+). Según el propio Madinabeitia se trata de una gran línea: «Sin miedo a equivocarnos es la mejor ruta de Acopan. Un viote, una línea buenísima, dura, abierta en buen estilo y en libre lo mejor de ese muro. No nos explicamos cómo hasta ahora no había una ruta abierta por el centro de esa pared».

La apertura realizada por Delgado y Madinabeitia les llevó cuatro vivacs. En las dos primeras jornadas abrieron la tres primeras tiradas.

Si nos fijamos en las dificultades técnicas de la apertura, nos daremos cuenta que en el caso de Madinabeitia ha cambiado de registro. Siendo una gran especialista del artificial extremo, en esta ocasión ha querido apretar en el libre: «Sí, la apertura se ha desarrollado con un sello más en libre, más de corte moderno y de acorde con los nuevos tiempos. Hemos sumado la energía de la juventud de Wei y la perrería de un viejo como yo; así como las enormes ganas de los dos».

Los escaladores aseguran que el sétimo largo, el gran techo, puede salir en libre, entre el 8b+ y el 8c. En general, muy mantenida con un largo de 7c, dos de 7b+, otro de 7a+, dos más de 6c+/7a y los últimos más fáciles.

Muy buen estilo de apertura, con 29 parabolts entre reuniones y largos, y todos ellos metidos a golpe de martillo y no con taladro. Las reuniones están equipadas con dos parabolts. Mucha fisura, y casi todo limpio de vegetación: «Un regalo de la naturaleza».

Un último dato del que los protagonistas quieren informar: «Para repetir la ruta, que se podrá hacer en dos días, no hace falta clavos ni martillo; solo un buen juego de fisureros y un mazo de friends en el que no debe de faltar un juego de «Totem Cams»».

La «Madina-Wei», una recompesa para una expedición a trompicones.

Fuente: Gara