Ascensión al Pedraforca
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El Pedraforca es una de las montañas más emblemáticas de Catalunya y forma parte del imaginario de cualquier montañero. Su clásica imagen con forma de muela y sus verticales y abruptas paredes han desatado la imaginación de miles y miles de personas durante generaciones, que han inventado leyendas mágicas y han imaginado escaladas no menos mágicas.
Sin embargo, y frente a lo que se podía pensar, la ruta normal del Pedraforca es asequible para la mayoría de personas con un estado de forma físico mínimamente bueno. El único problema lo puede presentar la trepada final, algo aérea, ya que puede impresionar a aquellos poco acostumbrados a la montaña. Sin embargo, se trata de una trepada sencilla y evidente que, yendo paso a paso, no presenta ninguna dificultad.
Os presentamos por lo tanto, la guía para ascender al Pedraforca, por su ruta clásica – por el Coll de Verdet – y descender por la enorme pedrera que nace en la Enforcadura. Una ruta circular con inicio y final en el refugio Lluis Estasen.
FICHA TÉCNICA
Desnivel positivo: 1050 metros
Desnivel negativo: 1050 metros
Horario: 4-5 horas
Dificultad: Fácil (pero con pasos aéreos difíciles para las personas con vértigo)
Acceso en coche: Por la C-16, después de Cercs y antes de Guardiola de Berguedà, tomar un desvío dirección Saldes y Macizo de Pedraforca. Poco después de pasar por Saldes buscar una pista asfaltada hacia la derecha (cartel de refugio Lluis Estasen) y seguirla hasta el Mirador de Gresolet, donde dejaremos el coche, a 10’ caminando del refugio.
EXCURSIÓN
Dejaremos el coche en el espectacular Mirador de Gresolet, donde encontraremos un parking en el nunca faltan coches. Justo antes de llegar al mirador, desde el coche habremos podido ver un camino que ascendía hacia a la derecha, junto a un cartel que indicaba la dirección al refugio Lluis Estasen. Pues bien, ese es nuestro camino. Siguiendo la, ayudándonos por las marcas rojas de la travesía de Cavalls del Vent, llegaremos 10-15 minutos al refugio Lluis Estasen, punto de partida de ascensiones y escaladas al Pedraforca.
Cerca del refugio, un poste nos señalará diversas direcciones, de las que nosotros deberemos elegir la que nos encamina al Pedraforca por el Coll de Verdet, que queda a mano derecha. El comienzo de la excursión es bastante plácido y agradable, lo que se agradece para ir entrando en calor poco apoco.
Por un camino bien marcado, y ayudados en todo momento por las marcas amarillas y blancas del PR C-123, flanquearemos a media ladera las paredes norte del Pedraforca, famosas igual que todo el macizo por la cantidad y calidad de las vías de escalada que la recorren. Si el tiempo es bueno y nuestra vista fina, no será extraño localizar en las paredes a alguna que otra cordada.
El camino a media ladera nos llevará, en un ligero pero continuo ascenso, a través de un bosque sólo interrumpido por el cruce de dos torrentes que salvaremos siguiendo el camino bien indicado. En todo el recorrido, pero sobre todo en esta zona, estaremos pasando por un terreno de muy fácil erosión, por lo que es muy importante seguir el camino marcado para reducir el impacto sobre la zona.
Poco a poco notaremos que la vegetación se irá haciendo más escasa y poco después de pasar por al lado de una cavidad en la roca, notaremos que el camino gira hacia la izquierda, en dirección Suroeste, y sobre todo, notaremos que la cuesta arriba se hará más pronunciada. En este punto habremos dicho adiós al tramo más apacible de la jornada y encararemos el tramo más duro físicamente de toda la excursión: la subida al Coll de Verdet.
No es una ascensión muy larga, pero vale la pena tomársela con calma, ya que de lo contrario se nos puede hacer eterna. Cuando no se alce más prado empinado delante de nosotros y veamos por primera vez, abajo del todo, el pueblo de Gòsol, estaremos en el pequeño Coll de Verdet. Se trata del mejor lugar para descansar, pues el lugar invita a ello y ya habremos superado la parte físicamente más dura.
Sobre los tiempos, como siempre, son relativos, pues depende de cada uno. Como horario estándar se podría decir que haber llegado en dos horas hasta Verdet sería un buen horario.
Después de reponer fuerzas, giraremos por un camino evidente hacia la izquierda, en dirección Este, acercándonos al muro de roca del Pedraforca. Una vez a pie de pared nos enfrentaremos a la parte más técnica de todo el recorrido, pero una vez expulsados los primeros miedos, nos daremos cuenta de que se trata también del tramo más divertido de la excursión. Deberemos fijarnos en las marcas amarillas que nos indicarán en todo momento la ruta a seguir.
Ayudados por los evidentes apoyos para las manos, llegaremos al final de la pared que nos depositará en la Cima Norte. Todavía nos faltará un tramo para la cima, pero ya habremos pasado lo más complicado, que habrá podido impresionar a alguien que no haya escalado nunca, pero que tomándoselo con calma y tranquilidad, es una trepada muy asequible.
Desde esta primera cima nos faltará crestear durante media hora más con continuas subidas y destrepes que, finalmente, nos llevarán hasta la cima más alta del Pedraforca, el denominado Pollegó Superior. Si hemos madrugado, podríamos tener el privilegio de estar solos en la cumbre del Pedraforca, desde donde las vistas son espectaculares. Justo en frente nos encontraremos con el segundo pico más alto del Pedraforca, el Calderer, apenas unos metros más bajo que el principal. A su derecha, y un poco más lejos, el Pollegó Inferior y justo debajo de este, la llamada Enforcadura, hacia donde nos dirigiremos en el descenso.
Sin embargo, el Pedraforca es una de las cimas más concurridas de todo Catalunya, por lo que es probable que la cima esté llena de gente, por lo que resultará útil bajar unos metros –precisamente en dirección hacia la Enforcadura– para tomar nuestro almuerzo con tranquilidad. Tres horas hasta la cima es un horario más que correcto.
Desde la cima, como decimos, el descenso resultará bastante evidente. Las marcas nos seguirán guiando en un primer destrepe que deja paso a un descenso empinado por tierra y piedras sueltas. En un suspiro nos plantaremos en la Enforcadura, donde se podría decir que comienza el descenso de verdad.
Si somos hábiles y nos gustan los descensos por pedrera, en apenas 20 minutos podremos estar en el refugio. Sin embargo, si nos cuesta bajar por terrenos de piedras sueltas, puede que no lo pasemos tan bien, ya que estamos en el comienzo de una pedrera de unos 600 metros de desnivel. Sea como sea, el camino es más que evidente ya que sólo existe una opción: hacia abajo.
En el descenso, sin embargo, hay un punto en el que tendremos que estar atentos para no perdernos el camino hacia el refugio y acabar en el pueblo de Saldes. Cuando empiezan a aparecer cada vez más árboles, llegará un momento en el que veremos una gran piedra. En ese punto, la lengua de la pedrera gira ligeramente a la izquierda. Tendremos que acompañar ese giro, que nos llevará directamente al camino hacia el refugio.
Abandonada la pedrera, notaremos que los pies caminan prácticamente solos, debido a presión que han recibido durante el descenso. Un camino llano y muy apacible a través del bosque, muy parecido al del principio, pero con mucho boj, nos llevará sin apenas darnos cuenta de nuevo al refugio Lluis Estasen. Desde allí no tendremos más que tomar el camino de ida para caminar 10 minutos más y llegar al parking. Sobre el tiempo total, dependerá mucho de nuestra habilidad para salvar la pedrera, pero nosotros lo situamos entre las 4 y 5 horas.
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