"A veces tengo la sensación de que no es real, de que ha sido una especie de mal sueño"
Son las 9:30 de la mañana y acabamos de aterrizar en el hospital zaragozano de la MAZ. Allí nos hemos citado con Alex Txikon con quien esperamos compartir la mañana y reflexionar sobre su última experiencia invernal en el Karakórum. Tras merodear por los pasillos encontramos a Alex, que nos saluda desde la silla de ruedas. Tiene un rostro animado, tal vez gracias a la compañía de Leire Egiarte y Carlos Suárez, que terminan el desayuno.
“La mejor opción será subir a la habitación”, comenta el alpinista vasco. Las enfermeras suelen visitarle por las mañanas con frecuencia para ver el estado de sus congelaciones. Así subimos a la amplia sala que Alex tiene como morada desde hace una semana. Desde allí comenzamos la regresión, por momentos emotiva, al Gasherbrum I. La desaparición de los alpinistas y compañeros de Txikon, Göschl, Hählen y Hussein, en el último tramo antes de llegar a la cima, ha teñido de tragedia este último capítulo de la historia del alpinismo. Alex, tras 20 días de reflexión, nos regala sus privilegiadas impresiones que aportarán luz a esta triste historia. Os dejamos con la primera parte de la entrevista.
- Todo el mundo se estará preguntando cómo te encuentras
Voy mejorando. Tengo afectados los dedos gordos de los dos pies. Al derecho ya le han hecho la escarotomía y han quitado todo lo negro, la uña incluida. El pie izquierdo está un poco peor. Las primeras falanges de tres dedos y en especial del gordo, por el que tendré que visitar el quirófano el próximo 3 de mayo. Hasta que no lo abran no sabremos la profundidad de la congelación, pero no tiene mala pinta.
- ¿Y anímicamente?
También mejor. Estoy aquí muy arropado por Carlos y Leire. He recibido mucho apoyo, creo que la expedición ha tenido un gran seguimiento. Lo peor fueron los días que he pasé en el Campo Base, cuando la esperanza se desvanecía y el resto de alpinistas iban marchando.
- Volvamos un poco más atrás atrás, a la salida desde el Campo Base. ¿Cómo empieza todo?
Ya con Carlos habíamos visto lo complicado que era pasar del Campo 2, especialmente por las condiciones meteorológicas que eran muy inestables. El martes 6 de marzo salen todos desde el Campo Base, con un parte que presentaba dos días buenos y un tercero complicado debido a la nubosidad. Éste fue el motivo de que yo no lo viera claro, no conocíamos el terreno. Además las nubes no suavizaban la temperatura como en otras ocasiones y el termómetro a esas alturas podría rondar los 50 grados bajo cero.
- No suena muy alentador...
El resto del grupo decide salir pero Darek pronto se da la vuelta. Así quedan 4 en el grupo, los tres desaparecidos y Tamara. El día siguiente amaneció más claro, lo vi diferente. Los meteorólogos también estaban más optimistas así que decido salir para arriba. No tenía la intención de llegar hasta mis compañeros ya que no me gustaba su idea de hacer cima el día 8. El día 9 iba a estar mucho más despejado.
- ¿En qué momento se complica la situación y decides dar la vuelta?
El miercoles 7, ya con Tamara, dormimos a 7200 metros, en un lugar perfecto desde el que atacar la cumbre. Así lo pensamos y lo intentamos, pero enseguida se vio que mi compañera no se encontraba en las mejores condiciones y decidimos dar la vuelta. No perdí un segundo en pensar en continuar, a pesar de los ánimos de Tamara. Creo que hice lo correcto. Así que enfilamos hasta el collado del Gasherbrum Sur y subimos a su cima.
- ¿Qué sabíais del grupo en cabeza?
La última vez que contactamos con nuestros compañeros más adelantados fue el día 7, al llegar al C2 a las 8 de la tarde. Su intención era hacer cumbre y nosotros les informamos de que la previsión mejoraba para el día 9. No cambiaron de opinión, salieron hacia la cumbre a las 3 de la mañana y no sabemos lo que pasó porque volvieron el día 9. Decían haber subido hasta los 7700 metros. Ese día volvieron a intentarlo y la última vez que les vi fue a 7750 metros aproximadamente. Ya no supimos más...
- Que sencillo es decir ahora que tomaste la decisión correcta. ¿Qué piensa un alpinista cuando tiene que renunciar a la cumbre?
La decisión la tomé en cierta medida desde el CB. Decidí no salir con mis compañeros, no me gustaba y me quedé descolgado. A la cabeza se te viene el tiempo y el esfuerzo que has invertido en la expedición. También el dinero que casi supone el 100% de nuestros bolsillos. Jode... Piensas que el resto del grupo va a ir a por la cima y tú abajo, sin tan siquiera intentarlo. En ese momento si eres un poquito ambicioso es muy fácil caer en errores pero hice caso a lo que sentía dentro.
- Intuición...
Hablé con Leire y con otros amigos y periodistas y notaba cierta pena en ellos de que no fuera con el resto del grupo. Nadie me presionó de ninguna manera pero notaba esa pena y me hacía replantearme si era yo el que me estaba equivocando. Al final algo que llevo dentro me dijo que no subiera.
- ¿Por qué fuiste a la segunda cima, la del Gasherbrum Sur?
Y ¿por qué no? El día 9 el tiempo se puso realmente bueno. Me pasé media hora allí de pie chupando frio disfrutando de una noche preciosa. Veía el plateau, parecía que estuviese en otro planeta. A la mañana siguiente desmontamos todo y empezamos a bajar. El tiempo estaba tan bueno que no pude contenerme y le propuse a Tamara subir. Justo cuando estábamos arriba es cuando cambió el tiempo, que coincide con el último momento en el que vi a mis compañeros.
- Las informaciones que nos llegaban presentaban un descenso complicado
El descenso fue muy duro, además Tamara tenía problemas de visión, así que tomé yo la iniciativa contrastando mis impresiones siempre que podía con el Campo Base. La arista estaba muy peligrosa en nuestra situación así que tomamos la misma huella que habíamos utilizado para subir en la bajada. Llegamos a la primera cuerda fija y tuvimos que remontar 50 metros que estaban completamente desplomados. Es allí donde se me coló la nieve por dentro del mono llegando hasta el botín interior donde se volvió a congelar.
- Esa es la causa de las congelaciones
Si, que además se acentuó por todos los momentos de espera y las dificultades que tuvimos en ese tramo. La cuerda se incrustaba constantemente en la nieve. Conseguimos bajar y Tamara se quedó en el Campo 1 y yo llegué al Campo Base.
- ¿Os separasteis?
En algunos momentos pienso que me equivoqué. Quizás tenía que haber tirado más de ella para llegar juntos hasta abajo. Al final ella pasó la noche allí y bajo al día siguiente.
- ¿Sentiste alivio al llegar al Campo Base?
Pasé muchísimo miedo en ese último tramo sólo y cuando vi que se acercaban a mi encuentro con un poco de té sentí una alegría tremenda. El Campo Base se convirtió en el hotel con más estrellas del mundo.
- Imagino que la alegría fue menguando con el paso del tiempo
Esa misma noche ya había incertidumbre, esperábamos impacientes una señal a través del walki. Yo había visto que las condiciones de frío y viento habían puesto el tema realmente peligroso. Los cocineros estaban también muy preocupados. No olvidaré nunca como a la mañana siguiente rompieron a llorar. Yo sentía por una parte que me había salvado mientras por otra la preocupación seguía en aumento.
- La demora de tu evacuación del CB lo haría todo más doloroso...
Podía haber marchado antes, con otros compañeros. Quizás fue porque realmente yo no me quería ir. Todavía sentía que estaban los compañeros ahí arriba. Habían pasado seis días pero todavía mantienes esa pequeña esperanza. Esta sensación me duró hasta que bajando en el helicóptero, desaparece la pared sur de Gasherbrum. Entonces empiezo a sentir un dolor tremendo que no olvidaré jamás. Los perdíamos para siempre y volvíamos a la civilización.
- ¿Te está costando mucho asumir esta historia?
A veces tengo la sensación de que no es real, de que ha sido una especie de mal sueño. Otras veces lo veo más claro, como cuando lo estoy contando. Las ascensiones a estas grandes montañas del Karakórum en invierno son una apuesta muy fuerte, su precio puede ser muy alto.
- ¿Te ves otra vez en el Karakórum en un invierno próximo?
Pienso que sí pero todavía es pronto. Hay que recuperarse y cerrar aspectos que quedan pendientes para zanjar esta expedición. Espero poder volver. También tengo otras ideas interesantes como las técnicas de salto base que me está enseñando Carlos Suárez. Sería bonito poder volver allí y hacer algo sorprendente.