Casi 400 muertos en Pakistán y Afganistán tras un terremoto de 7,5
El pasado lunes 26 de octubre, seis meses después del brutal seísmo que mató a alrededor de 9.000 personas en Nepal, la tierra volvió a temblar. Esta vez un terremoto de 7,5, con epicentro en la región afgana de Badakhshan, asoló a las montañas de Pakistán y Afganistán. Por el momento, más de 400 personas han perdido la vida y hay miles de heridos y de casas destruidas.
Como ocurrió en la tragedia nepalí, los valles de montaña han llevado la peor parte y todavía en muchos casos se encuentran incomunicados ante el difícil trabajo de los equipos de rescate. Las carreteras están cortadas por los desprendimientos –en la Karakorum Highway se han registrado 45 cortes- y las primeras nieves del otoño complican aún más el salvamento. "En comparación con otros años, el invierno ha empezado antes de tiempo en las áreas de Khyber Pakhtunkhwa golpeadas por el seísmo, lo que indica que será duro", explicó hoy a Efe el director del departamento meteorológico de la provincia, Mushtaq Ahmad Khan.
La Autoridad Nacional de Gestión de Desastres (NDMA) de Pakistán detalló en un comunicado que para hacer frente a las necesidades de las víctimas por la falta de refugio y el frío han distribuido 8.750 tiendas de campaña, 15.500 mantas, 3.500 esterillas de plástico y 14.000 lonas, además de 24 toneladas de comida y agua.
Los desprendimientos también han llegado a Skardu, ciudad de la que se parte para muchas expediciones al Karakorum. A priori, el desastre no afectará a los planes de los alpinistas como Álex Txikon o Ferrán Latorre visitarán la cordillera este invierno.