El GAME celebra su encuentro anual de escaladores en Montserrat
La escalada no fue más que una anécdota en esta reunión dado que el corazón del encuentro fue la cena del sábado por la noche a la que asistieron hasta 65 personas. Un cena en la que los reconocimientos y homenajes dieron un relieve a la cita del Grupo de Alta Montaña Español (GAME). En esta ocasión los homenajeados fueron la cordada montserratina Iglesias – Casanovas, que tanta actividad realizaron en la década de los años 60 y 70, dejando grandes vías en agujas como la Bessona inferior, la Boleta del Portell Estret o l’Asiàtica por poner tan solo algunos ejemplos representativos. También Jordi Lluch tuvo su homenaje por su compromiso con la montaña, el alpinismo, su trayectoria, su estilo y actitud.
Joan Carles Griso escalador infatigable y fortísimo desde sus inicios en la época de los piratas en Montserrat (años 70) y gran alpinista que desarrolló sus actividades en muchos lugares del mundo, guarda de refugio, guía de alta montaña y un largo etcétera de labores en una vida nómada dedicada a las montañas y la actividad deportiva.
Josep Mª Sala que con 70 años de práctica deportiva a sus espaldas sigue vibrando por la montaña como el primer día, precursor de los rallyes de esquí de montaña en el Centre Excursionista de Catalunya e impulsor del Mountain Wilderness Cataluña.
Nil Bohigas también recibió su homenaje, a título póstumo. Un alpinista que sin duda realizó la escalada española más importante del siglo XX junto a Enric Lucas con su primera ascensión a la sur del Annapurna (8.091 m) en 1984 en estilo alpino y tras 9 días de ascensión.
La cena tuvo el punto álgido y especial cuando el GAME homenajeó a los hermanos Jean y Pierre Ravier, grandes pirineistas de la historia de nuestra montañas, figuras indiscutibles de la evolución de la escalada en roca de dificultad y el alpinismo que arrancaron su andadura a finales de los años 40, ellos han dejado su huella imborrable en multitud de montañas pirenaicas como el Vignemale, Midi d’Ossau, Ansabere, Pène Sarrière, la Forcanada, Tozal del Mallo, etc…. con vías de gran belleza y dificultad, en donde la estética general cuenta más que otra cosa, en definitiva Jean y Pierre Ravier simbolizan como nadie, el ejemplo de alpinistas no profesionales que alcanzan el máximo nivel movidos por el romanticismo y la ilusión y el GAME supo poner en relieve estas palabras en forma de homenaje.
Lo cierto es que la climatología fue cambiante y no acompañó demasiado a las actividades al aire libre. No obstante en la mañana del sábado, que amaneció con lluvia, el fuerte viento reinante secó con rapidez las paredes de conglomerado más compactas y más aireadas del macizo, como las de la zona de Agulles, en donde multitud de aristas a media mañana ya tuvieron buenas condiciones para su escalada, aunque el viento dificultara un poco la progresión pausada en la escalada de finura, como lo es la montserratina. Al día siguiente de la cena, el domingo, algunas cordadas pudieron escalar en la zona sur, con un tiempo mejor pero frío y ventoso, antes de volver a sus destinos, 30 de ellos vinieron desde Madrid como representantes del RSEA Peñalara.