El mal tiempo obliga a neutralizar la Molina-Vallter Skimarathon
Este sábado se ha disputado la segunda edición de La Molina-Vallter Skimarathon, la carrera de esquí de montaña de 40 km que une los valles de Cerdanya, Núria y Camprodon pasando por el Puigmal, Noucreus y Bastiments. Por sus características es una competición única y pionera en el suroeste de Europa.
Aunque las generosas nevadas de las últimas semanas permitían realizar la totalidad del recorrido con esquís, las durísimas condiciones meteorológicas han obligado a la organización a neutralizar la competición cuando la cabeza de carrera llegaba al Pic de Duraneu, en el kilómetro 15 del trazado. Una fina lluvia acompañada de viento ha dominado el recorrido y, en cotas altas, la mala visibilidad y rachas de hasta 130 km/h hacían que las condiciones fueran insoportables.
En un primer momento se ha decidido acabar la carrera en Núria (km 23). El fuerte viento, no obstante, hacía casi imposible mantener el equilibrio en cotas cercanas a los 2500 m. Esto, junto con la mala visibilidad, hacía muy peligroso seguir subiendo hasta el Puigmal y bajar a Nuria, pero también volver atrás hasta la Collada de Toses.
Por eso la organización de la carrera ha decidido neutralizar la competición en el control situado en el Pic de Duraneu, anterior al Puigmal. Desde allí se ha hecho bajar a los esquiadores por el valle de Err hasta la base de la estación de esquí de Puigmal, en la Cerdanya francesa. Allí les esperaban unos autocares contratados poco rato antes por la organización, para llevarlos de vuelta a la Molina, donde se ha hecho la entrega de premios a los tres primeros equipos masculinos y femeninos al llegar al punto donde se ha cortado la carrera.