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Vías transformadas

Redacción OutdoorActual10/10/2012
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Por norma general, las paredes y sus itinerarios de escalada, son un patrimonio de dominio público que hay que cuidar y respetar, de lo contrario perdemos todo su carácter. Antaño, sólo los escaladores experimentados llegaban al oficio de aperturista. Ahora, cualquiera que sepa manejar un taladro, puede recrearse por la vertical dejando su huella para la posteridad. Hasta aquí todo correcto, cada uno tiene la libertad de hacer lo que le parezca, siempre y cuando no distorsione el talante de un lugar. Existe una ética en la atmósfera, algunos la sintonizan, otros no. Es la gracia de la afición de subirse por las paredes, hacerlo con ilusión, respeto y unas mínimas reglas de educación.

Ya hace algun tiempo, con la típica excusa del reequipamiento, muchas vías han sufrido un cambio radical. Los artífices del invento, amparados por el visto bueno de sus aperturistas, han eludido toda regla para conseguir su propósito: transformar. ¿Acaso los primeros ascensionistas son los dueños del itinerario, o más bien, los responsables de su éxito o fracaso?

Sea lo que sea, habría que juzgar primero quién tiene el visto bueno para alterar la dificultad original de una vía. Una cosa es sustituir un buril viejo por un parabolt nuevo, y otra muy diferente sobreequipar un recorrido y variarlo caprichosamente sin motivo aparente. Quienes transforman, se deben creer que nos estan haciendo un favor, mientras aniquilan sistemáticamente el sello de una vía. Además, da la casualidad de que casi siempre son las vías clásicas las más afectadas, no se van a transformar un "callo" en alguna cosa mejor. Y lo peor del caso, que pocos protestan ante tal fenómeno, la sobredosis de chapas le va como anillo al dedo a la mayoría del personal, claro reflejo del pobre nivel coyuntural.

Les estamos negando la oportunidad a próximas generaciones, de deleitarse con la esencia de muchos itinerarios y valorar la destreza de sus autores. Vías como la Anglada-Guillamón en la cara sur del Pedraforca, la José Antonio Sanz al Mallo Melchor Frechín, o la Torrijo a la Visera en Riglos, entre muchas otras, son tres claros ejemplos de itinerarios totalmente transformados, y cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. Alguna razón tendran los polémicos "Talibanes de la roca", devolviendo a golpe de maza la imagen real de muchas vias manipuladas con el tiempo.

Armand Ballart