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50 años de 'la Carnavalada' al Mallo Pisón

Jorge Millaruelo - @jmillaruelo20/10/2015
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Ha pasado medio siglo desde que Ursicinio ‘Ursi’ Abajo y Jesús Ibarzo culminaran una de las escaladas más relevantes de las muchas que se han oficiado en la catedral de los Mallos de Riglos (Huesca). Era la primera que se atrevía a surcar el desplomado centro del Malló Pisón -que toma el nombre de una de las casas del pueblo- y su dificultad implicaba, no sólo una pétrea negociación contra las fuerzas de la gravedad, sino también un nuevo y arriesgado paso en el camino contra lo imposible.

Tras 92 horas ininterrumpidas en la pared, la prolífica cordada aragonesa holló la cima del más alto de los mallos, abriendo el campo de juego a muchos escaladores que fueron surgiendo con posterioridad. “En los meses anteriores se habían producido algunos accidentes graves en Riglos, por lo que la gente estaba dejando de venir aquí a escalar”, recuerda Ursi Abajo. “Por este motivo -continua-, decidimos junto a la gente del pueblo que intentaríamos completar una ruta exigente en la gran pared del Mallo Pisón, y que así otros escaladores vinieran a escalarla”. En las fiestas del Pilar de 1965 consiguieron su objetivo -unos meses antes Ursi ya había conocido sus primeros metros para colgar una gran estrella de Navidad-, aunque la primera repetición de la Carnavalada tardaría casi 10 años en llegar. Cuentan que al descender, Abajo e Ibarzo fueron invitados a merendar en el pueblo como pago de una apuesta en la que también se habían embarcado.

Para comprender hasta donde llegó la audacia de estos pioneros de la progresión vertical, no hay mejor maestro que el propio Reino de los Mallos. La inmensidad de sus paredes y la invasiva sensación de vacío invitan a imaginar cómo estos trabajados aventureros arañaban, metro a metro, su característico conglomerado “de bolos y barrigas”. Tal y como refleja el historiador Alejandro Puyo en su blog especializado ‘A0avista’, utilizaban materiales vetustos como tornillos reciclados, que Ursi recuperaba de la caja de cambios de los vehículos con los que trabajaba. Alguno de ellos todavía se mantiene allí, inmunes al paso del tiempo. “Antes escalábamos sin conocimientos pero con mucha valentía, ahora es mucho más difícil tener un accidente grave en la pared”, detalla el zaragozano. “Además, ahora los materiales han facilitado que cualquiera pueda abrir una nueva ruta, taladrando los anclajes desde arriba en un solo día, con lo que nos costaba a nosotros…”

Con esta gesta Ursi Abajo y Jesús Ibarzo completaron un proyecto por el que años antes se había interesado Alberto Rabadá. Curiosamente fueron Rabadá, al que cariñosamente llamaban Edil, y su compañero Ernesto Navarro ‘Navarrico’ los que unos años antes habían marcado el paso de la escalada aragonesa y española y de quienes, tras su muerte en 1963 en la cara Norte del Eiger, tomaron el relevo.

Además de la Carnavalada, cuyo nombre original fue el del dirigente franquista José Antonio Elola, la cordada Abajo-Ibarzo se hizo con otras importantes ascensiones que les llevaron a ser considerados un referente estatal en la década de los 60. En las torres de Riglos, realizaron la primera repetición a la Rabadá-Navarro al Mallo Firé, a la Norte del Puro y a la Serón-Millán del Pisón, donde también abrieron el Espolón del Adamelo. Más tarde se trasladaron al valle de Tena donde, entre otras, se hicieron con la apertura del diedro Norte a la Pala de Ip. Su arte en la danza vertical les llevó también fuera de nuestras fronteras a otros enclaves montañosos de Francia, Italia, Suiza y Alemania, prueba de ello fueron los numerosos artículos que aparecieron en la prensa internacional. Todo ello, les llevó a obtener el reconocimiento de la medalla de plata al mérito deportivo.

La pasión por la montaña de esta pareja de amigos y cuñados se mantuvo durante más de 50 años hasta que, el pasado 2 de julio de 2013, Jesús Ibarzo fallecía en un accidente en su propio templo de los Mallos de Riglos. Un fuerte golpe en la cabeza tras una caída en el último tramo de la vía Pany-Haus al Pisón acabó con su vida y con su ilusión de repetir, como había hecho para el 25 aniversario, la escalada a la paralela Carnavalada. “Para mí ha sido más que un hermano, –confiesa Ursi- hemos estado muy juntos desde que teníamos 20 años”.

Más de 70 personas participan en el encuentro de montañeros
Con el objetivo de homenajear esta hazaña y a sus protagonistas, más de 70 personas acudieron el pasado sábado al refugio de Riglos, donde se realizó un emotivo encuentro de montañeros y se colgó una pancarta de 25 metros con los nombres de Ursi e Ibarzo y las fechas del 50 aniversario. También se proyectó la película sobre la escalada que grabó en la época Miguel Vidal. Además, 10 escaladores, entre ellos varios miembros de la Guardia Civil de Montaña de Jaca y el alpinista Manu Córdova, repitieron la ascensión por la Carnavalada. La jornada terminó con una comida de hermandad en el salón del refugio.

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