“Empecé a escalar con las cuerdas de extender ropa de mi madre”

El alpinista Doug Scott ha recibido este fin de semana la Flor de Neu d’Honor de la 29ª edición del Festival Unnim de Cinema de Muntanya de Torelló. Es el reconocimiento a una vida dedicada al alpinismo y que se puede resumir en dos grandes logros históricos: abrir una nueva vía al Everest en 1975 y sobrevivir dos años después a un descenso épico del Ogro, en el Karakorum.

“Si no estás dispuesto a asumir riesgos, nunca te podrás superar en la vida, ni socialmente”, aseguró el británico. Scott calificó la afición al alpinismo de “obsesiva”, porque la montaña se convierte “en un estilo de vida”. De esta manera, explica que poco tiempo después de vivir una de las historias más espectaculares de superación personal en el Ogro – tuvo que bajar al Campo Base arrastrándose, ya que se rompió los dos tobillos, mientras que su compañero Chris Bonington, se rompió varias costillas y cogió una pulmonía –, volvió a subir a las cimas más altas del planeta.

“Cuando vuelves a la montaña y todo es puro, piensas que allá arriba hay un mundo nuevo”, aseguró. Scott afirmó que si en algún momento tuvo miedo fue justo la noche anterior a sufrir el accidente en el Karakorum: en forma de intuición. La “incerteza” espanta pero envalentona al mismo tiempo, señaló. Con más de setenta años, aprovechó su estancia en Torelló para escalar con el alpinista catalán Ferran Latorre en Montserrat. Una afición, esa de la escalada, que le viene desde pequeño: “empecé a escalar con las cuerdas de extender la ropa de mi madre”.

Fuente:Festival de Torelló