El espeleólogo español accidentado en Perú regresa hoy a España
Cecilio López-Tercero fue rescatado el pasado martes 30 de septiembre de la cueva Intimachay tras doce días de rescate y trasladado a la clínica Anglo Americana de Lima. Allí fue tratado de una “fractura incompleta” de una vértebra lumbar y ya ha recibido el alta médica. Se espera su llegada a España “con corsé y en avión comercial” en las próximas horas.
"Quiero agradecer a toda la gente que ha colaborado en el rescate, al gobierno peruano, a la Embajada de España, al Ejército, a todo el mundo". Con esas palabras de gratitud, Cecilio López-Tercero reconocía -en su primera rueda de prensa- la participación de todos los grupos que trabajaron en su evacuación y entre los que se contabilizaron más de 60 amigos y compañeros del espeleólogo que viajaron desde Madrid. Y es que, en un país que no cuenta con un equipo de rescate especializado, fue necesaria la comitiva española para el feliz desenlace del operativo.
El de Mostolés también reconoció que los peores momentos tuvieron lugar durante “los primeros días, sin nadie que lo apoyara, no había comida y los dolores eran muy intensos". Con los equipos ya trabajando en el terreno, la evacuación de Cecilio encontró sus mayores dificultades en los últimos 150 metros “por los resaltes que hubo que sortear sin que la camilla se golpee ni pierda la posición horizontal, como por el agua y barro que había en la cavidad" explicó Raúl Melero, representante de la Federación Madrileña de Espeleología, consciente de que otro golpe durante la sustracción podía haber causado lesiones irreparables sobre Cecilio.
Tras la limpieza de la cueva –que han querido dejar como si allí no hubiera pasado nada- la mayoría de rescatadores españoles ya han retornado en vuelos comerciales lo que ha incrementado aún más los gastos del rescate. La falta de apoyo institucional ha obligado a costear los más de 200.000 euros de la operación gracias a donaciones particulares (unos 100.000 €), al seguro de Generali (18.000) y al vaciado de las arcas de la Federación Madrileña de Espeleología. Todavía tienen 50.000 euros de deuda y la petición de ayuda económica sigue abierta.