Los Piolets d’Or homenajean a Doug Scott

Cuando a Doug Scott le hablen de estilo alpino, es probable que sonría, pues, lejos de las cámaras y del circo mediático, el alpinista inglés ha sido uno de sus grandes precursores. Esto, y su gran currículum, le ha valido para ganar el Piolet de Oro 2011 a la Vida Alpina.
Es el tercer año que los Piolets d’Or entregan este galardón a grandes clásicos del alpinismo, por lo que Scott seguirá el camino de otras dos figuras míticas que ya han recibido el premio: Reinhold Messner y Walter Bonatti.
Scott, nacido en 1941 en Nottingham, saltó a la palestra del alpinismo con la primera ascensión a la cara suroeste del Everest.La hazaña la consiguió en 1975 junto a Dougal Haston e incluyó un vivac en la cima sur, a más de 8.700 metros. Esta expedición, dirigida por Chris Bonington, supuso la primera ascensión inglesa al techo del mundo.
Pero la carrera de Scott ni comenzó ni acabó en el Everest, como lo atestiguan sus 45 expediciones a montañas de todo el mundo. Entre ellas se cuentan varias gestas que se mantienen como algunas de las vías más bellas y difíciles de todo el mundo. Y todo en estilo alpino.
En 1976, de nuevo junto a Haston, abrió una nueva vía de 2.800 metros al monte Denali (McKinley) y un año más tarde, firmó, junto a Bonington, el ascenso al Baintha Brakk, más conocido como El Ogro, y del que tuvo que descender a cuatro patas, ya que se rompió los dos tobillos durante la bajada.
Lejos de apartarse del alpinismo por el accidente, en 1979 volvió a dar que hablar en el Kanchenjunga, donde abrió una vía en estilo alpino junto a Joe Tasker, Peter Boardman y Georges Bettenbourg, marcando los pasos hacia una nueva era del estilo alpino y sin oxígeno. Ese fue uno de los años más fructíferos de Scott, ya que en él se incluyen su expedición al Kusum Kanguru y a la norte del Nuptse, con Bettenbourg, Alan Rouse y Brian Hall.
En 1981 firmó una de las vías más estéticas y comprometidas que todavía hoy surcan las paredes del mundo entero. Se trata de la ruta que abrió en el Shivling junto a Rick White, Greg Child y, de nuevo, Bettenbourg.
Su última gran gesta alpinística la protagonizó en el Shisha Pangma en el año 1982, donde abrió una nueva ruta junto a Alex McIntyre y Roger Baxter-Jones. Todas estas actividades y el esfuerzo humanitario que desempeña desde finales de los 80 junto a Chris Bonington una ONG en Nepal le han valido condecoraciones como la de Comandante del Imperio Británico y la medalla de oro de la Royal Geographical Society.