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Se presenta en Valladolid 'Compañeros, la cara B'

Redacción OutdoorActual12/12/2014

Detrás de casi de una hora de película se esconden cientos de lágrimas. "Ha sido mi terapia. Cada montaje, cada imagen... Hay compañeros que deciden tragar saliva y seguir con sus vidas. Yo también lo hago, pero esta es mi forma de llorarles", acierta a explicar Anselmo Vidal, miembro desde hace 21 años del Grupo Especial de Rescate e Intervención en Montaña de la Guardia Civil.

Anselmo, más conocido como 'Avigamo', ha confeccionado su cada vez más aclamado 'Compañeros, la cara B', un documental sobre el accidente en que perdieron la vida tres de sus compañeros cuando realizaban un rescate el pasado verano en Maraña, en la zona de La Polinosa. No se trata de un corto al uso, ya que está en constante renovación y emana vida, pese a su trágica confección. "Comenzó siendo un homenaje de apenas diez minutos, con imágenes personales, pero poco a poco he ido incorporando escenas y momentos que aún pueden variar para la próxima exposición", indica Anselmo Vidal.

Los 'greiman', como les gusta definirse a los agentes del Grupo Especial de Rescate e Intervención en Montaña, pusieron su granito de arena y se volcaron con las lágrimas de Anselmo. Testimonios como los del sargento Enrique Ferrero convierten una historia real -de esas contadas y recontadas en los medios de comunicación en los días posteriores al accidente- en un guión de superhéroes, pese a la ausencia de capa y antifaz. Solo así puede entenderse la capacidad del sargento para asimilar la muerte de sus compañeros en cuestión de segundos y anteponer su sentido del deber por encima de los sentimientos. O del agente José Antonio Conejo, quien sepultó su instinto de supervivencia para dejarse abrazar por una muerte segura y salvar a los demás. "Eran mis compañeros, yo no quiero morir, pero si tuviera que hacerlo, me gustaría que fuese así", sentenció tajante Avigamo poco antes de rememorar con su vídeo una película "que no podía creerme que fuese la nuestra", asegura el sargento Enrique.

"En la montaña hay accidentes, es un entorno incontrolable"
'Compañeros, la cara B' comienza con la reproducción de la llamada que efectuaron Damián Ramos y Javier Pérez al 112 para informar de que habían sufrido un accidente cuando realizaban una prueba deportiva. "Llegué a pensar que me moriría. Caí por un terraplén y mientras caía me acordé de mis padres... Pensé que me iba a matar... Pero cuando me di cuenta estaba sentado, eso sí, viéndome un hueso de la pierna y era de madrugada. Tenía mucho miedo. No sabía si me iba a desangrar. Me sentía como un niño pequeño", explica Damián en el documental, un proyecto para el que no dudó en colaborar tras conocer el film de Avigamo.

Su compañero llamó a Emergencias y el helicóptero del puesto de la Guardia Civil de Sabero se desplazó al lugar del accidente para efectuar el rescate.

Los compañeros de los agentes recuerdan a los pilotos del aparato que voló hacia La Polinosa. "El capitán Emilio era nuestro favorito. Siempre nos dejaba lo más cerca posible de los heridos", indica un compañero. "El teniente Benito era un acróbata del helicóptero. Sería ese joven capaz de hacer cualquier acrobacia con la bicicleta, solo que él las hacía con el helicóptero", asegura Avigamo, quien llega a perder la voz en el documental por la emoción.

El sargento Enrique y el agente José Antonio Conejo fueron los encargados de bajar del helicóptero y de regresar a este con el accidentado -quien no necesitó de camilla-. Sin embargo, cuando Conejo ya estaba en el interior del aparato con el siniestrado agarrado por un lado, mientras por las piernas le sujetaban su compañero Enrique y el otro deportista, las hélices impactaron en la montaña desprendiendo esquirlas y rocas.

Fue en ese momento cuando Conejo sepultó su instinto de supervivencia para lanzar al herido de nuevo a tierra. Para mirar al sargento Enrique y explicar sin palabras el triste desenlace de segundos después. "En la montaña hay accidentes. Este entorno es incontrolable", reconoce Avigamo, quien subraya las horas de entrenamiento y de experiencia de sus compañeros.

"Aún no concibo que para salvarnos a nosotros, otros tuvieran que morir"
Con el humo emanando del aparato tras caer cientos de metros abajo, el sargento del GREIM omitió sus lágrimas, sus sentimientos. "Lo primero que nos dijo es que estas cosas pasan. No olvidaré esas palabras en mi vida", señala Damián Ramos, quien admite que desde ese día se ha dado cuenta de la fragilidad de la vida. "Aún no concibo que para salvarnos a nosotros, otros tuvieran que morir", indica Javier Pérez. "Estoy aquí por ellos y no sé como podré pagarlo", añade Damián entre lágrimas.

El sargento Enrique las aplazó para las decenas de noches de insomnio que han seguido al accidente. En ese momento, y con el humo extendiéndose, sin capa ni antifaz, recobró el objetivo de su misión cuando salió del puesto de Sabero para escalar hasta lo más alto de la montaña, coger cobertura y llamar a los servicios de Emergencia. Sus compañeros del puesto de Mieres acudieron y completaron un rescate que se cobró la vida de tres agentes para los que Compañeros, la cara B "se queda pequeño".

De hecho, Anselmó apostó en Valladolid por mostrar también "la cara A", esa en la que se ve al agente Conejo escalar por el corredor de Torre Salinas en una de sus últimas actividades o cómo los 'greiman' entrenan con la llegada del alba en la montaña. "Entendemos cuál es nuestro trabajo. Para mí es mucho más que eso y de ahí que tengamos tan claro nuestro deber", concluyó en la Universidad Europea Miguel de Cervantes en un acto promovido por la Federación de Deportes de Montaña, Escalada y Senderismo de Castilla y León (Fdmescyl) y que sirvió para homenajear al GREIM en el Día Internacional de las Montañas.