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Nalgene y Esteller celebran en Barcelona la charla Cómo vivir una vida sana

Jaume Piguillem - @JaumePiguillem29/11/2017
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Nalgene, la marca de botellines responsables con el medio ambiente, fue la protagonista el pasado martes 28 de noviembre en el Club Soho House de Barcelona un debate que llevaba por título “Cómo vivir una vida sana”. El acto lo organizó Esteller, distribuidor de la marca norteamericana en España y Portugal.

Para hablar de cómo vivir una vida sana fuera y dentro del deporte, Esteller invitó a la bioquímica y corredora de ultra trails Emma Roca, al periodista del canal Natural en La Vanguardia, Joaquim Elcacho y a la coach nutricional Astrid Barqué. Cada uno de ellos dio su punto de vista de la relación entre el medio ambiente y la acción humana contra la propia salud de las personas.


Ser conscientes del efecto del ser humano sobre el medioambiente
Arrancó la charla Xavier Esteller, director de Esteller, compartiendo con los asistentes su gran preocupación por el impacto de la producción empresarial sobre el medio ambiente, especialmente en el uso de los plásticos y el efecto negativo que la producción con este tipo de materiales sintéticos provoca en nuestro planeta. En este sentido, introdujo la sustancia que se situaba como núcleo principal del debate, el Bisfenol A (BPA).

Este material, explicaba, estaba en entredicho desde hacía unos años por los grandes organismos de salud y medioambiente de todo el mundo, presentándolo como potencialmente peligroso para las personas. Esteller comentó que la relación de la distribuidora con Nalgene se alimentaba de ese trabajo de ambas en favor de una vida sana para todas las personas. En respuesta a esta consciencia social, la marca no utiliza BPA en la producción de sus botellines.


La importancia de la buena hidratación
Tras su pequeña introducción, Esteller dio paso a Emma Roca, corredora de pruebas de ultra fondo por todo el mundo, licenciada en Bioquímica y bombera de profesión. Roca explicó la gran importancia de la hidratación y la poca consciencia de hidratarse que existe en toda la sociedad y especialmente en el ámbito deportivo.

Ante la necesidad de "educar" a la sociedad en este sentido, desde el 2006, el American College of Sports Medicine, publicó varias recomendaciones sobre el tema: beber por la sed que se tiene, no beber grandes volúmenes solo de agua ni pasarse con la concentración de sales. Se había podido demostrar que la sociedad no tenía un criterio de calidad respecto a esta cuestión tan vital.

En cualquier actividad deportiva, las personas que necesitan una recuperación rápida y completa de la deshidratación excesiva pueden beber unos 1,5 litros de líquido por cada kg de peso corporal perdido. El consumo de bebidas y aperitivos con sodio y potasio ayudan a acelerar la recuperación rápida y completa mediante la estimulación de la sed y la retención de líquidos.

Roca concluía que es necesario hidratarse siempre pero controlando cuándo y de qué manera. Afirmaba que hay que tener el hábito de beber regularmente y darle a la hidratación la importancia que se merece. La mejor manera de instaurar este hábito, explica, es disponer de recipientes saludables, sin tóxicos como el BPA. Nalgene, destaca, cumple con todos estos requisitos, siendo la marca de referencia en este aspecto.


El BPA, un producto altamente preocupante
Por su parte, Joaquim Elcacho, periodista y divulgador en La Vanguardia se centró en hablar de los efectos nocivos del BPA sobre las personas. El desarrollo de nuevos productos químicos ha permitido mejorar la calidad de vida y los productos fabricados con dichos elementos químicos se incorporan a nuestra vida cotidiana sin que tengamos la certeza de que son inocuas. El BPA es un ejemplo de este tipo de productos que podríamos considerar sospechoso. Es por este motivo que en ninguna de las botellas de Nalgene se encuentra este químico.

El Bisfenol A fue durante casi medio siglo una sustancia sin ninguna utilidad industrial relevante. A mediados de 1950, la creciente industria del plástico incorporó el BPA como un complemento muy útil en la fabricación de policarbonato y resina de epoxi. Después llegarían muchas otras aplicaciones. La producción mundial de BPA ronda en la actualidad los 3M de toneladas anuales y diversos expertos han reiterado durante años que los residuos de esta substancia se acumulan en el medio ambiente y los animales y puede ser un peligro para la salud humana.

Los riesgos potenciales del BPA se conocen desde hace décadas y su utilización está regulada o incluso prohibida en diversos países y en varias aplicaciones, como es el caso de los bidones. Después de seis años de trabajos y expedientes de la Agencia Nacional de Seguridad Sanitaria de la alimentación, el medio ambiente y el trabajo de Francia (ANSES), el pasado mes de junio el Comité de Estados miembros de la Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas (ECHA) decidió incluir el Bisfenol A en la lista de "sustancias altamente preocupantes", debido a sus efectos sobre el sistema hormonal humano.

El acuerdo obligará a fabricantes y productores a adoptar nuevas medidas para limitar el uso de este producto y garantizar que no afecta a la salud humana, algo que Nalgene ya cumple al estar libre de BPA. Han hecho falta decenas de estudios y casi seis años de trabajo para que el Bisfenol A ocupe un lugar en la lista europea de "sustancias altamente preocupantes".


Alimentarse sin tóxicos
Para terminar la charla, Astrid Barqué, coach nutricional titulada en cocina natural y terapéutica, habló de alimentación e hidratación saludable y sin agentes tóxicos. Cada vez hay más consciencia y sensibilización para cuidar aquello que comemos y cómo lo distribuimos durante el día y en qué frecuencia y cantidad. Pero hay que pensar que los tóxicos no están solo en la comida, sino también en los recipientes que usamos para guardarlos y mantenerlos. En ese sentido, según Barqué, Nalgene cuida todos estos detalles de vital importancia para garantizar una alimentación saludable.

Los envases en los que se guardan las bebidas y alimentos son de extrema importancia ya que según la OCU hay hasta 100 mil sustancias de los envases que podrían migrar en el alimento en cantidades potencialmente peligrosas para la salud del consumidor. Algunos envases de plástico tienen un grado de toxicidad por el componente BPA. Este hecho es tan cotidiano que el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades señaló que más del 90% de la población de Europa y Estados Unidos tiene alguna traza de esta sustancia en su organismo.

Para prevenir la toxicidad hay que tener en cuenta que el tóxico puede migrar por contacto directo con la comida o bebida, que las variaciones de tempratura (muy frío o mucho calor) también favorecen la toxicidad y que la conservación prolongada o el tipo de alimento también pueden ayudar a que la toxicidad se abra paso.

Si bien el vidrio o el acero inoxidable de calidad son más seguros, son poco prácticos a la hora de llevarlos en nuestro día a día o en la práctica deportiva. Por ello, es acosnejable buscar envases de plástico que no estén fabricados con BPA, como es el caso de los productos de Nalgene.

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