Dos universitarios de Burgos diseñan un frontal más eficiente
La afición por la espeleología de Ismael Pérez Rojo y Álvaro Tajadura, alumnos de la Universidad de Burgos (UBU), les impulsó a diseñar un nuevo dispositivo de iluminación LED que mejoraba su experiencia dentro de los complicados terrenos por los que se movían durante su utilización. Este sistema, que intentarán patentar y poner a la venta en un futuro, se desarrolló en el marco de la segunda convocatoria de becas para el desarrollo de prototipos comercializables de la Institución académica burgalesa.
El sistema posee una luz frontal muy potente que puede ser útil, además de para la espeleología, para otras actividades y oficios como la minería. Cuenta con dos focos, uno de ellos proveedor de luz ambiental y otro de luz localizada, esta última con una potencia adecuada para permitir al usuario ver a distancia en estos terrenos con mala iluminación, explica Álvaro Tajadura.
El aparato se enciende como una linterna normal y se caracteriza por su “alta durabilidad”. “La durabilidad en este tipo de linternas está muy definida y se supedita a cómo haces el tratamiento térmico. Cuando utilizamos LED (Light Emitting Diode- diodo emisor de luz) se genera mucho calor y se disipa. Si no lo disipas adquiere más temperatura y poco a poco va cambiando el color y va consumiendo más batería hasta que se gasta y se apaga. Para solucionarlo, pusimos un gran disipador que lo envuelve todo”, detalla.
Para adaptarse a las especiales necesidades de las disciplinas en las que se puede utilizar, el dispositivo es resistente a golpes y sumergible. A diferencia de los demás dispositivos de los que se habían equipado durante su actividad espeleóloga, los diodos son reemplazables, lo que abarata los costes en caso de avería. “En otros sistemas que conocemos, si se te rompe un diodo tienes que cambiar de linterna o pagar un arreglo, que suele ser muy caro, ya que suele ser una operación complicada. El nuestro tiene un casquillo, como si fuera una bombilla normal, y puedes cambiar el diodo si se rompe”, expone.
Tajadura ha especificado que la batería de esta herramienta es de litio y, a máxima potencia luminosa (1.200 lúmenes), tiene una autonomía de 2,4 horas. Esta potencia, sin embargo, es “mucho mayor” de la que necesitan habitualmente los espeleólogos, por lo que con el flujo luminoso que utilizan normalmente su duración podría extenderse hasta 20 horas.
Fuente: Noticias de la Ciencia