Txikon y Zerain empiezan a trabajar sus rutas pese a las malas condiciones
Alex Txikon y Alberto Zerain son los protagonistas de dos de las expediciones más ambiciosas y audaces de esta temporada en los ochomiles paquistaníes. Junto a Juanra Madariaga, José Carlos Tamayo y sus amigos del ABC Team –Louis Rousseau, Gerfried Göschl y su amigo Gunther– Alex Txikon lleva ya días a los pies del Gasherbrum I, después de un viaje en furgoneta que le llevo desde Bizkaia hasta Pakistán.
Alex y sus compañeros han instalado ya el Campo I de la ruta considerada más normal de esta cima, en la que el ABC Team intentó abrir una nueva ruta este invierno. Sin embargo, las condiciones que se están encontrando no son, para nada las normales, ya que la meteorología está siendo bastante inestable y está cayendo mucha nieve, lo que dificulta el progreso. De hecho, ayer tardaron hasta seis horas en alcanzar el Campo I.
Cuando decimos que la Txikon es una de las expediciones más ambiciosas no lo decimos por el proyecto del GI, sino más bien por lo que viene después. Alex y los compañeros del ABC Team se toman el Hidden Peak como un entrenamiento para el verdadero proyecto de este verano, que es la apertura de una nueva ruta en el K2.
Por su parte, Alberto Zerain lleva ya algunos días en el Campo Base del Nanga Parbat junto a Juan Carlos “Txingu” Arrieta y Miguel Vicente, aunque entre ayer y hoy tenían previsto empezar a trabajar la ruta Kinshofer, la más clásica para acceder a la cima.
Pero la climatología tampoco acompaña en este ochomil aislado. Nada más llegar al Campo Base, Alberto y sus compañeros se encontraron con el líder de una expedición austríaca, quien les explicó que ellos se retiraban porque la montaña estaba intratable. Llevaban un mes trabajando en la ruta y no habían conseguido llegar ni al Campo IV.
Como en el caso de Txikon, para Zerain la ruta clásica al Nanga Parbat tampoco es el principal objetivo de la temporada, ya que se toma esta primera ascensión como una aclimatación. Su objetivo y el de Arrieta es ascender por la arista Mazeno, uno de los grandes retos que queda sin realizar en los ochomiles. Es una arista de varios kilómetros con una altura mantenida entre los 6.000 y los 7.000 metros que, en teoría, debería desembocar en la cima. Decimos en teoría, porque nadie lo ha comprobado todavía.