Ines Papert se consuela escalando WI 7+ y M7
A la tercera no va la vencida. Eso debe pensar al menos Ines Papert, que este otoño regresó a la cara Sureste del Kyzyl Asker, en el Tien Shan kirguís. Los problemas de un compañero impidieron en esta ocasión la ascensión. A cambio y como gran consuelo, Papert y Russegger abren Quantum of Solace ABO, WI 7+, M7 en el Great Walls of China.
“Sabía que volvería”, declaraba Papert en la crónica de su última expedición, para la que se había preparado durante todo un año, con escalada invernal en Escocia, meses de duro entrenamiento y un ascenso exprés al Mont Blanc. Todo para medirse a “esta gran pared de 1.200 metros con secciones de escalada en hielo y en roca”.
Durante la aproximación, Papert contó con la compañía, además de Wolfgang Kurz y el fotógrafo Franz Walder, de su hijo de 11 años Emanuel, gracias a lo cual, resultó una experiencia fuera de lo común, en la que convivieron durante semanas con los nómadas del lugar.
Todo empezó en los primeros días de septiembre, cuando Papert se juntó con los escaladores Wolfgang Russegger and Charly Fritzer en Kirguizistán, aunque la llegada a los pies del Kyzyl Asker tuvo que retrasarse por el mal tiempo y las intensas lluvias, que dejaron impracticable el camino de aproximación.
Después del porteo del material hasta el Campo Base avanzado, los tres escaladores comenzaron a medir la pared el 12 de septiembre. A las 10 de la mañana llegaron al único vivac posible, donde se dispusieron a descansar hasta la madrugada siguiente, cuando el hielo volviese a estar practicable. Sin embargo, un comienzo de edema cerebral en Fritzer hizo que la decisión final fuese otra: rapelar inmediatamente.
Afortunadamente, Fritzer recuperó su salud en pocos días, pero los ánimos descendieron en el seno de la expedición, que vio fallar por momentos su cohesión social. “Me costó mucho aceptar que, en esas circunstancias sería imposible escalar la montaña de mis sueños”, señala Papert.
Con Fritzer fuera de juego, Papert y Russegger buscaron consuelo en el Great Walls of China, una pared de 600 metros donde abrieron Quantum of Solace, con una graduación que bien merece más de un consuelo: ABO, WI 7+, M7. Este es el relato de Papert:
“Empezamos a escalar con las primeras luces. Al comienzo, unas escarpadas secciones de hielo y roca, de protección difícil, requirió toda mi fuerza psicológica y la habilidad para escalar. Seguimos por secciones de roca y mixto, intercalados por nieve que nos llega a la cintura y con muy poca estabilidad. Con gran concentración y dedicación, poco después de las 11 al punto más alto de la pared, donde esperé a que llegase Wolfi, sonriente tras la ascensión”.
Fotografías: Ines Papert y Franz Walter.