La aclimatación lleva a Pauner hasta el C3 del Everest
El duro camino de Carlos Pauner y su expedición continúa quemando etapas previstas en pleno Everest. El aragonés llegaba al Campo 3 a pesar de las dificultades meteorológicas, durmiendo a unos 28 grados bajo cero y 7.200 metros de altura, una situación importante de cara a lograr una mejor aclimatación.
El esfuerzo, como explica en su habitual diario, les ha dejado con una gran fatiga y prácticamente vacíos de energía. El último paso ha durado tres días, comenzando por cruzar la famosa cascada de hielo que supone llegar al Campo 2 tras atravesar el Valle del Silencio. Allí hicieron noche, reconociendo que la mejor aclimatación les permitió pasarla mejor.
Sin prácticamente tiempo para nada pusieron rumbo a la mañana siguiente hacia el Campo 3. “Desde el Campo 2 se van subiendo unas lomas inclinadas que marcan el final del Valle del Silencio para ir a topar directamente con la gran rimaya de la pared del Lhotse, una profunda grieta que marca el cambio de pendiente”, explica.
Una vez superada tuvieron que enfrentarse a muros helados de cierta verticalidad, algo que gracias a una cuerda instalada no tienen “dificultad especial”, aunque recuerda que “el cansancio de los 7.000 metros se hace notar y cada paso cuesta una eternidad y en lo físico y en lo mental”. A partir de ahí, llegada al Campo 3 donde prepararon la plataforma para instalar la tienda.
“Ya dentro, como siempre, fundir nieve, hidratarnos lo mínimo y nada de hambre”, explica, asegurando que aunque no pasaron mala noche sí hizo un frío helador, con cerca de 30 grados bajo cero. Respecto al descenso, el gran problema fue el “viento helador” que les “atenazó”. Una vez llegados al Campo Base sin mayores contratiempos, “calor, oxígeno y comodidades como una ducha” les hicieron “barrer de un plumazo todas las miserias acumulados en estos días de esfuerzo titánico”.
El siguiente paso será recuperarse de las heridas, darse una tregua después de cumplir con su trabajo, antes de proseguir la escalada hasta el pico del Everest. “La siguiente salida será más arriba, donde el ambiente es irrespirable, donde traspasaremos la llamada línea de la muerte”, concluye Pauner.
Información de Aragón Digital