Tomek Mackiewicz y Elisabeth Revol protagonizan el primer ataque a la cima desde la cara Diamir
La cordada franco-polaca es la primera que inicia, desde la vertiente Norte, un ataque con la intención de llegar hasta la cumbre del Nanga Parbat (8.125 m), el único ochomil junto al K2 que no ha sido ascendido en invierno. Al parecer, han abandonado la ruta Messner-Eisendle -que el año pasado les llevó hasta los 7.800 m- para tomar el tramo final de la ruta que empleó Hermann Buhl en la primera ascensión en 1953. Esta vía ha sido repetida una única vez, en 1971, por una expedición checa.
Tomek Mackiewicz, en su sexto intento a la montaña, y Elisabeth Revol partieron el pasado sábado y llegaron al C2 (6.000 m) el martes. Desde allí, Mackewicz comunicó que tenían “muy poco tiempo, una ventana de 2 o 3 días”, por lo que debían de “realizar un gran esfuerzo”. Y eso hicieron, en dos días más ascendieron hasta el campo 4 (7.200 m), aunque relativamente lejos de la cima por la ruta elegida, menos directa que la Kinshofer. En la jornada de hoy, viernes 22 de enero, la pareja ascendió hasta aproximadamente los 7.400 metros –según su compañero Arslan Ahmed-, pero volvieron hacia el C4 sin que se hayan dado a conocer los motivos.
A las 11.00 horas de esta mañana comunicaban con Simone Moro, desde dentro de la tienda. Aunque cansados y con mucho frío, confirmaban su intención de continuar con el ataque invernal a la novena montaña más alta del planeta. Sin embargo, el parte de meteo del que dispone el italiano augura un brusco cambio de viento para mañana y más aún para pasado mañana. De modo que Moro escribió de tal peligro a la pareja y, según nos comenta, espera que decidan emprender mañana el descenso hacia el campo base.
Por su parte, Moro y su compatriota Tamara Lunger, que siguen los pasos de Mackiewicz y Revol, decidieron regresar al CB después de alcanzar el C3 (6.800 m), que han aprovisionado de cara a un posterior intento o en previsión de dificultades para la expedición franco-polaca. De hecho, el italiano ya mostró su preocupación ante un posible rescate. “Me preocupa lo que puede suceder si empieza a soplar el viento [las previsiones para el martes son de rachas de más de 100 km/h] de cara en su retirada".