Un túnel para atravesar el corazón de Sierra Nevada

Quizá ahora, en pleno invierno y con la nieve cubriendo la Sierra, sea difícil acceder a él. Pero, cuando va llegando el calor, aparece el deshielo y el terreno en las montañas vuelve a coger su color marrón, más de uno se sorprende cuando, por debajo del Veredón, en dirección a los Corrales del Veleta, echa un vistazo y se encuentra un túnel. Allí aún se puede entrar y contemplar los vestigios de la que quizá fue la obra más ambiciosa jamás planeada en Sierra Nevada: conectar la capital con la Alpujarra por un túnel construido a más de 2.000 metros de altura.
Pero, antes de referirnos a esta infraestructura inacabada, conviene situarnos en un momento que tuvo lugar hace más de 100 años. "Fue en 1910 cuando el Duque de San Pedro intervino en el Senado solicitando la construcción de una carretera que partiese de Granada en dirección a Sierra Nevada hasta la Laguna de las Yeguas", rememoraba en un artículo en IDEAL el historiador Manuel Titos. Según contaba, en la Ley de 16 de diciembre de 1914, se incluyó la construcción de una carretera "de Granada a la de Laujar a Órgiva por el camino de los Neveros, pasando próxima al Picacho del Veleta".
Sin embargo, el Consejo de Obras Públicas echó para atrás el proyecto en 1916 alegando que era demasiado costoso para el rendimiento esperable. Tres años después, en cambio, y tras la presión de las instituciones granadinas, el ministro Sánchez Guerra aprobaba la construcción de la carretera. Las obras arrancaron en 1920. Doce años después, en el verano de 1932, la vía subía hasta los 3.100 metros sobre el nivel del mar, como contaba Manuel Titos.
Durante los años siguientes, en plena República, las visitas ilustres a la carretera más alta de Europa se sucedieron: Manuel Azaña, Niceto Alcalá Zamora o el jalifa de Marruecos no se quisieron perder la nueva vía de Sierra Nevada. El 15 de septiembre de 1935, se marcó un nuevo hito cuando se subió por primera vez en coche hasta el mismo Pico del Veleta. En aquel evento estuvo presente un importante séquito liderado por el ministro de Obras Públicas, Manuel Marraco y Ramón.
Pero aún faltaba culminar esta faraónica obra. Quedaba perforar un túnel de 400 metros por debajo del Veleta que atravesase la montaña. Se pusieron manos a la obra simultáneamente por las dos caras del pico, y cuando se llevaban excavados 170 metros y gastados más de tres millones de aquellas antiguas pesetas, llegó el estallido de la Guerra Civil, en julio de 1936. Aquello provocó la suspensión de las obras, explicó Manuel Titos.
El túnel se tapó por el lado oeste por el peligro de desprendimientos, pero no pasó lo mismo con el del este, que sigue abierto hoy en día. Finalmente, aquella idea de conectar la capital con la Alpujarra a través de las cumbres más altas de Sierra Nevada se llevó a cabo tiempo después, pero de una forma más modesta. En 1963 se abría un tramo entre Capileira y la Laguna de la Caldera, y tres años después, otra carretera que unía esta laguna con la Carihuela del Veleta.
Del túnel no volvió a saberse nada más. Más de 76 años después del fin prematuro de sus obras, una de sus bocas permanece abierta como símbolo de lo que fue un prodigio de la ingeniería, pero también, de lo que fue el intento de convertir un paraje natural maravilloso en el escenario de una vía para el paso masivo de vehículos.
Información de El Ideal