Tres alpinistas italianos hacia la temible norte del “Ogro”
El próximo viernes 22 de junio partirá hacia el Karakórum un equipo de alpinistas italianos que lidera Hervé Barmasse y en el que también se encuentran Daniele Bernasconi y Martin Peterlongo. Buscarán la apertura de una complicada vía que recorrerá en sus 2500 metros la cara norte del Baintha Brakk, que significa literalmente el Ogro.
Para ello deberán recorrer a pie y en 4x4 su camino a lo largo del Biafo y cruzar el glaciar de Sin Gan hasta llegar a su destino final durante los primeros días de julio cuando comenzarán la fase de aclimatación. Según el propio Barmasse el Ogro concentra “las dificultades logísticas y un ambiente hostil que obligan al escalador a aceptar las condiciones de riesgo y la escalada en hielo como a compañeros. Es la manera en la que hago montañismo: lejos de las rutas comunes, de la multitud, en busca de mí mismo, y mis límites”.
Una aventura más que comprometida
La expedición italiana establecerá su particular hospedaje bajo la pared sobre la superficie del Snow Lake, territorio helado ubicado en la base de un pequeño glaciar de Pakistán. A partir de ahí, y gestionando un cargamento propio de las expediciones, tendrán que enfrentarse a la pared que desemboca en la cima del Baintha Brakk a 7285 metros sobre el nivel del mar.
El objetivo de los alpinistas italianos es abrir una nueva ruta en la cara norte. La ascensión supera los 2500 metros por un terreno mixto conocido por su peligrosidad que afronatrán en estilo alpino.
Una pared intacta en una montaña poco visitada
El Ogro está considerado como uno de los picos más comprometidos del globo tanto por la dificultad de su ascensión como por el frío clima en altura. Su ubicación, cercana a picos más destacados como el Latok, la ha relegado a un segundo escalafón que se demuestra por los pocos intentos realizados.
La cumbre, ubicada en la región de Pammah Muztagh en el Karakorum Central, ha sido hollada tan sólo en dos ocasiones. Chris Bonington y Doug Scott fueron los primeros en hacerlo, corría el año 1977, y su ascensión quedó en la memoria del alpinismo por la ayuda que prestó Bonington, con una costilla rota, a un maltrecho Scott que descendió con los dos tobillos rotos. La segunda y última ascensión ha cumplido ya 11 años y fue culminada por Thomas Huber, Iwan Wolf y Urs Stöcker.